martes, 31 de marzo de 2020

El Rodezno desde otro punto de vista

El Rodezno de Ubrique
Fotografía de Romero de Torres coloreada por Leandro Cabello


Por Esperanza Cabello


Hoy nos hemos encontrado con una agradable sorpresa al entrar en el grupo Ubrique en el Recuerdo, del que hemos comenzado una tercera temporada.
Y ha sido esta fotografía que nuestro hermano Leandro ha coloreado digitalmente. En origen, esta fotografía apareció en el Catálogo Monumental de España en 1908, obra de Enrique Romero de Torres, pero en blanco y negro, como corresponde a la época.
Nuestro hermano le ha devuelto una parte de su vida al colorearla (buen trabajo, hermano), pues podemos ver aún mejor la tremenda calidad de la fotografía original, además de la estupenda remodelación.
Pero es que además nos ha llamado terriblemente la atención un comentario que Eduardo Janeiro ha hecho al ver esta fotografía:
"En aquella época, años 50 , el río era totalmente de agua limpia y las anguilas subían hasta la misma salida de agua por el arco. Los hermanos Romero Soto, Manuel y Miguel, allí las cogían y hasta más de 2 kilos.  Se las compraban las Piñeritas, que eran dos hermanas familia de Baldomero Fernandez Pinero."

No solo nos parece fantástico que hubiera anguilas en el río (nosotros habíamos oído que las había más abajo, cerca del pantano), sino que Eduardo ha mencionado a Las Piñeritas, tías de nuestra abuela Natalia Fernández,  unas de las mujeres de referencia de nuestra familia.

Gracias, hermano, por esta nueva visión del Rodezno, y gradias, Eduardo, por recuperar para nosotros recuerdos de nuestro pueblo.


viernes, 27 de marzo de 2020

Momentos para la esperanza, por José María Cabello

Atendiendo a un paciente de coronavirus en el hospital Clínico San Carlos de Madrid


Por José María Cabello

Y entre nubes amenazadoras, un rayo de sol. Acabo de recibir la alegre noticia de que mi hija Noemí Julia, medicina interna, especialidad en infecciosas en el Clínico San Carlos de Madrid, ha superado el tercer y definitivo test negativo del coronavirus. Prueba superada. El lunes vuelve al hospital después de su obligado aislamiento. Es de las primeras médicos que cayó y a los quince días vuelve a la trinchera. Su marido Paco Ortuño, intensivista, me afirma que de su equipo tiene diez bajas entre médicos y enfermeros.
En estos días Tele 5 hizo público un video, duro y consolador al mismo tiempo. Paco realizaba en directo la extracción, con su equipo, de un respirador paso previo a su alta médica. Dos valientes de los miles de ciudadanos de todas las profesiones que viven el riesgo generosamente para luchar en primera fila por los millones atrincherados en nuestro obligado encierro. Hemos alcanzado el punto álgido del ataque. Es nuestro momento. Ha llegado el momento de la retaguardia. ¡Todos en la casa! Reforcemos nuestra defensa.
Me emociono por las tardes en la respuesta colectiva de aplausos y música. Pero admiro sobre todo la calidad humana de mis paisanos. Unidos a la corriente solidaria que emerge del colectivo han aparcado su servicio a las grandes firmas para dedicar su destacada artesanía para confeccionar mascarillas y otros medios necesarios para quienes batallan en primera fila.
 ¡Ubrique, siempre solidario! Recuerdo en mi niñez cartucheras, carteras y correajes confeccionados en la petaquería de mi padre. Entonces eran obligadas en una economía de guerra. Ahora son precisos para combatir en una lucha invisible. Pero ya vamos camino de la victoria. Y entre las brozas que están de frente se adivinan atisbos de primavera.
Abres las ventanas, estoy en la capital del Sol y aspiras a la vez abierta mojada de lluvias recientes y el azahar de siempre. El monte de Gibralfaro es un melange de gris ocre y de verde pinar Se adivinan el rojo de algunas jacarandas que forman islote y hasta el lila de la floresta. El sol ensaya a entrar con toda fuerza para llevarse por delante a estos perniciosos virus que nos llegaron como un tsunami. Las altas médicas crecen, la entrega de nuestros sanitarios es absoluta y nuestro encierro es total.
¡Conseguiremos pronto la victoria! Los ubriqueños tenemos un serio compromiso con nuestra Patrona, expresado en el Voto. La Virgen de los Remedios sabe de epidemias. Conoce todas las calles del casco antiguo azotadas a la mitad del XIX por el cólera morbo. Nos ayudó. Como en su fiesta, proclamamos "a capella" el canto común: “Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos".
 ¡Seguro que nos oye!
 

