miércoles, 31 de marzo de 2021

Aviso para todos: ¡Ya están aquí!

 

 

Gañotes recién hechos

Una maravilla tradicional ubriqueña




Aviso para los de Ubrique, para las de El Amarguillo, para las de Suiza, para los de Aramits, para las de Guétary, para los de Múnich, para los de Argentina, para las de Perú, para las de Honduras, para los de Noruega, para las de Marruecos, para las de Zaragoza, para los de Cádiz, para los de Asturias, para los de Ponferrada, para las de Béjar, para los de Madrid, para  los de Málaga, para las de Algeciras,  para los de Ronda, para los de Sevilla, para los de Palomares, para las de Jerez, para los de Cádiz, para las de Cáceres, para los de Huelva, para los de Mairena, para los de San Pedro de Alcántara, para los de Olvera, para los de Torremolinos, para los de Valencia, para las de Don Benito, para los de Algodonales, para los de El Bosque, para los de Benaocaz, para las de Villaluenga, para las de Grazalema...


¡Ya huele a gañotes en la calle San Pedro!

 


Por Esperanza Cabello


Durante los últimos quince años hemos hecho este anuncio en las redes sociales, anunciábamos cuándo estaban hechos los gañotes en la casa de nuestra madre (entonces decíamos que olía a gañotes en la calle matadero) y era una manera de celebrar la Semana Santa que iba llegando.

Además aprovechábamos para invitar a todos los ubriqueños que están repartidos por el mundo a recordar las recetas tradicionales y a hacer gañotes, que es la época.

Otros años los hemos preparado para celebrar el cumpleaños con los compañeros del instituto, o para participar en el concurso de gañotes de Ubrique, o para enseñar a alguna amiga cómo se hacen, y siempre hemos hecho el correspondiente "reparto" familiar, como hacían antes las madres y abuelas.


 

Al hacer gañotes siempre acuden en tropel los recuerdos de otros tiempos, de otras manos, de otras personas muy queridas. Siempre oímos hablar a nuestra madre de sus tías abuelas, "Las piñeritas", las tías Isabel y Josefa Coveñas Piñero, que eran confiteras de las buenas, además de buenas personas.

Ellas enseñaron el oficio a su prima Pepa Piñero, nuestra bisabuela, y a nuestra abuela Natalia, que hacía unos dulces maravillosos, flanes, carne de membrillo, huevos nevados, mazapán, piñonates, borrachos, suspiros, tortas, magdalenas, gañotes... 

Y de ella aprendieron nuestra madre y nuestras tías. Ellas se reunían, como todas las ubriqueñas, un par de semanas antes de Semana Santa para hacer docenas de gañotes y magdalenas que después los niños rebuscábamos por armarios y alacenas como ratoncillos para degustarlos tranquilamente.

Para nosotros es un orgullo haber aprendido una parte de su buen hacer y tenemos la preciosa misión de mantener vivo su recuerdo y el recuerdo de estas costumbres ubriqueñas que nos hacen singulares y que, aunque no seamos plenamente conscientes, compartimos con tantas personas.




Este año hemos hecho solo unos poquitos de gañotes, "media tarea" se dice cuando se utiliza media docena de huevos, poco a poco las tradiciones culinarias tienen que ir buscando su espacio con las nueva realidades, y ahora los que somos diabéticos, alérgicos al gluten, veganos o intolerantes a la grasa tenemos que buscar alternativas a la receta tradicional, pero estamos seguros de que estas siete docenas de gañotes no van a durar demasiado.




¡Buen provecho!


martes, 23 de marzo de 2021

Los gañotes de abuela Esperanza, abuela Remedios y abuela Carmen

Gañotes de Ubrique, dulces según la receta tradicional
que se conserva en nuestra familia

(Entrada publicada originalmente en marzo de 2012)

Estamos de enhorabuena, los gañotes de Ubrique son conocidos "universalmente" y más aún en nuestro entorno.

