Los hermanos Cabello Janeiro con abuela Joaquina
Ubrique, abril de 1936
Por José María Cabello
(Tito Pepe)
Carta abierta a mi sobrina
Esperanza:
En vísperas del aniversario del fallecimiento
de tu padre, quiero -con estas líneas- agradecerte a ti y a tus hermanos el
mantenimiento del blog familiar que a su
nombre y al de tu madre habéis seguido
en tanto tiempo. Nos ha permitido mantener permanentemente su recuerdo,
ha servido para establecer un vínculo invisible pero muy fuerte entre todos los
que formamos parte de esa "dinastía" familiar de la que nos sentimos
orgullosos.
Se ha convertido-con vuestra
solidaridad y apertura- en un punto común para
tantos ubriqueños de la diáspora que enriquecen su contenido con las
aportaciones-muchas de ellas de auténtico rigor académico- en un marco de absoluta
libertad de expresión. Y hasta nos ha ayudado el blog a que se nos haya hecho
cortísimo el tiempo de su ausencia.
Parece que fue ayer y han
pasado ya catorce años en que vive en tantas obras por él realizadas y en nuestra
memoria. Así que como decano del
apellido Cabello y desde la altura de mis ochenta y un años-ayer cumplidos, os
doy las gracias. Muchas gracias "et ultra" (Ya sabes que mi latín es
vulgar y no clásico como el tuyo o el de la prima María José).
Y ahora, espigando en mis recuerdos algunos
datos que completen el perfil de tu padre, mi hermano, que tan perfectamente
habéis dibujado en tantos años. De la poliédrica personalidad de Manolo Cabello (empresario, maestro, investigador,
publicista, periodista, poeta...) yo destacaría su enorme voluntad de hierro. Pero impredecible por paradógigo. Podía fallar en
lo fácil y se crecía en lo difícil.
Manolo y Pepe, 1939
Como ejemplo recuerdo que
finalizado su bachillerato como interno en los Escolapios suspendió el examen
de Estado en Sevilla y lo aprobó en Madrid
-a pecho descubierto- que era lo más difícil en aquellos años.
Y ya en el Colegio acreditó
sus dotes comerciales, que abundan en algunas de la familia (mis hermanas) y de
las que carecemos otros. Y va de recuerdos: Uno y otro estábamos internos. Él
en Sevilla y yo en Málaga. Pese a la distancia y las dificultades de comunicación
de entonces seguíamos unidos. Él destacaba en ciencias, lo mío siempre fueron
las letras. Llegamos a un acuerdo y a un cuasi contrato por el que yo le
mandaba los ejercicios de latín traducidos y él me remitía la Revista “Calasancio”,
que eran las únicas noticias deportivas que me permitían leer en mi
"extraño colegio" donde no había ni radio ni periódico.
A los años supe -por un compañero de su curso-
que mis apuntes los vendía para su tabaco. Un dato curioso: mis nietos, los de
tu prima Noemí Julia también están en los mismos. Pero los tiempos han
cambiado: ahora son los Escolapios de Pijuelo hijos de Don José de Calasanz.
Así los conocen popularmente en Pozuelo
de Alarcón.
Y donde demostró su fortaleza, fue -sin
duda- en sus inicios profesionales como Maestro. No podemos olvidar las
circunstancias ambientales que le rodearon. En los años sesenta del pasado
siglo sobrevino en Ubrique una de las
periódicas crisis de la marroquinería, que arrastró a buen
número de industriales, entre ellos a mi hermano. Es un dato curioso que
podía ser objeto de un estudio serio por algún sociólogo de las nuevas hornadas
de universitarios locales. Y en un increíble "tour de forces" realizó
los estudios de Magisterio en un par de
años, incluidos los ejercicios de oposición, -que consiguió a la primera. Pero
todo ello cumplida ya la treintena, con cinco hijos en el mundo estudiando fuera de su casa y sin ingreso
económico alguno. Claro que para superar ese bache contó siempre con la ayuda
silenciosa pero fuerte de tu madre Esperanza.-mujer superinteligente- que
renunció a un brillante futuro académico para ser la ejemplar madre y esposa a
la que todos queremos. Así aunque tardíamente se reencontró con su verdadera
vocación docente que tantos y tan grandiosos frutos produjo y nos permite
conservar su memoria y su recuerdo.
Y el recordar
con más datos la fuerza de voluntad de tu padre, lo dejo para otro día. Prometido.
Manolo y Pepe, años noventa
Sabes que
tengo dificultad para dominar este
instrumento. Sin embargo no puedo decir adiós sin recordar mi aniversario del pasado año en
que me ahogasteis de amor y de cariño.
Os recuerdo y os quiero a todos. Agradezco también las numerosas felicitaciones que recibí ayer. Y mi enhorabuena final por el éxito académico de tu hijo Serafín por su doctorado. Bendita se la rama que a tan frondoso árbol sale. Claro que los escolásticos decían que "genus per speciem derogatur" Y aquí está claro que nuestros hijos y nietos han mejorado la especie.
Os recuerdo y os quiero a todos. Agradezco también las numerosas felicitaciones que recibí ayer. Y mi enhorabuena final por el éxito académico de tu hijo Serafín por su doctorado. Bendita se la rama que a tan frondoso árbol sale. Claro que los escolásticos decían que "genus per speciem derogatur" Y aquí está claro que nuestros hijos y nietos han mejorado la especie.
Muchos besos
del tío Pepe.
(Continuará).
(Continuará).
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Querido Tito:
ResponderEliminarEs una carta preciosa, que me ha emocionado. Me da mucha añoranza y me produce mucha nostalgia leer esas líneas.
Pero algo que me consuela: veo que tú lo querías a él como él te quería a ti. Tú eras su hermano adorado, el modelo, el bueno, el inteligente. Te tenía en un pedestal, y siempre tenía palabras de amor fraternal para ti.
Por eso me emociona ver que tú lo quieres como él a ti. Abuela Julia estaría muy orgullosa y feliz de comprobar el amor de sus hijos.
Un beso enorme,
Esperanza