jueves, 26 de marzo de 2020

Podremos con este "piojo verde", por José María Cabello

José María y Carmen paseando en Ronda


Por José María Cabello




25 de febrero de 2020
¿Llegó ya la primavera? Aunque es tarde, se la espera. Y sigue esa lluvia menuda, esos nubarrones grises, ese frío fuera de tiempo que empañan las repetidas fotos del blanco de nuestras casas y del verde de nuestros olivares. La vida ha cambiado y las leyes físicas de lo natural que parecían fijas se resquebrajan. El coronavirus nos ataca con fiereza. Y en este obligado encierro, nuestros pensamientos se convierten en reflexión serena. ¡Yo apuesto a que lo vencemos! Y lo expreso en mi rincón favorito, mi Ubrique en el Recuerdo. Porque allí he nacido y he vivido epidemias no tan extensas, pero bien intensas. Todas se superaron. Y siguiendo todos las normas que se nos dictan seguro que venceremos.
Pertenezco al sector más castigado por esta virulenta enfermedad Precisamente a la generación de los niños de la posguerra que vivimos la infancia en una pandemia nacional de hambre y de miseria. Independiente de las peculiares infantiles que nos acechaban y todavía conservamos la huella en el brazo de la vacuna contra la viruela, padecimos la primera epidemia. Popularmente se llamó "el piojo verde". Se trataba de un tifus, que en su carácter de exantemático se llevó por delante a algunos de nuestros paisanos/as. Estaba relacionado con falta de aseo. Cerca de los Nueve Caños había una caseta por la que pasaban los posibles contagiados para sanearlos.
Después, llegó la pandemia nacional de la tuberculosis que tanto castigó a Ubrique y atacó a familias enteras. Y ya, en tiempos de corrupción industrial, la colza y la poliomielitis también hicieron estragos. Si pudimos con las de antes ¿no vamos a poder con la de ahora? Los ojos hacia arriba y al horizonte. Allá, sobre las nubes, la Virgen de los Remedios tenderá su manto. Y por levante nos volverá un sol reluciente a devolver a los cielos su azul de siempre.
Unos valientes, consagrados al servicio de los demás nos dan ejemplo. Entre ellos, orgulloso de que mis hijos Noemí Julia y Paco Ortuño estén en primera fila de medicina interna, infecciosa e intensivista en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Nosotros ¡A casa! ¡Sin salir! Esperando, pero con mucha esperanza.



.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Cándido, sobrino de Cecilia Vecina Rodríguez







Nuestro amigo Antonio Bohórquez ha publicado en "Ubrique en el recuerdo" una simpática fotografía de un señor joven llamado Cándido. Fotografía realizada en Cuba, en la Galería Fotográfica Dufart Mañán, en la calle O'Reilly de La Habana (en este enlace).
En el reverso podemos leer:
"Recuerdo á mi queridídima tía Cecilia de su sobrino Cándido" .
Publicamos a continuación las explicaciones de Antonio sobre su familia y las conjeturas sobre Cándido:





Por Antonio Bohórquez Jiménez

Revisando y organizando las fotografías que me han llegado de mis mayores, ahora que tenemos mucho tiempo que ocupar, me encuentro con esta, bien conservada y hecha en La Habana en el estudio fotográfico Dufart y Mañán, en la avenida O´Reilly, creo que a finales del XIX o principios del XX. Al dorso figura la dedicatoria: "Recuerdo a mi queridísima tía Cecilia, de su sobrino Cándido".
Está claro que se trata de Cecilia Vecina Rodríguez (CVR), casada y sin descendencia con Miguel T. Bohórquez Clavijo. Pero ¿ quien es éste, su sobrino Cándido ?