Hoy nos han llamado de Canal Sur para invitarnos a hacer gañotes para "Andalucía Directo". Esa es una buena noticia, hemos promocionado los gañotes de Ubrique desde hace quince años, que nuestro hermano Leandro tuvo la genial idea de inscribirnos en el concurso de gañotes del ayuntamiento para promocionar nuestros gañotes, que entonces estaban un poco "de capa caía".

 Pues nos ha alegrado mucho que nos llamaran, habría sido estupendo hacer gañotes centenarios para todos. Lástima que teníamos un compromiso anterior y no podremos participar en el programa, aunque hemos hablado con nuestra amiga Mari Rosado (Bellissime) que se encargará de mostrar a todos la exquisitez de nuestra gastronomía tradicional.

Y, por si alguien quiere hacer gañotes esta semana, que ya toca, aquí recuperamos la receta  (publicada en 2012) de nuestra madre, que era la de nuestra abuela y la de nuestra bisabuela Pepa.

¡Buen provecho!



Por Esperanza Cabello

Algunas cosas, sobre todo las que nos gustan, se repiten cada año (ya por quinto año consecutivo) pero no nos importa, quizás sea mejor insistir sobre ellas y así conseguimos que la tradición se haga más fuerte.
El viernes pasado estábamos charlando tranquilamente cuando nos preguntaron "Oyeee, de las recetas de gañotes que has escrito ¿cuál es la mejor?"
Nos dimos cuenta de que todavía no habíamos escrito la receta de casa, la más cercana, la mejor para nosotros, la heredada de las Piñeritas y de nuestra abuela Natalia y mejorada por nuestra madre y nuestras tías Carmen y  Remedios.
 También nos dimos cuenta de que casi ninguna de las de nuestra generación se ha puesto aún a hacer gañotes, y ya va siendo hora.
Así que hemos decidido empezar este domingo a hacer prácticas para el Concurso de Gañotes del próximo viernes (esperamos que nuestro hermano Leandro nos haya inscrito ya) y hemos aprovechado que nuestra madre podía echarnos una mano para hacer una tareíta (una tarea de gañotes son doce huevos).
Y vamos a lo práctico...

¿Cuál es la receta tradicional de nuestros gañotes?



Los ingredientes para nuestros gañotes, unos dulces tradicionales
típicos de Ubrique



Pues daremos los ingredientes para "media tarea", unos cuarenta gañotes.
 Hará falta media docena de huevos, el mismo peso de huevos que de azúcar, seis medios cascarones de huevos de aceite, la ralladura de tres limones, un botecito de ajolí (ajonjolí), y la harina necesaria (un poco más de un kilo hemos gastado hoy).

Se frie un poquito el ajolí en los seis medios cucharones de aceite y se mezclan todos los ingredientes excepto la harina, que se va echando poquito a poco...


Los ingredientes se van añadiendo uno a uno


 
Se va amasando en la almofía con una cuchara de madera mientras se añade la harina poco a poco. Cuando ya hemos echado casi el kilo de harina no se puede amasar con la cuchara, así que hay que sacar la masa  de la almofía e ir amasando a mano hasta que se quede una pasta uniforme que no se pegue.


La masa ya está preparada, ahora debe reposar


Si se echa poca harina se pega en los dedos, pero si nos pasamos no se enrollan los gañotes, hay que ir probando despacito para no pasarse en la candtidad de harina. Cuando la masa está lista se deja reposar un ratito (mejor cubrirla con un paño de algodón o meterla en una bolsa para que no se reseque). Después podemos empezar a hacer las tiras para enrollarlas en las cañas.


Ya se pueden ir haciendo las tiras para enrollarlas en las cañas


Nosotros nos apañamos bien con una docena de cañas, porque sacamos los gañotes de las cañas para freirlos. Eso sí, necesitamos que las cañas estén untadas de aceite, para poder sacarlos bien.
A la hora de freirlos, lo mejor es que haya varias personas, normalmente se juntan madres e hijas o hermanas, en nuestro caso ha sido muy gracioso, hoy se han juntado tres Esperanzas, tres generaciones, para liar los gañotes...


