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jueves, 6 de julio de 2023

Un viaje a Israel (2)

 

Una postal enviada desde el Diplomat Hotel de Jerusalén en 1976



Por Esperanza Cabello

Hace más de doce años escribíamos (en este enlace) sobre un viaje que nuestro padre hizo a Israel en 1967: 



"Entre las miles de cosas por las que se interesó nuestro padre y los cientos de viajes que hizo a todas las partes del mundo, hay uno que, por su especial interés y "exotismo" fue particularmente celebrado por la familia.
Corría la primavera del año de 1976 y Manuel Cabello era un célebre maestro ubriqueño, conocido no sólo en su pueblo, sino en los círculos culturales provinciales y regionales; no en vano había sido defensor a ultranza de la protección del Patrimonio en la Sierra de Cádiz, había puesto en valor monumentos, obras de arte, archivos históricos y  todo lo relacionado con el arte, la historia y la cultura.
Se iba a celebrar un importante congreso de arqueología en Jerusalén, y fue invitado a participar en él junto a los mejores especialistas de España en aquel momento. 
Fue una gran ilusión. Nuestra madre lo animó a que asistiera, porque entonces era una oportunidad increíble: conocer los santos lugares, participar en un encuentro con arqueólogos e historiadores de todo el mundo... y llegó el gran día.
Después de un larguísimo viaje llegaron a su destino. Pudo conocer la Ciudad Sagrada, subió el Monte de los Olivos, visitó mezquitas y catedrales, se bañó en el Mar Muerto (nos llamaron muchísimo la atención las fotografías flotando) y subió al Monte Hermón."
 
Esta entrada continuaba diciendo "Hoy nos ha traído nuestra madre una carta...
 
Diplomat Hotel, Jerusalén
 

Pues hoy nos ha traído nuestra hermana Natalia una postal, enviada también desde Jerusalén, esta vez no desde el Palm Beach hotel, sino desde el Diplomat hotel, el cuatro de abril de 1976.
 
 
Postal de papá. Jerusalén, 4 de abril de 1976
 
 
 
"Desde la ciudad de David, a todos vosotros, un cariñoso abrazo.- Firmado:  El papi"
 
Imaginamos que la postal llegaría, en aquellos tiempos, mucho más tarde, junto a nuestro padre, que volvió con un montón de regalos para todos (aún conservamos aquella blusa bordada), un montón de fotos, mil momentos emocionantes  y muchísimas anécdotas. Imaginen a aquel ubriqueño, recién terminada la dictadura, hablando en "su" inglés, que él para eso no tenía remilgos, y visitando, por su cuenta, los lugares más interesantes.
Un día, que estaba en las afueras, cogió un autobús buscando el "downtown" (el centro de la ciudad), y después de un par de horas se dio cuenta de que estaba lejos de Jerusalén, pues cada pequeña ciudad de los alrededores tenía su propio "center town", como él lo llamaba y que en realidad estaba cerca del Bosque de los Mártires. Al darse cuenta se bajó del autobús y cogió otro autobús de vuelta, ya buscando un punto concreto del centro de Jerusalén, para no perderse.
 
Aún no hemos localizado la fotografía de nuestro padre flotando en el Mar Muerto mientras leía un periódico. Quizás nunca la volvamos a encontrar, pero mientras, esperamos con ilusión la entrada de nuestra sobrina Ester Cabello, "La sonrisa viajera" (en este enlace) dedicada al viaje a Jordania y el baño en el Mar Muerto emulando la postura del abuelo.
 
 

 "Flotando en el Mar Muerto"
Ester Cabello Núñez, primavera de 2023



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