Cecilia Vecina Rodríguez era hija de Serafín Vecina Poley y Beatriz Rodríguez Barea. Según M. Zaldívar ("Malteses en Ubrique. Los Carabot, los Misut y los Vecina"), fueron sus hermanos :

Buenaventura, casado con Ana J. Rodríguez Chacón. Ninguno de sus hijos consta que se llamara Cándido.

Elisa, casada con Francisco Bohórquez Clavijo, bisabuelos míos y de mis primos ubriqueños, los Bohórquez Gutierrez, Bohórquez González y Luengo Bohorquez. Tampoco tuvieron hijo llamado Cándido.

Ricardo, que murió soltero.

Emilia, casada con Juan Coveñas. Solo se que tuvieron una hija, Beatriz, a la que conocí de pequeño en casa de mis tios.

Angeles, casada con José Janeiro Córdoba, desconociendo si tuvieron hijos y sus nombres.

Serafín, casado con María Pérez Mancilla, no constando el nombre de sus hijos, si los tuvieron.

Hace años, Robustiano del Canto publicó un trabajo, "Sobre el origen y evolución de las Petacas en las que, recuerdo decía que una de las hijas estaba casada con un sombrerero llamado Nieto, de cuya hija, Beatriz, Elena Lobatón subió recientemente una foto y a la que también conocí de pequeño.

En caso de que fuera sobrino de su marido, no figura ningún Cándido ni entre los Ayala Bohórquez ni, como hemos dicho, Bohórquez Vecina. Según Juan Lozano Lobatón, otro hermano, Modesto Bohórquez Clavijo, ingresó en la Real Compañía de Guardias Marina. ¿Sería éste Cándido hijo suyo? 


.

domingo, 22 de marzo de 2020

Fabricando mascarillas en Ubrique




Por Esperanza Cabello

En estos días tan insólitos y difíciles, siempre hay algo que podemos hacer. Hoy hemos sabido, después de varios días esperando, que por fin han terminado los previos para confeccionr mascarillas en Ubrique, utilizando los medios materiales y humanos de que dispone nuestro pueblo. 
Esas son buenas noticias, en momentos de incertidumbre y de crisis la solidaridad y la ccreatividad sacan lo mejor de todos nosotros.


Por otro lado, han puesto a la disposición de todos las plantillas y las instrucciones para que cada uno pueda fabricar en casa sus propias mascarillas, sean para estos moentos o para cuando podamos de nuevo ir incorporándonos a nuestra vida cotidiana.

En este enlace de Todoves podemos aprender y descargar las plantilllas y las instrucciones.

En este otro enlace podemos descargar el patrón imprimible.

Finalmente, en este enlace de Radio Ubrique podemos leer el comunicado de MOVEX a propósito de la confección de mascarillas y el material necesario.


GRACIAS


.

martes, 17 de marzo de 2020

¿Y si hiciéramos gañotes esta tarde?

Buenos en cualquier momento del año


Por Esperanza Cabello


En estos días en los que da tiempo de hacer de todo en casa, y como la familia está reunida todo el tiempo, nos acordamos muchísimo de quienes ya no están con nosotros, y de las geniales ideas que nuetras madres y tías tenían en cuanto que algo iba mal.
Si llovía mucho, si teníamos sarampión o si teníamos que quedarnos en casa con una pierna enyesada, rápidamente tita Reme o tita Carmen o mamá se ponían manos a la obra. Unas veces eran natillas, otras rosquitos, otras churros, otras tortas y, cuando se acercaba Semana Santa, eran gañotes.

La Semana Santa se acerca, y como, previsiblemente, no tendremos Semana Santa tal como la hemos conocido, no importa en absoluto cambiar las fechas.
Este año no habrá concurso de gañotes, pero podemos hacer el concurso en casa, con nuestros niños, con nuestros mayores, a ver quién hace el gañote más pequeño, o más grande, o más enrollado...
¡Imaginación al poder!

Así que hemos pensado que si tenemos en casa algunos huevos, un par de limones, un poco de azúcar y aceite y un kilito de harina, ya podemos ponernos manos a la obra (o manos en la masa, como se quiera) y comenzar a hacer unos deliciosos gañotes. El "ajolí" (ajonjolí) es importante, pero si no tenemos no pasa nada, mejor quedarse en la casa, no hay que salir a comprar.