Esperanza nieta liando gañotes



Esperanza abuela recordando la receta y
haciendo con las tiras de masa  los gañotes


Y Esperanza hija con el perol


 
Y después de un ratito liadas con los gañotes, hemos conseguido una deliciosa fuente de estos dulces tradicionales que, además de servirnos para merendar hoy, nos servirán para celebrar nuestros primeros treinta años de docencia, que se cumplen ahora, una buena excusa para compartir estas exquisiteces serranas con los compañeros...


Gañotes de Ubrique, una exquisita tradición





 
Bueno, ya  estamos inscritos en el concurso de repostería, 
anímense, inscríbanse y lleven veinte preciosos gañotes el viernes
a la Plaza, lo mismo ganan uno de los premios.




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Cómo hacer Gañotes Tradicionales de Ubrique a la manera de las Piñeritas

Los ingredientes para hacer gañotes de Ubrique

 
 
(Receta publicada originalmente en marzo de 2011)
 
 
 
Por Esperanza Cabello

El año pasado, por estas fechas, nuestro hermano Leandro inventó un nuevo lío para los dos: nos presentaríamos, como equipo de repostería, al Concurso de Gañotes que el ayuntamiento de Ubrique organiza cada año: El equipo de Repostería Andalusí "Qardala" obtuvo un meritorio segundo puesto, haciendo los gañotes según una receta de más de cien años, que Isabel Janeiro Rubiales había escrito en su cuaderno de recetas.
Este año, a pesar de los problemas de salud que se han presentado en la familia, y para no romper la tradición, volveremos a presentarnos, pero vamos a llevar la receta de las Piñeritas, Josefa e Isabel Coveñas Piñero, tías de nuestra abuela Natalia, personas muy queridas en la familia y en todo el pueblo, que eran unas excelentes y delicadas confiteras.




En la receta tradicional de los gañotes
el ajonjolí se fríe un poquito antes de echarlo en la masa

Lamentablemente no conservamos la receta escrita de su mano; tenemos las listas de ingredientes de nuestra abuela Natalia y la receta escrita de nuestra propia madre, además de la técnica que se ha ido pasando de generación en generación.
No sabemos muy bien si obtendremos algún premio o no, porque no son ellas quienes los hacen, pero seguro que tanto ellas como nuestra abuela habrían obtenido siempre los mejores galardones.

Así que, para prepararnos un poco, el fin de semana hemos hecho media tarea de gañotes (una tarea completa sería utilizando doce huevos), deben de haber salido bien, porque ya ayer no quedaba ninguno. Menos mal que hicimos fotos para ilustrar la receta, porque es el único recuerdo que queda...



 El limón rallado es fundamental


Para seguir la receta de las Piñeritas nos hará falta media docena de huevos, tenemos gallinas que nuestro querido vecino Agustín nos regaló, así que los huevos serán de primera calidad, el mismo peso de azúcar, el mismo peso de aceite, la ralladura de tres hermosos limones... Este año los limones nos los  ha regalado Pepe Benítez, el de las naranjas de Tavizna, o sea, que también son de primera calidad. Un botecito de ajonjolí es fundamental, y lo freímos un poquito con el aceite antes de echarlo a la masa.
Y harina, de la del molino de Ubrique, "la que admita", un poco más de un kilo.
Se ponen en un cuenco los huevos, el azúcar, la ralladura de limón y el aceite con el ajolí frito, se va incorporando poco a poco la harina y se amasa muy bien. Cuando llegamos al final hay que sacar la bola de masa del cuenco y ponerla sobre la encimera para amasarla mejor.
El único secreto de este dulce tradional ubriqueño es que siempre se hace en familia, ayudan las abuelas, los hijos y hasta los nietos,  así que siempre están hechos con  mucho cariño, quizás ese sea el ingrediente fundamental.


