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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Isabel Esquivel (1913-1999): una maestra de Ubrique que dejó una huella indeleble en Mairena del Alcor






Por  José María Gavira y Esperanza Cabello (*)


En Mairena del Alcor existe un colegio de enseñanza primaria que se llama “Isabel Esquivel”. Los maireneros pusieron ese nombre a la institución educativa en homenaje a una maestra que dejó a lo largo de toda su vida huellas imborrables en aquella localidad sevillana, en la que murió en 1999. Pues bien, Isabel Esquivel, mujer querida y respetada en Mairena por su dedicación a la enseñanza durante medio siglo, era de Ubrique.







 



En nuestro pueblo, efectivamente, vio la primera luz Isabel Esquivel Corrales el 26 de julio de 1913. Tuvo cinco hermanas y un hermano, y a todos ellos su padre, José Esquivel Suárez, zapatero acomodado y primer alcalde republicano de Ubrique (desde 1931 a 1935), les ofreció la posibilidad de tener estudios. Isabel y dos de sus hermanas no la desaprovecharon. (El caso nos recuerda al de la también maestra ubriqueña Ángeles Bohórquez Gómez, hija de Pedro Bohórquez Piñero "El Chico", un hombre de ideas liberales también empeñado en dar educación a sus hijas para que tuvieran las mismas oportunidades que sus hijos varones.)
En 1928, de la mano de Dª Francisca (gran educadora de varias generaciones ubriqueñas, también paisana nuestra), nuestro personaje  empezó a prepararse en su pueblo natal para ser maestra, recibiendo finalmente el título en la Escuela Normal de Magisterio de Sevilla en 1931. Ganó las oposiciones en 1933 y tras un brevísimo paso por Carmona fue destinada a Mairena del Alcor, donde desarrolló toda su vida profesional hasta su jubilación en 1982. Murió el 22 de diciembre de 1999.
En aquella localidad sevillana dejó una fuerte impronta que aún perdura, gozando del respeto y estimación de la sociedad mairenera. Allí se casó con Rafael Carrión Méndez, no sin antes ayudarlo a prepararse sus oposiciones para entrar en el Ayuntamiento como administrativo. Tanto Isabel como Rafael eran muy religiosos; él fue mayordomo mayor perpetuo de la Hermandad del Santísimo Sacramento, Dulce Nombre de Jesús, Nuestra Señora del Rosario y Señor San Bartolomé. Tuvieron tres hijos: José María, Irene y Remedios. Irene continuó el ejemplo de su madre y es maestra en Mairena (hace dos años pronunció el pregón navideño).






Un esbozo de la interesante vida de Isabel Esquivel escrito por Félix Mateos Guillén, marido de una de las nietas pueden leerlo en la web Mayrena.com. También puede saberse de los inicios de su trayectoria profesional en el bien documentado artículo Las escuelas de niñas en Mairena del Alcor, de María Dolores Domínguez González. Por él sabemos que la escuela de Isabel era la que poseía mayor número de matrículas y que en un informe de 1939 se decía de ella: Es digna destacar la labor que al frente de su escuela realiza la Maestra Doña Isabel Esquivel Corrales. No solo se preocupaba de sus niñas, sino de las condiciones laborales del personal, como se desprende de esta carta que envió al alcalde de Mairena en 1956:
Que hallándose próximas las fechas de la confección de los presupuesto generales en el Ayuntamiento de esta villa, y habiendo recibido de los encargados de la limpieza de nuestras respectivas escuelas, la demanda de aumento de gratificación por tal concepto, nos vemos obligados a recurrir a V.S., ya que con las veinticinco pesetas que cada Escuela y Sección percibe por mes con destino al aseo de las Escuelas, a la compra de utensilios de limpieza, y a la calefacción durante el tiempo necesario, resulta en la actualidad tal cantidad bastante insuficiente para atender debidamente los expresados servicios. Esta razón nos obliga a recurrir a V.S. en súplica de que se digne, considerando estimable lo que solicitamos, signaciones precitadas, esto, si no resuelve con la Corporación de su acertada presidencia administrar directamente estos servicios ya mentados de limpieza y calefacción de las Escuelas Nacionales de esta villa [..].»


