Nuestro abuelo Francisco Cabello Orellana, pese a no haber nacido en Ubrique, sino en Sunchales, provincia de Santa Fé, en Argentina, era un Ubriqueño de pura cepa.
Su padre, Francisco Cabello Medina, maestro, había emigrado a Argentina para fundar en Sunchales la primera escuela primaria (pinchar aquí). Casado con Joaquina Orellana Aratacho, llegó a Argentina con sus tres hijas mayores: Guadalupe, Joaquina (que también fue maestra en Sunchales) y Elena.
En total Francisco y Joaquina tuvieron diez hijos, pero tres murieron en una epidemia siendo pequeñitos. Nuestros padres tuvieron la oportunidad de ver en Sunchales el certificado de defunción de Francisco Cabello Orellana a la edad de tres años (así se llamó más tarde su hermano, nuestro abuelo).
Muerto Francisco Cabello Medina, a la edad de 42 años, Joaquina decicdió volver a España y un hermano de Francisco, José, sacerdote destinado en Ubrique, los acogió. Francisco Cabello Orellana llegó a Ubrique con siete años.
Pronto empezaron todos los hermanos a trabajar en los artículos de piel, y Francisco estuvo rápidamente en condiciones de montar su propia empresa.
Casado con Julia Janeiro, su primera petaquería estuvo al final de los años veinte en el callejón de Janeiro, en la casa de Manuel Janeiro, que Julia heredó de sus padres y de la que fueron comprando las partes a los hermanos.
La fábrica estaba en la planta baja y en una parte de la primera planta, quedando la casa de la familia Cabello Janeiro en el resto del edificio.
Su padre, Francisco Cabello Medina, maestro, había emigrado a Argentina para fundar en Sunchales la primera escuela primaria (pinchar aquí). Casado con Joaquina Orellana Aratacho, llegó a Argentina con sus tres hijas mayores: Guadalupe, Joaquina (que también fue maestra en Sunchales) y Elena.
En total Francisco y Joaquina tuvieron diez hijos, pero tres murieron en una epidemia siendo pequeñitos. Nuestros padres tuvieron la oportunidad de ver en Sunchales el certificado de defunción de Francisco Cabello Orellana a la edad de tres años (así se llamó más tarde su hermano, nuestro abuelo).
Muerto Francisco Cabello Medina, a la edad de 42 años, Joaquina decicdió volver a España y un hermano de Francisco, José, sacerdote destinado en Ubrique, los acogió. Francisco Cabello Orellana llegó a Ubrique con siete años.
Pronto empezaron todos los hermanos a trabajar en los artículos de piel, y Francisco estuvo rápidamente en condiciones de montar su propia empresa.
Las hermanas Julia, Ana e Isabel Janeiro Rubiales
en el balcón de la primera Fábrica de Artículos de Piel de la familia
fundada en 1920
Casado con Julia Janeiro, su primera petaquería estuvo al final de los años veinte en el callejón de Janeiro, en la casa de Manuel Janeiro, que Julia heredó de sus padres y de la que fueron comprando las partes a los hermanos.
La fábrica estaba en la planta baja y en una parte de la primera planta, quedando la casa de la familia Cabello Janeiro en el resto del edificio.
Posteriormente la petaquería fue trasladada a la calle del Perdón,también trasladaron el domicilio familiar que estuvo allí hasta los años sesenta.
Año tras año, Francisco Cabello se fue especializando en estuchería; fabricaba estuches para corbatas, joyeros, cajas de música, estuches de manicura, cajas para cinturones y pañuelos... Aunque también fabricaba petacas, pitilleras, rosarieras, carteras, cinturones, marcos, bolsos y todo tipo de pequeña marroquinería.
Como anécdota, nuestra madre nos ha contado que compró una preciosa máquina de escribir, porque una máquina de escribir daba prestigio a la empresa.
Recordamos haber visto a nuestro abuelo trabajando con esa máquina en su tienda de confección, y a nuestro padre más tarde, escribiendo sus crónicas de redio en la misma máquina.
Uno de los oficiales de la fábrica de nuestro abuelo Paco, Antonio Pajuelo, era un artesano magnífico, fue él quien construyó la casita de la radio que la familia Cabello Izquierdo ha depositado en el Museo de la Piel de Ubrique.
Año tras año, Francisco Cabello se fue especializando en estuchería; fabricaba estuches para corbatas, joyeros, cajas de música, estuches de manicura, cajas para cinturones y pañuelos... Aunque también fabricaba petacas, pitilleras, rosarieras, carteras, cinturones, marcos, bolsos y todo tipo de pequeña marroquinería.
Como anécdota, nuestra madre nos ha contado que compró una preciosa máquina de escribir, porque una máquina de escribir daba prestigio a la empresa.
Recordamos haber visto a nuestro abuelo trabajando con esa máquina en su tienda de confección, y a nuestro padre más tarde, escribiendo sus crónicas de redio en la misma máquina.
Uno de los oficiales de la fábrica de nuestro abuelo Paco, Antonio Pajuelo, era un artesano magnífico, fue él quien construyó la casita de la radio que la familia Cabello Izquierdo ha depositado en el Museo de la Piel de Ubrique.
La casita de la radio
fabricada con retales de piel
Foto: Museo de la Piel
fabricada con retales de piel
Foto: Museo de la Piel
En los años cincuenta se instituyeron unos premios a la mejor labor artesana para premiar a los empresarios y a los petaqueros que destacaban en el ámbito de la marroquinería.
Nuestro abuelo, amparado por una trayectoria de más de treinta años en la fabricación de artículos de piel, presentó al concurso, en 1953, un muestrario de sus piezas más valoradas, y , según nos ha contado nuestra tía Joaquina, el mobiliario completo de una casita en miniatura: sillones, sillas, mesas, aparador, armarios, cómodas, camas, que Francisco Cabello había hecho con Antonio Pajuelo.
En enero de 1954 le fue otorgada la medalla de oro al mérito artesano, momento recogido por la siguiente fotografía.
Nuestro abuelo, amparado por una trayectoria de más de treinta años en la fabricación de artículos de piel, presentó al concurso, en 1953, un muestrario de sus piezas más valoradas, y , según nos ha contado nuestra tía Joaquina, el mobiliario completo de una casita en miniatura: sillones, sillas, mesas, aparador, armarios, cómodas, camas, que Francisco Cabello había hecho con Antonio Pajuelo.
En enero de 1954 le fue otorgada la medalla de oro al mérito artesano, momento recogido por la siguiente fotografía.
Francisco Cabello Orellana recogiendo
la medalla al mérito artesano
Fotografía recuperada por Luis Eduardo Rubio
la medalla al mérito artesano
Fotografía recuperada por Luis Eduardo Rubio
En los años sesenta dejó la empresa a cargo de su hijo Manuel, ocupándose entonces del comercio de confección que, junto a sus dos hijas, Ana María y Joaquina, regentaba en la Plaza.
Francisco Cabello Orellana fue uno de los primeros empresarios ubriqueños, dedicado al mundo de la marroquinería desde los quine años, en que su madre lo puso a trabajar en uno de los primeres talleres de Ubrique y fundando su propia empresa en los años veinte.
Toda una vida dedicada al diseño y la fabricación de artículos de piel de Ubrique.
Toda una vida dedicada al diseño y la fabricación de artículos de piel de Ubrique.
Esperanza Cabello Izquierdo, noviembre 2009
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