Los alumnos de Sociales con su tutora, Susana Corona
Por Esperanza Cabello
El pasado viernes tuvo lugar en Las Cumbres una de las ceremonias más emotivas, importantes y decisivas del año. Pocas veces durante el curso en los institutos hay momentos de tanta emoción como en la graduación de los alumnos de segundo de bachillerato.
Es un año muy difícil para padres, alumnos y profesores, todos tenemos una gran responsabilidad e intentamos poner todo de nuestra parte para que "nuestros niños" lleguen bien preparados y con éxito a este punto crucial de su vida académica.
Durante un año todo han sido nervios, dudas, trabajo, un poquito de flojera a veces, empezar de nuevo, intentarlo, seguir, derrumbarse, volver a empezar...
Para los alumnos, sobre todo para los más responsables e interesados, es toda una carrera de obstáculos, que a veces parece insalvable. Para algunos de nosotros, los que llevamos más de treinta años acompañándolos en estos momentos, es siempre un reto, y sabemos que casi todos lo conseguirán, sobre todo, los que se empeñan y lo intentan una y otra vez.
Los alumnos y alumnas de Bachillerato de Artes con su tutor, José Antonio Martel
Y ahora ha llegado el momento de dejarlos ir, algunos han triunfado en todos los aspectos, otros han aprendido que la vida no es solo jugar y divertirse, otros han trabajado muchísimo y han dado todo lo posible de sí mismos para conseguirlo.
Es uno de los momentos del año que más nos gustan
y que, a la vez más nos entristecen. Cuando se van yendo nos queda la
sensación del deber cumplido, la satisfacción de haber ayudado a tirar
del carro con todas nuestras ganas y la alegría de ver a nuestros niños convertidos
en mayores, ya dispuestos para seguir adelante por sí mismos en la
vida. Unos siguen bien, a otros les cuesta más, pero todos, sin
excepción, han superado esos primeros momentos de pánico del último
curso.
Después, en particular, siempre hay un trocito de
corazón que se rompe cada año cuando sabemos que no estaremos más con algunos de ellos. A veces son los que más tabarra nos han dado, o quizás
los que se han mostrado más débiles y los hemos apoyado más. También, en
algunos momentos, hay algunos, y algunas, con las que hemos sentido una
conexión especial, por cercanía, por detalles, por vivencias...
Pero en días como estos compartimos con los padres el orgullo y la felicidad de haber andado un pasito más junto a ellos, dejándolos preparados para seguir "solitos".
Los alumnos y alumnas del Bachillerato Científico y Tecnológico con su Tutor, Juan Lorenzo
Algunos de nuestros niños llevan con nosotros seis años, los vimos entrar en Las Cumbres cuando eran muy pequeños, y a lo largo de estos años los hemos visto crecer y convertirse en hombres y mujeres.
En el fabuloso montaje de video que ha preparado Eulalia Ortega hemos visto cómo han crecido, cómo esas caritas de bebés o de adolescentes han ido dando paso a estos chavales y chavalas simpáticos, alegres, educados, estudiosos. Algunos siguen siendo muy "canallas" y otros conservarán su espíritu divertido y juguetón hasta que sea abuelitos ellos también.
La verdad es que también nos han hecho sufrir, que nos han dado algunas horas difíciles... ¡Ay, aquellas últimas horas del jueves con aquel cuarto, cuántos dolores de cabeza nos dieron! ¡Ay, esas guardias del viernes, con los niños intentando escaparse y hacer novillos!
Pero si ponemos en una balanza todos los buenos y malos momentos, preferimos quedarnos con los buenos, con todos esos momentos de risas y de charlas, con tantas historias, con tantas confidencias, con tantos éxitos cosechados, con tantos retos superados.
Los alumnos de Humanidades con su tutora, Candelaria Fernández
Esta en concreto es una de las fotografías que más nos ha gustado ver y que quedarán para siempre en nuestra memoria (gracias, María), en este pequeño grupo de Humanidades encontramos uno de los retos más importantes superados, y todos nos hemos sentido muy felices de haber podido compartir con Carmen estos momentos.
Los mejores resultados académicos para estos doce "fieras"
Y, por supuesto, para Irene Chacón, que se nos despistó
Y, por supuesto, para Irene Chacón, que se nos despistó
¡Enhorabuena!
En todos estos años esta promoción ha tenido muchos profesores dedicados y capaces. Este año, por supuesto, también. Hemos vivido muy de cerca los desvelos de los tutores de los grupos: Juan Lorenzo, Martel, Candelaria y, sobre todo (por compartir calumnos con ella), los de Susana, que ha sufrido y trabajado todos y cada uno de los días de este curso con sus niños.
Ha habido dieciséis alumnos y alumnas propuestos para el premio extraordinario de Bachillerato. Eso significa que todos ellos tienen más de 8,75 de media. Unos resultados increíbles, que reciben, obviamente, un reconocimiento especial.
