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domingo, 26 de julio de 2020

26 de julio: San Joaquín y Santa Ana

Ana María Cabello con su prima Isabel Álvarez
Dos mujeres de bandera, a cual más buena y agradable


Por José María Cabello



El veintiséis de julio nos marca el calendario una fecha de hondo contenido familiar. La festividad de san Joaquín y santa Ana, los padres de la Virgen María y abuelos de Jesús de Nazaret. Felicitamos aquí a todos los que ostenten tan populares nombres y a quienes celebren en esta fecha el día de su nacimiento. Pero también participamos de esa común alegría todos los que ostentamos esa entrañable condición de abuela o de abuelo en este día. Es nuestra fiesta. Todavía no oculta por ese desbordado consumismo que está convirtiendo a otros miembros de la familia en motivo comercial. Pero que luce, por fin unidos los dos nombres en una misma fecha, con toda la esplendidez de su celebración religiosa. Y nos sirve para una serena reflexión sobre el sentido cristiano de la familia y el importante papel que desempeñamos los abuelos y abuelas en la pirámide familiar. Joaquín y Ana son dos nombres bíblicos, que significan en su origen hebreo "preparador" y "gracia", significativos del papel a desempeñar por ellos en la historia de la salvación. Pertenecían a la estirpe del Rey David y con el mismo nombre se repiten repetidas veces en los textos bíblicos. Ana es la madre de Samuel (libro de los Reyes 1,1) y la profetisa que con Simeón recibe al Niño Jesús en su primera presentación al templo (Lucas, 2,36).Pero no hay una referencia directa a ellos en los textos evangélicos, por lo que debemos admitir su devoción a la antiquísima tradición y alguna referencia los textos protocanónicos. Y en especial a la común celebración en fechas distintas de las tres confesiones cristianas, la ortodoxa griega -de la que trae origen desde la declaración de la maternidad divina de María en Éfeso el año 431- la reformada anglicana y la católica. Fue santa Elena emperatriz la que erigió la primera iglesia en Jerusalén con el título y en honor de nuestros santos Joaquín y Ana. A ellos nos encomendamos, con la vieja y breve oración “San Joaquín y santa Ana corta enfermedad y poca cama”.
Centrando mi felicitación en mi cuadro familiar, la dedico a mi hermana Ana María, a mi sobrina Ana y a mi amiga Ana Venegas. A mí consuegro Joaquín Ortuño y a mi sobrina Maritina. Y un piadoso recuerdo a la memoria de mi hermana y a mi prima hermana Joaquina, que recibieron hace años el premio de su descanso eterno en el cielo.


¡Albricias! ¡Alegría! Es la fiesta de los abuelos y abuelas que celebramos el día de nuestros patronos, San Joaquín y Santa Ana. De inmediato surgen dos sentimientos íntimos.
 De dolor por tantos y tantas que han perdido la vida por el zarpazo del virus, que los eligió con preferencia. Y de alegría para quienes hemos superado la primera fase de la pandemia y debemos seguir escrúpulosamente el trio de mascarilla, distancia e higiene porque el virus sigue.
 ¡Felicidades a quienes ostentan el nombre de Joaquín y Ana, tan repetidos en nuestro grupo familiar!
 Y en la neblina de mis recuerdos, surge la clara imagen de una casa blanca, destacada sobrer el verdor de las huertas ubbriqueñas de antaño, por el paseo del Prado con destacado título de Santa Ana. 
¡Felicidades también para todos los que, orgullosos, seguimos ejerciendo de abuelos y de abuelas!
 Y nuestra permanente acción de gracias. A Dios que acogió  en su seno a quienes ya se fueron y nos concede la alegría de disfrutar de la sonrisa y de los éxitos de nuestros nietos y nietas. Y la oración de siempre nuestros patronos. " San Joaquín y Santa Ana, corta enfermedad y poca cama".

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