sábado, 31 de enero de 2015

Clasificación general de los montes públicos de la Sierra en 1859

 Montes Públicos en la Sierra
La Sierra de la Silla
Fotografía de Leandro Cabello


Por Esperanza Cabello

Sin lugar a dudas nuestros montes han sido, y continúan siendo, una de nuestras riquezas más preciadas. Desde tiempos primitivos nos han dado cobijo y alimento, constituyendo, además, una fuente de riqueza natural que ha sido explotada, según los años, para la producción de madera, madera para bojes, carbón, pastos, cal,  frutos, corcho, tanino y mil productos diferentes.
Una vez terminada la Guerra de la Independencia, que supuso al mismo tiempo el fin de los señoríos (aquí terminó el de la Casa de los Duques de Arcos), la propiedad de las tierras fue organizándose.
Hemos descubierto un curioso libro de 1859 "Clasificación General de los Montes Públicos" en el que hemos podido comprobar el estado de los montes pertenecientes a nuestra comarca, al Partido Judicial de Grazalema.






En febrero de 1859, el Ministro de Fomento español, el Marqués de Corvera, expuso a Su Majestad la Reina la necesidad de que el Estado se reserve el dominio ó la inspección de los montes, cuyo fomento y conservación no puede ser encomendado al interés particular, ó cuyo aniquilamiento produciría funestos y trascendentales trastornos en el clima, en la agricultura y en la vida de los pueblos.

El 16 de febrero de ese mismo año la reina firmó un Real Decreto por el que se tomaran las medidas necesarias para que los ingenieros de montes clasifiquen los montes españoles. Y un día más tarde se publicaría una Real Orden en la que se daban las instrucciones precisas para hacer la clasificación de los montes en tres clases diferentes:











1 1.    MONTES QUE DEBEN CONSERVARSE sujetos á las ordenanzas del ramo, y que se exceptúan de la enajenación. Son los montes de abetos, pinabetes, pinsapos, pinos, enebros, sabinas, tejos, hayas, castaños, avellanos, abedules, alisos, acebos, robles, rebollos, quejigos y piornos…

2 2.  MONTES DE ENAJENACIÓN DUDOSA, los alcornocales, encinares, mestizales y coscojales.

  3.  MONTES QUE SE DECLARAN DESDE LUEGO EN ESTADO DE VENTA, fresnedas, olmedas, lentiscales, cornicabrales, tarayales, alamedas, saucedas, retamares, acebuchales, almezales, bojedas, jarales, tomillares, brezales, palmitares y demás montes.

Los encargados de esta clasificación serán los ingenieros del ramo, que se encargarán de la dirección de los trabajos, y estarán á sus órdenes todos los demás empleados del ramo.
El ingeniero encargado de hacer la clasificación de la provincia de Cádiz fue don Antonio Lainez, quien tuvo cuatro meses para terminarla, pues la clasificación debía estar terminada el 15 de junio



El resultado de esta clasificación realizada por don Antonio Lainez es, en lo que respecta al Partido Judicial de Grazalema, doble: de un lado un grupo de montes excluídos de la desamortización (o sea, que no pueden venderse), y del otro los montes enajenables (o sea, que se ponen a la venta). Estos son:




Relación de montes exceptuados a la desamortización en el Partido Judicial de Grazalema




En BENAOCAZ, el Apeado de London (51,51 hectáreas), la Breña del Boyar (386,37), el Caos Viejo (38,63), Cosca (64,39), Dornajos (160,98), Encinalejo (128,97), Hoagazar (96,58), Hoyo del Saltillo (547,35), Jardelas (321,97), Jauleta (96,58), La Mesa (83,70), Mesoncillo (32,19), Puerto de Don Fernando (341,28), La Silla (51)



En GRAZALEMA, Albarracinejo (641,95), Albarracinejo (615,16), Albarradas (235,27), Angostura de Taberna (77,26), Baldío de la Sierra del Pinar (193,18), Cabeza de Caballo (19,31), Cabo de Ronda (255,37), Campo de las Encinas (611,77), Cañada Grande (257,58), Cerro de Casi (115,90), Cueva del Buho (289,77), Lagares de Patagalana (19,31), Laureles (611,77), Matilla del Higuerón (96,58), Matilla de los Machos (19,31).


