jueves, 12 de septiembre de 2019

Cómo hacer jabón tradicional con sosa y aceite usado

Jabón de sosa para la limpieza




Por Esperanza Cabello



Hace ya diez años (en esta entrada) explicábamos que nuestra tatarabuela Ana Córdoba Leytón había tenido una almona en la plaza de la Verdura de Ubrique. Una almona es un lugar en el que se fabrica jabón con sosa y grasas.
También explicábamos cómo la hermana de María Morales nos había enseñado a hacer jabón tradicional y cómo nosotros habíamos modernizado el procedimiento, consiguiendo fabricar cada verano el jabón necesario para todo el año.
Se trata de una receta muy simple. Necesitamos medio kilo de sosa caustica en escamas, un litro de agua, dos litros de aceite usado y algunos utensilios de los que hay en cualquier cocina.






Guantes para proteger las manos (manipular la sosa puede ser peligroso), una vara metálica para remover, un cubo resistente y, lo más moderno, una batidora vieja que aún funcione.






En primer lugar ponemos la sosa en el cubo, hay que escoger un lugar aireado y ventilado. No sirve la sosa en bolitas, la de limpieza como la que podemos encontrar en Mercadona, debe ser sosa en escamas.






Vamos añadiendo poco a poco el litro de agua, moviendo con una varilla y teniendo mucho cuidado de no respirar los gases tóxicos de la sosa. Una mascarilla puede venir muy bien.






Una vez mezcladas la sosa y el agua, comenzamos a batir con la batidora, despacito, como si fuera una mayonesa, empezamos a añadir el aceite. Aquí hay que tener un poquito de paciencia.
Si hemos utilizado la cantidad recomendada, en unos minutos comenzará a cuajar y se formará una pasta un poco más densa que la mayonesa.
Si hace frío la pasta es más líquida al principio, en verano resulta más fácil hacer el jabón.





Una vez adquirida la consistencia necesaria, vertemos el jabón en un molde. Nosotros utilizamos uno de porcelana, aunque podría ser de madera, mejor que no sea de plástico porque con el calor que desprende la sosa podría deformarse.





 A continuación ponemos el molde con el jabón al aire libre, preferiblemente al sol. Nosotros en esta ocasión le hemos añadido la ralladura de una pastilla de jabón, para que haga más  espuma al utilizarse.






Al día siguiente el jabón habrá empezado a solidificarse. Antes de que se endurezca le hacemos unas marcas con un cuchillo para poder desmoldarlo y poder cortar los trozos. Esperamos aún unas horas.





Y aquí están los taquitos de jabón, los utilizamos sobre todo para las manchas de la ropa, y, rallado y disuelto en agua, para limpiar el suelo o añadir a la lavadora.
El uso de la sosa puede ser perjudicial para la piel, y aunque nuestras abuelas se lavaban la cara y las manos con este jabón, más vale utilizar otros jabones más suaves para el uso personal.


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