Cristina Séllez, la mejor de las mejores. 10 de nota media en todos los cursos de bachillerato
Y entre los alumnos y alumnas hay tantas historias de trabajo, desilusión, esperanzas e ilusión como personas. Este año eran unos setenta en total, y de entre ellos destacaríamos a muchos.
En primer lugar, a dos que, a pesar de no haber superado el curso, han superado, a su corta edad y con mucha valentía y esfuerzo, una lucha terrible y temida: Carmen y Álvaro, que con toda seguridad van a hacer un estupendo curso el año que viene, ya con la salud recuperada (no sabéis la alegría que eso ha supuesto para todos nosotros) y dispuestos a estar en perfectas condiciones en cuanto llegue septiembre.
¡Todo nuestro ánimo, nuestro apoyo y nuestro cariño para los dos!
Los mejores expedientes de nuestro centro: las tres alumnas que han obtenido
Matrícula de Honor, Cristina, Nieves y Miriam, junto a nuestro Director, Ignacio Calvo
En segundo lugar, no podemos dejar de hacer mención a todos los alumnos de transporte, sobre todo a los de Grazalema, sus horarios se multiplican y han de hacer un esfuerzo muy grande para seguir el curso como los demás: levantarse muy temprano y almorzar a la hora de la merienda. Sin embargo de las tres alumnas con matrícula de honor son precisamente dos niñas de Grazalema, Cristina y Nieves. Miriam es ubriqueña. Las tres son un ejemplo y un modelo a seguir, han hecho un curso brillante a base de mucho esfuerzo y mucho estudio. ¡Enhorabuena a ellas y a todas sus familias!
Las tres "joyas" del centro
Y, por supuesto, nos acordamos del tremendo esfuerzo que ha supuesto para todos y todas este año, aquellos que han superado vicisitudes familiares, la muerte de un ser querido, problemas de todo tipo que han tenido su parte positiva, porque todos hemos ido aprendiendo lecciones a diario, desde cómo se puede tener la entereza de venir a hacer exámenes finales cuando acaba de morir un ser querido (un beso, Águeda) hasta cómo seguir adelante con rupturas, accidentes, enfermedades, dudas...
La presidencia del acto: el Director y los cuatro tutores, mientras comenzaban los dicursos
de los alumnos, en este caso, de las alumnas, patricia, Irene y Natalia
Todas estas emociones comenzaron el viernes a las siete de la tarde. Los cuatro tutores de los grupos de bachillerato se reunían con los padres y madres para hacerles entrega de las notas. Unos setenta alumnos y alumnas se iban reuniendo en los jardines del instituto dispuesto a comenzar su última actividad académica, después de seis años en Las Cumbres.
A las ocho todos nos reunimos en el salón del actos del centro, padres, madres, abuelos, hermanos profesores y alumnos, todo decorado, limpio y engalanado para la ocasión. (No nos hacemos una idea de la cantidad de vueltas que dan Javier y Pepi para que todo esté a punto y la cantidad de detalles de los que todos están pendientes: los papeles, los cuadros, la comida, el sonido, el montaje de video...)
Comenzó el Director explicando el verdadero significado de este acto académico, y poco a poco el Jefe de Estudios, Gustavo, fue llamando a todos y cada uno de los alumnos para recoger la orla y un regalo de recuerdo que Mariola y Modesto iban entregando a los alumnos. Entre bambalinas Pepe, Esther, Eulalia, Macías, Juan, Diana, María José, Javier, Isabel, Luis... pendientes de cualquier circunstancia.
Una vez entregadas las orlas, llegaron las Menciones de Honor y las Matrículas de Honor, este año nos han correspondido solo tres.
Natalia Aguilar Fabero, con su brillante discurso
Y, después de los honores, los agradecimientos. En primer lugar dos alumnas de Humanidades, Patricia e Irene, nos contaron cómo había sido su año y agradecieron a todos todo el interés y el esfuerzo. A continuación Natalia Aguilar, de Bachillerato de Sociales, hizo un precioso discurso de agradecimiento, nos gustó que citara a Dalí y a Víctor Hugo (en este enlace podemos leerlo) y que mencionara, sin dar nombres, a todos.
Ignacio Calvo, Director de Las Cumbres, despidiendo a los asistentes
Para terminar, pudimos disfrutar del montaje de video que ha preparado Eulalia Ortega, con fotografías de todos, de los pueblos, de las actividades, de cada persona, de cada ilusión.
Al terminar, Ignacio tuvo palabras de agradecimiento y de aliento para todos, y una mención especial para Carmen y Álvaro.
Y, como es tradicional, después de tanta emoción, un refrigerio para todos, ya solo quedaba sonreír, celebrarlo y seguir haciendo fotos.
Tres de los tutores de segundo, sonrientes y satisfechos
¡Enhorabuena por vuestro trabajo!
Los caballeros científicos de Las Cumbres, un lujo para todos nosotros
¡Felicidades a todos!
Que la vida os siga recibiendo con los brazos abiertos
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