En UBRIQUE Las Breñuelas (193,18), Higuerón de Taberna (sic) (225,37), Lomas de Albarracín (193), Puertos de Libas (193,18), Sierra Baja (863,32), Sierra Blanquilla (206,05).


En VILLALUENGA DEL ROSARIO, Chaparral Alto (515,16), Las Lomas (257,58), Jaralejo de Jibar (515,16), Jardaleja (210,90), Joseras (25,75), Mata Gallardo (257,58), Mata de Gil Martin (321,97), Mata de Ruiz (96,58), Navazo del Caó (128,79), Navazo de Libar (386,37), Navazuelos Fríos (96,58), Peñón Bermejo (321,79), Peralta (128,79), Puerto de las Encinas (547,37), El Reloj (321,97), Rincón de la Dehesa (77,86), Sierra de las Viñas (64,39).

El total de los montes del Partido Judicial de Grazalema excluidos de la desamortización fue de 12.643,87, casi todos de encinas, quejigos y alcornoques. Predominan también los acebuches, algarrobos, lentiscos, espinos, agracejos, jaras y ailagas. En el Boyar también constan robles. pero no hemos encontrado ninguna zona en la que consten pinsapos.




Montes exceptuados de al desamortización en el partido Judicial de Olvera






En cuanto a los montes enajenables:


En BENAOCAZ, el Apeado de la Laguna, de 19,31 hectáreas de robles, encinas, acebuches y algarrobos.

En GRAZALEMA el Baldibuelo de Benamahoma, 146,81 hectáreas de quejigos, encinas, acebuches y algarrobos. El Monte Cancho del Labradillo, 257  hectáreas de encinas y quejigos.

En UBRIQUE el Baldehuelo de Barrios, 51,51 hectáreas de alcornoques; el Monte de Enmedio de Abalesa, 321,97 hectáreas de acebuches y fresnos; el Pimpollar de la Gabia, 38,63 hectáreas de alcornoques y quejigos; el Pimpollar de Mulera, 193 hectáreas  de alcornoques y acebuches; la Punta de la Herriza, 38,63 hectáreas de alcornoques y acebuches; el Zarzalón de la Covezuela, 96,58 hectáreas de alcornoques y quejigos y el Zarzalón de Mulera, 257,58 hectáreas de alcornoques, quejigos, acebuches, agracejos y aliagas.

En VILLALUENGA DEL ROSARIO el Chaparral de la Dehesa, 289,77 hectáreas de encinas y quejigos; la Higuereta, 321 hectáreas de encinas y quejigos y las Laderas de Maldonado, 237,58 hectáreas de encinas, quejigos y alcornoques.

En total, 2.291,10 hectáreas de montes enajenables.



 El sol invernal en Los Alcornocales
Fotografía de Leandro Cabello


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miércoles, 28 de enero de 2015

Ubrique en los diccionarios geográficos, siglos XVIII y XIX

Ubrique en el Diccionario Geográfico Universal 
de Antonio Montpalau, 1793



Por Esperanza Cabello

Nos ha quedado, después del encuentro de la descripción geográfica hecha por don Hermengaudio Cuenca, el gusanillo de encontrar datos de nuestro pueblo, y hemos encontrado algunas descripciones muy curiosas. Comenzamos por esta de 1793, del diccionario Geográfico Universal  de don Antonio Montpalau.
En 1793 Vegazo aún no había comenzado los trabajos en Ocurris, por lo que el nombre del pueblo no está acompañado por su correspondiente latino, como en los dos ejemplos siguientes, de principios del siglo XIX.




Ubrique, Villa de España en el Reyno de Sevilla, entre ásperas sierras, con grandes pastos de monte alto, y mucho ganado de cerda, vacuno, yeguar, y fábricas de paños comunes. Tiene una Parroquia y más de 500 vecinos.


Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal
Don Sebastián de Miñano, 1828


Ya en el siglo XIX la descripción de Ubrique cambia considerablemente. En primer lugar nos emparejan con nuestra ciudad romana (Ubrique: Ocurris), también hemos dejado de pertenecer al "Reyno de Sevilla", y hemos pasado a depender del obispado de Málaga, aunque militarmente aún seguiremos dependiendo de Sevilla durante muchos años. Aún no había carreteras, y el transporte de personas y mercancías se hacía por caminos militares (más de ocho horas a Sevilla) y esos caminos se medían entre Utrera y el Campo de San Roque (llamado así el Campo de Gibraltar, que había dejado de ser territorio español).