Ya está la masa preparada y las cañas mojadas en aceite


Agunas personas no se hacen una idea de cómo se enrollan los gañotes. Tenemos un truco ancestral: se lían las tiritas de masa en unas cañas (las nuestras tienen muchísmos años, porque se van heredando), y es algo tan fácil que hasta un bebé puede hacerlo.
En los gañotes de este fin de semana tuvimos unos ayudantes muy especiales: cinco preciosidades  dispuestas a hecer gañotes, o lo que fuera, con tal de ayudar y jugar con la masa.



Estas son Helena, Inmaculada y Andrea haciendo los rollitos
Después harían letras, galletas, y tortitas


Lo mejor fue ver al más pequeño, Alonso, enrollado sus cañas él solito, con sus dos años, y a su hermano Eduardo que se aplicó todo lo que pudo y fue el que más gañotes lió.


Alonso y Eduardo se aplicaron a fondo haciendo gañotes


Una vez enrolladas las tiras, sólo quedaba freir los gañotes, asi que las madres pusimos un perol lleno de aceite y nos dispusimos a freirlos todos, lo mejor es que sean al menos dos personas, para que no se quemen ni se queden blancuchos.


¡Gañotes al perol!

Bueno, el ensayo de los gañotes antes del concurso del Ayuntamiento ha sido un éxito. En menos de 24 horas todos los gañotes habían desaparecido, es que teníamos muchos ayudantes para la degustación...

Ahora el Equipo de Repostería Andalusí "Aznalmara" se enfrentará a una dura prueba: hacer al menos veinte gañotes presentables y deliciosos para el "IV Concurso de Gañotes de Ubrique" que tendrá lugar en la Plaza del Ayuntamiento mañana, 15 de abril, a partir de las cinco de la tarde. El año pasado tuvimos mucha suerte, porque la competencia era buena, así que este año nos conformaremos con participar y seguir fomentando esta deliciosa tradición ubriqueña.
Seguro que las Piñeritas habrían ganado siempre este concurso.


Gañotes de Ubrique... ya no queda ni uno



Si alguien está interesado en conocer la receta paso a paso y en tener más datos de los Gañotes de Ubrique, le recomendamos todas estas entradas que hemos ido haciendo en el blog en años anteriores. 



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sábado, 13 de marzo de 2021

Antonia Márquez Rosado. Te queremos, bisa

 

 

Antonia Márquez, guapísima en su cumpleaños



Por Esperanza Cabello

 

Hoy es un día muy lamentable para toda la familia Bernal Márquez, hoy se ha despedido de todos nosotros la matriarca de la familia, la bisabuela Antoñita, y esa despedida es muy triste.

Antoñita es la bisabuela de nuestra hija Esperanza y los que la conocíamos no podemos dejar de darnos cuenta de que un trozo de nuestra vida y nuestra memoria se va con ella.

La conocimos hace más de treinta años, y desde el primer segundo hubo una corriente de simpatía que nos ha acompañado toda la vida, y es que compartir cariños une para siempre a las personas.

Antonia había nacido en el Cádiz de 1930, en una preciosa casa del centro de la capital, muy cerquita de la plaza de Candelaria. Cuando pasábamos por su calle siempre nos contaba que allí, en esa casa, ella había nacido y pasado su infancia.

 

                                         Dintel de su casa natal


 

Desde muy pequeñita supo lo que eran las dificultades, su padre murió siendo ella una niña, trabajaba en una obra y se cayó de un andamio. Pronto empezaron los problemas para la familia, hasta que su tío se hizo cargo de ella y sus hermanos: su hermana mayor, que estaba enferma, y su hermano pequeño Miguel.

Allí vivió los tiempos terribles de la Guerra Civil, y muchas veces nos ha contado cómo llegaban los soldados, sacaban a algún vecino y lo fusilaban. Ellos, los niños, miraban a escondidas desde el balcón y vivieron de cerca muchos espantos.

