El instituto Nuestra Señora de los Remedios en construcción
Por Prudencio Cabezas
Sobre las personas cuya intervención fue
decisiva para la CREACIÓN DEL PRIMER INSTITUTO DE ENSEÑANZA SECUNDARIA en
Ubrique: “Nuestra Señora de los Remedios”:
Citar los
méritos de varias personas en el logro de un bien social por orden alfabético
de apellidos puede ser muy democrático e imparcial pero no está exento de
incurrir en injusticias.
Los hombres
porque así lo exige el destino histórico de la humanidad se caracterizan por su
diversidad y tanto mal implica igualar a los diferentes como separar a los
iguales. Porque tenemos constancia- que otro día se expondrá- de las distintas
actuaciones de cuantas personas intervenimos en su creación, el primer puesto
en la cerámica que da constancia de ello en la puerta de Instituto, debe
figurar en primer lugar el Notario Don Rafael Rodríguez Navarro.
Es posible que
D. Rafael como cualquier mortal albergara en su intimidad errores y aciertos. Pero
hay que subrayar que en los pueblos de vitalidad ascendente, los aciertos
eclipsan a los errores; mientras que en las sociedades de vitalidad menguante,
un error, uno solo, borra, anula la excelencia de cualquier comportamiento
conciudadano.
Subsanado,
para tranquilidad de nuestra conciencia, el desorden que precede, ofrecemos a
quienes puedan tener curiosidad del curso de los hechos, el detalle del interés
y esfuerzo que hubo de realizar Don
Rafael para que no se malograra la concesión.
Además quiero
relatar dos omisiones importantes por si son susceptibles de subsanarlas o en
su defecto para que haya constancia pública de ellas.
Alguien,
cuando se aproximaba la mediación de los años 60, en cuyas fechas cumplían sus
hijos la edad de acceso a la 2ª Enseñanza, estuvo muy preocupado porque se
lograra en Ubrique un Centro del referido nivel. Tuvo noticias que había un legado
de las Señoras Domínguez León y agotó cuantas fuerzas disponía en entrevistas
con el Notario y con el Albacea. Con mucha angustia aceptó la frustración de su
anhelado deseo y los nombres de los frustradores.
Pero,
¡albricias¡ ¡donde hay fe el destino le es propicio¡
A muy buena
hora, Don Rafael llamó al padre que rebozaba de interés porque sus hijos
hicieran el bachiller, y le dijo en los siguientes términos: “Vengo de la Feria
de Sevilla donde he sido presentado al Inspector de 2ª Enseñanza de esta zona
quien me ha manifestado lo siguiente: Usted
tiene el pueblo más raro de Andalucía, mientras tengo amontonadas, sin dar
curso, multitud de solicitudes de
Centros Libres Adoptados, inicio de Institutos, a su pueblo que no lo ha
solicitado se lo he concedido porque objetivamente le pertenece y
lamentablemente pasado mañana vence el plazo y no lo han aceptado”.
Y
se despidieron, con tristeza el Notario y con esperanza el padre.
Después
de varias vicisitudes, el vecino ilusionado logró que el Alcalde le entregara
la carta-oferta. Eran las seis de la tarde y el plazo de aceptación vencía el
día siguiente. Instintivamente se dirigió al Bar Barrera donde tomaban café
diariamente Diego Reguera Reguera, médico y Teniente de Alcalde y Diego Herrera
Corrales, practicante, amigo y hombre de experiencia. Sin previo aviso, el
portador de la carta les leyó su contenido; prorrumpieron en frases malsonantes
que no es fundamental transcribir pero aseguraron solemnemente que al día
siguiente antes de la hora prefijada estaría la respuesta en Correos, como así
fue. Hubo que vencer cierta resistencia porque objetaban, entre otras, que
había que convocar un Pleno y que no daría tiempo; el asunto se subsanó con la
palabra del Teniente de Alcalde diciendo que él había firmado falsos plenos de
interés del Ayuntamiento y que el interés de los niños era superior. Quien
certificó la carta en Correos fue el padre que anhelaba que sus hijos
pudieran cursar el Bachiller aquí. El
único testigo del Bar al oír la carta se ausentó exclamando a través de la
Plaza: ¡Jesús, Jesús¡….Indefinidamente hasta que traspuso. Era Antonio
Domínguez Angulo.
Suprimo la
larga conversación que mantuvieron en el Ayuntamiento los dos Diegos, por no
ser muy edificante. Si a alguien le interesara, trataría de hacerles un
resumen.
Me enorgullezco de la lucidez de mi padre en plenas facultades mentales camino de llegar a centenario...
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