viernes, 16 de enero de 2015

Estudiando en el Real Colegio Alfonso XII, en El Escorial

 Fotografía de alumnos del Real Colegio Alfonso XII
Curso 1947-1948


 Por Esperanza Cabello

Durante toda nuestra infancia nos llamaron poderosamente la atención unas orlas muy historiadas y muy lujosas que había en la casa de nuestros abuelos maternos. Se trataba de varias orlas que lucían en el salón de nuestra abuela y en las que podíamos leer: "Real Colegio Alfonso XII. Monasterio de El Escorial".
En ellas estaban fotografiados nuestros tíos, y siempre nos preguntábamos, siendo muy pequeños, cómo era posible que hubieran ido tan lejísimos a estudiar.


 El grupo de clase de Antonio Izquierdo en el Real Colegio Alfonso XVII
Curso 1947-48

Con el tiempo fuimos conociendo las historias de los estudios de nuestros tíos y nuestra madre. En 1942, con solo nueve y diez añitos, los dos mayores de la familia se fueron a Ronda a estudiar. Esperanza tenía entonces solamente nueve años, y pasó toda su juventud en el colegio interna, consiguiendo todos los premios y las máximas calificaciones en sus estudios.
Paco también comenzó sus estudios en Ronda, pero los otros hijos varones fueron enviados al Monasterio de San Lorenzo del Escorial, a uno de los colegios  más prestigiosos de España.



 Antonio Izquierdo en la foto de grupo
Curso 1947-48


En la web del propio centro hemos podido leer un poco de su historia:


HISTORIA
"El Real Colegio Alfonso XII fue fundado en 1875 por iniciativa del rey que le da nombre. El monarca se declara católico y liberal y desea que el Colegio mantenga ese mismo espíritu, alejado de los movimientos extremistas de la época: integrismo y anarquismo. Con la llegada de los agustinos en 1885 el Colegio adquiere otras líneas complementarias, inspiradas en la enseñanza de San Agustín: la interioridad y la disposición para la apertura y colaboración con las necesidades del mundo que nos rodea.
Desde sus orígenes, el Colegio se dedica a las enseñanzas medias y ofrece la posibilidad de cursar los estudios en régimen de internado. 
Para los alumnos del Colegio es determinante asimismo su ubicación dentro del mismo edificio del Monasterio, del que ocupa la mitad anterior del ala izquierda. Las proporciones monumentales, la armonía ambiental, la historia encerrada entre sus piedras, marcan positivamente la vida de estudiantes y profesores.
En sus más de cien años de historia, el Colegio ha pasado algunos momentos muy difíciles.
En 1933 se prohibe la enseñanza a los religiosos, con lo que se traslada a Madrid bajo el nombre de "Calderón de la Barca".
En 1939 vuelve a El Escorial, pero las instalaciones habían quedado muy deterioradas y por ello, los estudiantes tuvieron que compartir aulas y dormitorios en los locales del Real Colegio Universitario de María Cristina.
El Colegio ha gozado también de excepcionales dotaciones para las ciencias experimentales. Fue deseo del propio Alfonso XII que las instalaciones gozaran de los medios más avanzados y se trajeron instrumentos y aparatos desde Londres, París, Berlín o Viena. Hoy, siguen destacando sus laboratorios, en especial el Gabinete de Ciencias Naturales, que cuenta con importantes colecciones de animales, minerales y plantas.



 Anuario del centro: Alumnos premiados con diploma del Colegio
Curso 1948-1949

Aquellas orlas que tanto nos llamaban la atención cuando éramos pequeños desaparecieron para siempre; se quedaron en la casa familiar y no pudimos recuperarlas. Pero aún quedan algunos recuerdos de aquellos días. Anuarios, revistas del colegio, fotografías, incluso periódicos.
En este anuario que hoy recuperamos, fotografiado por nuestro hermano Manuel Cabello, están dos de los hermanos Izquierdo: Antonio y Leandro.


 
 Leandro Izquierdo en el Cuadro de Honor
Curso 1948-1949


 Y además Leandro está en el cuadro de honor. Era un buen estudiante, muy preocupado por sus estudios, buen lector, escribía con un estilo impecable y tenía, al igual que nuestra madre, una gran memoria, que además estimulaba constantemente. La cultura fue siempre su pasión.



 Eduardo Izquierdo en el Colegio Alfonso XII
15 de junio de 1949


Nuestro tío Eduardo, al igual que Antonio, se destacó en el deporte. Ambos fueron miembros del equipo de fútbol del colegio, llegando a obtener grandes éxitos. Los dos hermanos mantuvieron esa aficción al volver a Ubrique, una vez terminados los estudios.
En esta fotografía lo vemos con sus compañeros de clase casi al término del curso, en junio de 1949.


Monasterio de El Escorial, junio de 1949


En esta última fotografía también podemos ver a Eduardo Izquierdo con sus compañeros de clase, aún estaría unos años más en Madrid, alejado de su casa.
No obstante una vez terminados los estudios todos los hermanos, menos el más pequeño, volvieron a Ubrique. La más joven de la familia, María Remedios, también fue a estudiar a Madrid, a un colegio de chicas, y le encantaba contarnos que fue a un "colegio de señoritas" a hacer unos estudios increíbles, que actualmente serían difíciles de mantener, pero que en la época englobaban todo el saber que una mujer "debía atesorar". No olvidemos que se trata de otra época y que entonces no estaba "bien visto" que las mujeres estudiaran, y mucho menos que fueran a la universidad. Menos mal que vamos consiguiendo avanzar un poquito.
Hubo otros ubriqueños que también fueron a estudiar al Monasterio de El Escorial, pero a principios de los cincuenta esa "moda" terminó, y a partir de entonces siguieron siendo Ronda y Sevilla las ciudades elegidas para seguir estudiando, hasta que hubo en Ubrique un centro en el que, por fin, se podía hacer bachillerato, el Colegio Libre Adoptado Nuestra Señora de los Remedios, el germen del actual IES del mismo nombre.


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2 comentarios:

Unknown dijo...

A principios de los sesenta, seguía de moda mandar a los hijos a LOS INTERNADOS(la mayoría religiosos)desde los Salesianos de Utrera a los Jesuitas del Palo en Málaga. No olvides que tus primos y algunos ubriqueños más estuvieron en el Internado Colegio Menor Cardenal Herrera Oria de Caleta de Vélez

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Nosotros también fuimos a un internado. Yo precisamente al mismo que mi madre, y mis hermanos primero a Jerez y después a Ronda. Y allí nos juntábamos decenas de ubriqueños entre todos los colegios.
Menos mal que al poco tiempo el instituto comenzó a funcionar y desde entonces pocos niños se han visto obligados a irse internos.