Pronto se convirtió en una joven resuelta, dispuesta y alegre, a pesar de todo. Ella se encargaba de la casa y desde muy niña supo lo que era llevar todo el trabajo para adelante. Muy jovencita conoció al que sería el amor de su vida, el padre de sus hijos y su querido compañero, Eduardo Bernal, quien hizo todo lo posible por conquistar a su Antoñita y estuvo a su lado el resto de su vida.

Formaron una preciosa familia, pronto nació Memi, la hija mayor, que fue desde el principio de gran ayuda, pues la salud de Antoñita nunca fue muy buena, y las hijas se encargaban de cuidarla y de sacar la casa adelante desde pequeñas. Después llegaron Toti, Rosa, Amalia y Eduardo, el hijo menor, que siempre ha estado muy unido a su madre.

Una gran familia numerosa como las nuestras, de las que nos gustan, de esas en las que todos tienen su lugar y forman, cuando es necesario, una auténtica piña.

Cuando la conocimos pudimos vivir de cerca un poco de aquella vida familiar en la que casi todo rondaba alrededor de la cocina, del pescado que Eduardo traía a casa y de los buenos guisos de Antoñita, que tenía una mano extraordinaria para hacer unas comidas excelentes. Esos recuerdos, y esa cocina de la que tanto disfrutó su nieto mayor cuando estudiaba en Cádiz, son impagables.

Sus nietos eran su tesoro, los quería a todos con locura y eran su orgullo y su alegría. Celebraba sus logros y le dolían sus penas como propias, en ellos se refugiaba y los trataba con cariño y zalamería. Ha sido conmovedor ver como ahora ellos se han volcado con la abuela, emocionante ver a su nieta echadita en la cama abrazada a ella, pendiente de todo, o a su nieto cogiéndola en brazos con todo cariño.

Ella disfrutaba como nadie con sus niños y sus nietos, pero cuando empezaron a llegar los bisnietos  estaba feliz, siempre feliz de verlos, de tenerlos en brazos de bebé, de acunarlos y de regalarles pequeñas chucherías con las que siempre los sorprendía.

 Llegó Esperanza la primera, aún la recordamos tan contenta en el hospital con su bisnieta en brazos, orgullosa de verla tan sonrosada y pensar que era su familia. Entre ella y Nacho, que ha sido el último en llegar, y a quien ha podido conocer con toda la alegría del mundo, han ido llegando diez pequeños más, e incluso se han unido a esta familia los "bisnietos entenados" que ella ha acogido con el mismo cariño y la misma ilusión, regalándoles chocolate y acordándose de ellos como de todos. Dentro de dos meses, si todo va bien, nacerá su primera tataranieta, y ella se ha interesado por "la barriguita" desde el primer día.

 

                    Alegre y divertida, la bisa siempre ha sido una mujer especial

 

Por eso nos gustaría quedarnos, ante todo, con Antoñita como mujer de familia, para nosotros siempre ha sido un ejemplo de fortaleza, una persona sencilla que era feliz en el campo, le encantaban las huertas, las gallinas, las pequeñas cosas. Festejaba un limón y un manojito de espárragos como si fueran pequeños tesoros. Sus pequeñas alegrías nos alegraban a todos. Y ella siempre pendiente de todo el mundo, preguntando por pequeños y mayores, ha sabido ganarse el cariño de toda nuestra familia.

Y también queremos quedarnos con el apoyo y el amor incondicional de sus hijos. En los últimos meses los hemos visto tan preocupados, tan atentos, desviviéndose por su madre más que nunca, si cabe. Han sido muchos días de desvelos y preocupación en los que el único anhelo ha sido el bienestar de su madre.

 Ahora, en estos momentos tan difíciles, quisiéramos decirles que su padre y su madre no podrían estar más orgullosos de ellos; cada uno a su forma, cada uno a su manera, se han esforzado por hacer su vida lo más confortable posible.