Necesitamos:
-Media docena de huevos
-El mismo peso de los huevos de azúcar
-El mismo peso de aceite
-La ralladura de dos o tres limones
-Un botecito de ajolí, si tenemos
-Harina, más o menos un kilo


Con estos ingredientes, un buen cuenco para hacer la masa, aceite, un perol para freír y dos o tres cañas o similar (si no tenemos cañas podemos liarlos hasta con los dedos) ya podemos invitar a los más pequeños de la casa a preparar la merienda, y pedir a los abuelos que nos ayuden 💜💜💜💜.

En este enlace podemos leer la receta completa y animarnos a adelantar la gastronomía de la Semana Santa unos días.


.

sábado, 14 de marzo de 2020

In memoriam. Luis Crossa Cuevas

Luis Crossa Cuevas
Autorretrato



Por Esperanza Cabello


Esta tarde hemos recibido una noticia terrible. Nuestro querido y admirado Luis Crossa Cuevas ha muerto hoy, ha sido Amelia Casillas Lara quien lo ha comunicado en Ubrique en el recuerdo.
Queremos transmitir a su familia todo nuestro dolor por su pérdida y todo nuestro cariño , haciéndoles saber que están en nuestro pensamiento y en nuestro corazón.
Son malos tiempos, y no nos será posible darle una despedida como merece, los ubriqueños no podremos acercarnos al tanatorio ni a darles un abrazo a María ni a sus hijos y nueras, de los que Luis estaba tan orgulloso, pero todos queremos que sepan que de corazón estamos con ellos.

Luis era un hombre muy inteligente y muy culto, con una gran personalidad y mucho arte.
Había nacido el seis de agosto de 1933 en Cañete la Real, pero su padre, el maestro don Ramón Crossa, obtuvo su plaza definitiva en Ubrique en 1934, por lo que Ubrique era su pueblo. Se crió como todos los niños de su época, amigo de nuestro padre y de nuestro tío José María. También muy amigo de nuestro tío Eduardo.
Dedicado a la piel desde muy jovencito, se descubrió como un magnífico repujador, convirtiéndose en uno de los mejores de Ubrique y en toda una referencia. El arte se convirtió en su pasión y comenzó a pintar de modo autodidacta, admirando siempre a su "maestro" don Pedro, Pierre de Matheu.
Muy jovencito conoció a la que sería su compañera de toda la vida, María Isabel Fernández, con la que contrajo matrimonio en 1960 y con la que tendría dos hijos, Luis y Jesús.

Se dedicó a la pintura después de su jubilación, siendo un artista muy prolífico, sus obras están en muchos hogares ubriqueños. 
En los últimos años ha sido muy activo en redes sociales, siendo el primer miembro de "Ubrique en el recuerdo", grupo de facebook que fundamos para que nos echara una manita con el reconocimiento de personas en fotografías antiguas, él y nuestros hermanos Leandro y Manolo componían el grupo que creamos hace siete años.

Y hoy nos quedamos todos un poquito huérfanos, nos da muchísima tristeza pensar que ha muerto, pensar en su esposa, siempre a su lado, siempre pendiente de él, una mujer increíble y devota, que ha hecho de la vida de Luis la suya. 
Lo peor para todos nosotros, sus amigos y sus admiradores, es que no vamos a poder ir a darle nuestro último adiós. Las circunstancias terribles del estado de alarma por la pandemia hacen que sea imposible reunirse en el cementerio y darle a su mujer, a sus hijos, a sus nueras y a Amelia, que se ha convertido en parte de la familia y los ha cuidado como una hija, un gran abrazo.
Descansa en paz, Luis, Ubrique ha perdido hoy a un gran hombre, te recordaremos siempre.