 Ubrique en 1828

UBRIQUE (OCURRIS) 

Villa al Sur de España; provincia y Obispado de Málaga, partido de Ronda. 
A. M. de primera clase con 2 ordinarios, 1497 vecinos, 7396 habitantes, 1 parroquia, 1 convento, 1 pósito. El nombre de esta villa es de origen árabe. 
Situada a orilla del río Mayaceite, en el camino que desde Utrera se dirige al Campo de San Roque, por Coronil y Villamartín; pueblo pobre y de miserables casas, entre ásperas sierras, donde hay muy buenos pastos para el ganado de cerda, vacuno, yeguar y lanar, y en lo llano viñas, olivos y granos. Hay minerales de hierro. 
Industrias: fábrica de paños comunes. 
Dista 2 leguas de Grazalema. Desde Villamartín a Ubrique hay cerca de 8 horas de camino militar, en el que se encuentran algunos arroyos y un riachuelo; el cortijo de Chopos y las ventas de Prados del Rey, de Jabizna y de Puerta de la Silla. Los primeros grandes, y estos últimos de mediana capacidad. Contribución, 65,203 reales, 30 maravedíes.




Nuevo Diccionario Geográfico Universal, 1832




UBRIQUE (Ocurris) 

Villa de España, provincia de Málaga, á 1 legua de Grazalema, a orilla del rio Mayaceite, entre ásperas sierras, con minerales de hierro y fábricas de paños comunes. Es pueblo pobre y de miserables casas. Población 7,369 habitantes.

A partir de esta época, las descripciones geográficas de Madoz (en este enlace) son  cada vez más precisas y completas, hasta llegar a las de Hermengaudio Cuenca (1879) y  Enrique Romero de Torres  (en 1934).

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lunes, 26 de enero de 2015

Don Ignacio Calvo y Gálvez, Presbítero

Grabado al cobre de don Ignacio Calvo y Gálvez
Extraido del libro de Fray Sebastián "Historia de la Villa de Ubrique"


Por Esperanza Cabello

El Presbítero Ignacio Calvo y Gálvez, natural de Ubrique, (1748-1780) es uno de los ubriqueños cuya importancia fue reconocida a nivel nacional a principios del siglo XIX, justo después de su muerte. Hombre muy religioso, con una vida espiritual  muy marcada y una religiosidad que lo acompañó durante toda su vida, fue alabado y reconocido no solo durante su vida, sino también después de su muerte, no hay nada más que leer  su sermón fúnebre para hacerse una idea.
Fray Sebastián de Ubrique le dedica varias páginas en su "Historia de la villa de Ubrique", pero nosotros hoy hemos encontrado, en un libro de 1805 llamado "Colección de Santos Mártires, Confesores y Varones Venerables del Clero Secular en forma de diario" y escrito por don Fernando Ramírez de Luque, el cura beneficiado de la ciudad de Lucena, un relato de cómo era Ignacio Calvo.
Es muy curioso este diario, porque a cada uno de estos varones venerables le asigna un día, y al ubriqueño le asigna el dos de noviembre:



Colección de Santos Mártires...
Don Fernando Ramírez de Luque, 1805



En realidad este escrito no nos aclara mucho de la vida del Presbítero Ignacio Calvo, es un texto religioso que pretende transmitir sensaciones y religiosidad. Transcribimos a continuación el texto de don Fernando respetando la grafía y la ortografía de 1805. Nos ha resultado muy curioso escribir palabras en castellano con acentos circunflejos, como en francés.