No olvidamos a Paola, que la ha acompañado muchos meses como alguien más de la familia, la ha tratado con cariño y con respeto y ha hecho que sus días fueran más agradables y seguros. Gracias, Paola, en nombre de toda la familia.


Feliz y agradecida con las pequeñas atenciones familiares
Y siempre atenta a los demás


Porque no debe de haber manera más bonita de cerrar el ciclo de la vida que hacerlo rodeada de tus hijos, tus yernos, tus nietos y tus bisnietos, a los que has hecho felices tantas veces.

Siempre estarás en nuestro corazón, bisa, pensábamos que te quedarías con nosotros para siempre, que ya íbamos a esperar a cumplir los cien años... y, en realidad, siempre estarás con nostros, en nuestros recuerdos y en nuestras añoranzas, fuiste un poco la madre de todos nosotros, y sin lugar a dudas alguien muy especial. Por eso, aunque hoy es un día muy triste, te recordaremos con alegría.

¡Te queremos, bisa!




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viernes, 12 de marzo de 2021

Gamones en 1906. Por William. Gamones IX

 


 

Biblioteca virtual de Andalucía (en este enlace)

Periódico "La Dinastía", mayo de 1906

 

Por Esperanza Cabello

 

Después de muchas semanas buscando incesantemente en archivos y bibliotecas virtuales con la pretensión de lograr una "serie de gamones" buscando los registros más antiguos de nuestra fiesta,  hemos encontrado ¡Eureka! un texto de Williams, periodista (de quien hemos publicado algún que otro artículo en este blog), escrito en mayo de 1906 y que hace referencia a la quema de gamones en Ubrique, a las fiestas, a san Isidro y a las cruces de mayo. Este artículo está en la Biblioteca Virtual de Andalucía, en el diario "La Dinastía".

Eso sí, en este artículo habla de los gamones por san Isidro (el 15 de mayo), recordemos que el padre Sebastián escribía que se crujían "algamones de los montes" el día de la Cruz y en las fiestas de san Isidro, san Pedro y san Juan.  

Y, aunque se trata de un artículo bastante extenso, hemos querido transcribirlo en su totalidad, ya que después de su estancia en Ubrique, donde se aloja con el diputado Bartolomé Bohórquez (el fundador del cementerio de san Bartolomé), va a la dehesa del Gamiz (aquí la conocemos como "el Gamín"), una de las fincas que existían en los Alcornocales, como la Alcaría, tan relacionadas con nuestro pueblo y en las que vivían tantas personas.

Se trata de un artículo exquisito, escrito con pulcritud y meticulosidad, en el que podemos ver reflejada la vida de nuestros abuelos y bisabuelos en aquellos tiempos en los que ni siquiera había carreteras ni caminos, solo veredas.


Cada vez que visito a Ubrique encuentro más pintorescas y lindas las vistas que se disfrutan paseando por sus alrededores. Ahora si el tiempo nos hubiese favorecido, si no hubiésemos atravesado las huertas y los jardines con un cielo plomizo y un viento fresco y desagradable que denunciaba próxima lluvia, habríamos apreciado en todo su esplendor la lozanía de esta vegetación y las galas brillantes de la primavera andaluza. Pero nada, todo ha sido cariz de noviembre, salimos a pasear con paraguas y no dejamos ni un momento el abrigo. Las dos noches que pasamos allí fueron de frío. Por ello no estuvo este año tan animado como otros la velada de San Isidro en cuya fecha se encienden a las puertas de las casas candelas.

Preguntando yo por el fundamento de esta costumbre me dijeron que era muy antigua: no es la fogata solo un pasatiempo y un recreo, según hubieron de decirme, sino que también tiene algo de extraña devoción porque se le enciende la candela a San Isidro, para que éste, viendo la cosecha y lo sembrado, no se pierdan.