NOTA: LOS UBRIQUEÑOS NO PODREMOS ACOMPAÑAR A MARÍA ISABEL FERNÁNDEZ Y A SU FAMILIA EN LA DESPEDIDA A LUIS, QUE TENDRÁ LUGAR MAÑANA DOMINGO, DADAS LAS GRAVES CIRCUNSTANCIAS QUE ATRAVIESA EL PAÍS, PERO LES ENVIAMOS TODOS NUESTRO ÁNIMO Y TODO NUESTRO CARIÑO A TRAVÉS DEL GRUPO EN EL QUE TANTAS VECES PARTICIPÓ.


















































































Luis Crossa Cuevas. In memoriam.

viernes, 13 de marzo de 2020

Pequeños superhéroes

Mascarillas hospitalarias
Imagen gentileza de Procedimientos  de enfermería




Por Esperanza Cabello
En femenino singular


Estamos viviendo días insólitos y difíciles, que requieren toda nuestra atención, nuestro mejor talante y toda nuestra fuerza de voluntad. En estos días se ve claramente cómo algunas personas hacen todos los esfuerzos del mundo (especial atención merecen todos los trabajadores sanitarios y quienes velan por nuestra seguridad) y otros son mamarrachos irresponsables capaces de transmitir el virus saliendo de zonas contagiadas y viniendo a contagiar la enfermedad a otras zonas del  país (estas noticias de La Voz del Sur dan cuenta de ello).

Pero no se trata de dar más publicidad a los impresentables, sino de contar una historia emocionante, una historia corriente que nos da esperanza y nos hace confiar en las nuevas generaciones.
Hasta hoy viernes ha habido clases en todos los centros escolares de la provincia, y también en Las Cumbres, como en cualquier instituto. Los alumnos y alumnas de Primero de Ciencias acababan de volver de un viaje de estudios y, al entrar en clase, me encontré a muchos de ellos con mascarillas.
Les pregunté qué pasaba, si se sentían mal o si se las habían puesto por protección propia.
Y ya estaba dispuesta a hablarles sobre las circunstancias  de las mascarillas cuando una chica me respondió:
"Estamos protegiendo a los demás, protegemos a los que queremos, y te protegemos a ti para que protejas a tu hermano".

Unos chicos de dieciséis o de diecisiete años demuestran que son superhéroes y superheroínas, tienen en sus manos, como todos y cada uno de nosotros, el poder de detener, con pequeños gestos, esta terrible amenaza que atenta contra nosotros.
Mantenernos en casa a toda costa, no salir si no es imprescindible de verdad, no viajar, ser terriblemente escrupulosos con nuestra higiene, proteger a nuestros mayores y a quienes tienen problemas de salud, protegernos y estar tranquilos... Son acciones que están totalmente a nuestro alcance, y si además pensamos en los demás y somos empáticos, todos podemos ser superhéroes como estos chicos.
¡Gracias de corazón, sois alucinantes!


.

miércoles, 11 de marzo de 2020

Del cementerio General al cementerio de San Bartolomé

Antiguo cementerio de San Sebastián, 
a la derecha de la iglesia del Jesús
Fotografía de Francisco García Parra 
recuperada por Manuel Cabello


Por Esperanza Cabello


Nuestra visita al archivo del Registro Civil ubriqueño, buscando la genealogía de nuestra tatarabuela, Isabel Coveñas, para la conferencia sobre mujeres ubriqueñas en la historia, nos ha permitido confirmar algunos datos muy curiosos para la historia de nuestro pueblo.
Todos sabemos que los enterramientos se han hecho, a lo largo de la historia, alrededor de las iglesias, o, si se trataba de alguien más señalado, se enterraba en el interior de la misma.
En Ubrique, sin ir más lejos, sabemos que don Pedro Romero, fundador de la ermita de San Pedro, fue enterrado en el interior de la ermita, delante de altar (más o menos donde se coloca actualmente la mesa de las conferencias).
Los primeros enterramientos se harían cerca de la iglesia de San Antonio, la más antigua de las iglesias del pueblo, pero de eso no tenemos constancia. Más tarde, y una vez construída la iglesia parroquial, el cementerio se situaba a su izquierda, de ello queda como testigo el nombre de la calle de las Ánimas, que circundaba el cementerio.
Al mismo tiempo, desde 1660, se consagró una determinada zona de las huertas del convento como cementerio, de hecho los mayores del pueblo hemos conocido ese cementerio, incluso las llaves de los ataudes de los monjes estuvieron muchos años en esa zona de cementerio.
También sin saber exactamente desde cuando, Ubrique comenzó a enterrar a sus muertos en el cementerio de San Sebastián, situado a a derecha de la iglesia de Jesús. Esta iglesia fue construída en honor del patrón de Ubrique, San Sebastián, en el Jardín de Jesús; en la página de la Hermandad del Nazareno podemos leer que fue a finales del siglo XVI, después de una epidemia de peste (en este enlace). Esta iglesia con el paso del tiempo ha ido tomando el nombre de Iglesia de Jesús.
Hasta esta semana teníamos el dato, contado por nuestros mayores, de que había sido en 1900 cuando don Bartolomé Romero había cedido unos terrenos para la construcción de un nuevo cementerio a la entrada del pueblo, y nuestro amigo José María Gavira había recuperado una estupenda descripción escolar del mismo (en este enlace).
Pero ahora  sabemos que los datos son diferentes. Gracias a la amabilidad del encargado del Registro Civil, José Antonio Herrera, hemos podido revisar los libros de defunción entre los años 1871 y 1900, poniendo especial atención al lugar en el que cada difunto iba a ser enterrado.