2 de noviembre


 VENERABLE DON IGNACIO CALVO Y GÁLVEZ,


 Presbítero, hijo de la villa de Ubrique, reyno de Sevilla, que fue su cuna en 1748, donde lo puso Dios para exemplar de Sacerdotes, edificación del mundo, y confusión de las estragadas costumbres de estos tiempos. El alma buena que le cupo en suerte se manifestó desde su tierna edad, descubriendo un amor grande á la soledad y oración. Esta inclinación lo llevó á la Cartuja de Xeréz, donde fue novicio algunos días, con tal desempeño de los deberes de aquel instituto, que admirada la Comunidad le llamaban el Angel. Más Dios no lo tenia para el retiro del claustro, sino para el órden del Clero, en el que, como buen operario evangélico, trabajára para sí y para otros. En conseqüencia de este designio, una mortal enfermedad impidió su profesión, y lo restituyó a su casa. En ella no parecía lo que era: es decir, no parecía un joven noble, rico y delicado, sino lo que no era, esto es, un Anacoreta. Tal fue el plan de vida áustera y escondida en Christo que entabló; entrando con tan buena disposición en el estado Eclesiástico, que abrazó, llevado de una eficaz y clara inspiración, que lo llamó al Clericato, y fue el  fruto de sus oraciones dirigidas al acierto de la elección de estado. Lo acertó de modo, que nada hubo más ajustado á las leyes canónicas y sinodales, que su conducta.

Hecho cargo de que siendo Sacerdote no debía ser para sí solo, sino aún mas para cooperar en la salvación de sus próximos, se dedicó á tan apóstolico ministerio, ocupándose todo en el confesionario de su Parroquia, en asistir á los moribundos, fomentar la escuela de Christo, y dar el demás tiempo á la oración, y al estudio en  su casa. Habia prendido bien el fuego del amor divino en su corazón, el que rebosó al exterior muchas veces, ya cuando decía Misa, quedando todo transportado y absorto en Dios: ya en las conversaciones espirituales, en que hablando de Dios se encendia y brillaba su rostro, y enagenado de gozo daba saltos con la ligereza de una pluma á la fuerza de la llama que ardía en su pecho: ya en las cartas á las personas que dirigía, llenas de claúsulas y sentencias encendidas como asquas de tan sagrada hoguera: ya en fin habiendo llegado la inflamación de su corazón á necesitar (como el de otro San Felipe Neri), que el Señor le ampliase la esfera con una hinchazón en el pecho, que á veces le embargaba la respiración, sin permitir cosa alguna que pudiese orpimirlo; efectos maravillosos de su grande caridad.

La que tuvo con sus próximos, no le dexaba sosegar por aliviarles en cuerpo y alma, sin perdonar afán no trabajo en socorro de pobres enfermos y moribundos. Fue humildísimo en alto grado: sufrido hasta tener por máxîma, que en valde vivía en el mundo, quien no tenia que padecer: penitente con tal rigor, que no había cosa en que no mortificase su carne y sentidos, mortificando á un tiempo mismo al hombre interior y exterior: y últimamente extático por su frecuente y fervorosa oración, no siendo su vida otra cosa, que un continuado exercicio de las virtudes. De todo este cúmulo de méritos fueron recompensa la gracias de contemplación infusa, con que Dios lo dotó, comunicándole en ella altísimos conocimientos de su sér, atributos y perfecciones divinas: y de su continua presencia del Señor de un modo invisible, pero sensible, llano y amoroso en todos sus pasos, acción y movimientos. A estos singulares dones con que su Magestad enriqueció á su siervo, juntó los de profecía y curación de enfermedades, de que hay no pocas pruebas en su historia. Por fin, el teson de un método de vida tan mortificada y laboriosa: la práctica de una casi no interrumpida contemplación: y los ardores de su intensa caridad lo consumieron (como á un nuevo San Luis Gonzaga), y ocasionaron una molestísima tós, que le hacia arrojar porciones de sangre por la boca. Esta lo fue extenuando, hasta que bien dispuesto, alegre y tranquilo entregó su espíritu a su Criador, uniéndose para siempre con su amado, el 25 de octubre de 1780, teniendo cumplidos 32 y medio de edad. Manifestó Dios la gloria de su siervo, y honró sus méritos con varias apariciones y benéficos milagros concedidos á los que lo invocaron.= La escuela de Christo de Ubrique en su carta circular impresa en Sevilla el año de 81, remitida á las otras escuelas. Esta no puede leerse sin alabar y bendecir al Señor, que tan maravillosos es en sus santos, y mas en unos días de tan general corrupción y tanto olvido de Dios.



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