Los chiquillos echan al fuego, «gamones» y se escucha de cuando en cuando, el ruido de la detonación que produce la planta seca al caer entre las llamas. Otra tradición de este mes, es adornar con flores las cruces que hay en las esquinas de varias calles. En la Parroquia y en el Convento se celebran los cultos a la Virgen con ofrecimiento de flores y cánticos y ahora los frailes preparan, con solemnidad, una novena que empezará el 25, a la Pastora.

Durante nuestra corta estancia en la industriosa villa no ha cesado de prodigarnos atenciones con su acostumbrada esplendidez, el diputado a Cortes del distrito tan popular en este pueblo donde tanto se le quiere y se le estima don Bartolomé Bohórquez. En su casa perfectamente puesta, se encuentran todas las comodidades y tanto él como su distinguida esposa, se afanan y se desviven por atender y obsequiar a sus invitados.

 

Al regresar al Gamiz encontré también el mal tiempo. Los que se habían quedado en la Alcaría todo el día 16, me contaron lo imponente y majestuosa que resultó la procesión, que yo no pude ver por mi viaje a Ubrique. Dicen que hacía un efecto precioso el tránsito de la comitiva religiosa por el jardín de la finca, que llama la atención por los grandes macizos de rosas granas y blancas que tiene.

El señor cura de Ubrique, que había predicado después del rosario, con gran elocuencia una plática, ponderando las grandezas de la Virgen, llevó á S. D. M. bajo palio, yendo con luces los Condes, su familia, sus invitados, sus colonos y los empleados y sirvientes de su casa.

Hubo por la noche espléndida comida y terminada ésta se pasó muy amenamente la velada con juegos de prendas, en los que demostraron su ingenio y su habilidad muchos de los asistentes.

Hoy ha habido gran concurrencia en esta dehesa: se han celebrado tres bautizos y una boda. Era típico ver llegar las respectivas cabalgatas; en las mulas subidas las mujeres con sus críos, que naturalmente traían «los trapitos de cristianar»; guiando las bestias los hombres y no faltaban quienes se habían tomado «como desayuno» cuatro o cinco horas de camino a pie para presenciar la fiesta.

El cura de Cortes, D. Antonio Reguera Carrasco, que por cierto habla mucho de Cádiz, pues estudió en ese Seminario cuando era rector D. Manuel Bosichy, y pío operario el Padre Rafael Montañez, fue el oficiante en todas las ceremonias. Primero casó y veló a los novios. Ella ni era una niña, ni tampoco una beldad; vestía de negro, con su velo del mismo color: el novio trabaja en un molino cercano; llevaba terno gris, y si no muy joven, era por su aspecto capaz de luchar y pelear con alcornoques y chaparros: ambos comulgaron en la misa: las arras fueron monedas de a peseta, y como por estos alrededores no hay platerías, los anillos tuvieron que facilitarlos dos de los concurrentes.

Mucho público hubo en la capilla, tanto que hasta el jardincillo de la entrada llegaban los fieles.

Después del casamiento predicó el Sr. Reguera; antes había dicho misa el Guardián de los Capuchinos de Ubrique R. P. Diego de Ronda; y a eso de las once tuvimos los tres bautizos, de modo que esta modestísima ermita pudo competir hoy en cultos con una parroquia de importancia y de trabajo.

Los padrinos y los novios antes de marcharse obsequiaron con «piñonates», dulce característico aquí en esta clase de solemnidades y que reemplaza al «pudin» ó bizcocho de boda, y con aguardiente, a los que habían presenciado la ceremonia y los zagales que por aquí viven, gritaron y vocearon, pidiendo cuartos y dulces.

Escribo casi de camino; entre «los horrores» del equipaje y recogida de chismes. Me dan priesa para terminar y amenazan con recoger el tintero y el papel que necesitan ser guardados. Y yo, antes de que se cumpla el anuncio, cierro la carta, la pongo un sobre y se la entrego a un propio.

WILLIAMS.

Dehesa del Gamiz, 20 mayo.