Por ejemplo, don Serafín Vecina Poley, muerto en 1871 e inscrito en el libro primero de defunciones, fue enterrado en el cementerio del convento:





Francisca Gómez Bohórquez también falleció en 1871, en julio, y su cadáver fue trasladado al cementerio de San Sebastián:


En 1875 murió nuestro tatarabuelo Cayetano Janeiro, y fue enterrado en el "cementerio general", así era conocido el cementerio de San Sebastián:




Nuestro trastatarabuelo José Coveñas, fallecido en 1876, el siete de febrero, e inscrito en el libro número seis de defunciones, fue enterrado en el cementerio del convento, llamado también cementerio de San Francisco:


El 16 de marzo de 1880 murió el ubriqueño Antonio Aragón Macías, a los 77 años, de un "reblandecimiento cerebral", y fue enterrado en el cementerio general, o sea, junto a la iglesia del Jesús.



Y así, año tras año, libro tras libro, hemos podido comprobar cómo los ubriqueños fallecidos en la segunda mitad del siglo XIX,  eran enterrados, casi todos, en el cementerio de San Sebastián, sin ninguna referencia  al nuevo cementerio hasta que llegaamos al año 1899.

En el libro 31 de defunciones encontramos, en el folio 200, el acta de defunción de una niña de nueve años, Beatriz Muñoz Rincón, muerta de "fiebre perniciosa" el 17 de septiembre de 1899, hija de José Muñoz y Manuela Rincón, que sería enterrada en el cementerio de San Sebastián de Ubrique. Esta es  la última inhumación en este cementerio (exceptuando algún caso aislado).




Diez días más tarde, inscrito en el folio 201 del libro 31 de defunciones, encontramos el acta de la muerte del pequeño Juan Morales Pardeza, residente en la calle Palma y muerto el veintisiete  de septiembre de 1899 de "meningoencefalitis", según consta en elo certificado médico.
Este pequeño fue, tristemente, el primer ubriqueño enterrado en el cementerio de San Bartolomé de Ubrique:





A partir del acta 116, del  27 de septiembre de 1899, consta en los libros de defunción que todas las personas fallecidas en Ubrique fueron enterradas (con alguna excepción que no podemos determinar aún) en el actual cementerio de San Bartolomé.

Así pues podemos afirmar, con tristeza, que el comentario de nuestro tío José María era muy certero, la mayor parte de las inscripciones de defunción en el siglo  XIX era de niños y niñas ubriqueños (también hay inscritos muchos con el nombre de "feto", indicando igualmente los datos de sus padres y de su fallecimiento). Y la última persona enterrada  en el antiguo cementerio de Ubrique fue el 17 de septiembre de 1899,  una niña de 9 años, Beatriz Muñoz Rincón. La primera persona enterrada en el actual cementerio fue el 27 de septiembre de 1899, un niño de dos años, Juan Morales Pardeza.




Cementerio de San Bartolomé en la década de los cincuenta
Fotografía cortesía de Lely Fernández
Ubrique en el recuerdo


En anteriores entradas, (en este enlace) habíamos mostrado imágenes del exterior del nuevo cementerio, e incluso habíamos explicado que  comenzó a utilizarse en 1900 basándonos en los testimonios de los mayores. Parece que debemos adelantar unos diez años esta fecha.



.