Un amigo de Mairena que la conoció bien nos cuenta de nuestra paisana:
En el pueblo se guarda un recuerdo muy grato de la Señorita Esquivel (como se la ha llamado siempre), que fue maestra de varias generaciones, de madres, hijas y de nietas, y también de varones en su última época. Era una persona muy culta, severa para los alumnos en sus enseñanzas, pero muy cariñosa en el trato personal. Especialmente religiosa, aunque nada remilgada en ese aspecto. Sus hijos (Pepe, Irene y Remeditos) siguen su mismo camino, y son parte activa tanto de la vida política como social.




 

Las raíces ubriqueñas de Isabel

Como hemos dicho, el padre de nuestra protagonista era José Esquivel Suárez, apodado por su profesión de zapatero “el cortador”, que fue el primer alcalde republicano de Ubrique, del Partido Republicano Radical. Siempre estuvo comprometido con el progreso social ubriqueño, como lo prueba el hecho de que en 1904 fue nombrado suplente de la Junta Local de Reformas Sociales de Ubrique.


Era un intelectual. De ahí que él tuviera mucho interés en que sus hijos estudiaran, que adquiriesen una formación académica. De sus siete hijos, el único varón no quiso estudiar; a lo que el padre no le da la mayor importancia. En cambio, tres de sus hijas cursan estudios medios. En su mentalidad no hacía distinción alguna entre hombre y mujer: para él, tan válido era que una mujer fuera universitaria como si fuera un hombre.
De ideas republicanas y un intelectual racionalista, no era practicante de la doctrina cristiana, pero él no se inmiscuía para nada en las ideas religiosas de su esposa ni de sus hijos. Es de notar que todos sus hijos fueron muy religiosos. En cambio, él no entró en contacto con los Sacramentos y la Iglesia hasta muy al final de su vida; pero, en toda su trayectoria vital fue tremendamente respetuoso con la Iglesia. Así que, habiendo sido Alcalde de Ubrique con la República, cuando empiezan la quema de conventos cesa en todas sus funciones públicas y dimite de su cargo en la gestora. Decía que: "Él había luchado por la República, pero la República no era el desorden, ni mucho menos atacar a la Iglesia; en definitiva, no era la República que él quería". Es de señalar que en una ocasión, estuvo haciendo guardia toda la noche en el asilo de monjas de Ubrique, porque se temía que iban a prenderle fuego.
(Este suceso nos lo ha confirmado Margarita Piñero, de 83 años.)



 
Boletín Oficial del Grande Oriente Español, 29 de abril de 1912



José Esquivel era masón, siendo exaltado en 1912 al grado de “Compañero” en la Logia América de Ubrique, donde respondía al nombre simbólico de Teófilo Braga, lo que revela su temprana vocación republicana. (En aquella época, el Venerable Maestro de esta logia era Juan Gómez Zarzuela; los vigilantes eran Manuel Moreno Mendoza y Manuel Arenas Vinagre; el orador, Bartolomé Moreno; y el secretario, Manuel Zamora Menacho. Ese mismo año solicitaron la afiliación en esta asamblea el hermano de José Esquivel, Manuel, y Francisco Vallejo Canto –este último, que también llegó a ser alcalde republicano de Ubrique, fue fusilado en 1936–.)







Hemos averiguado que José Esquivel era lector de El Motín, un semanario satírico, republicano y anticlerical que difundía inflamadas divisas de este estilo: 








En el número del 9 de diciembre de 1922 figuran José Esquivel y su hermano Manuel junto a otros muchos ubriqueños como donantes de aportaciones voluntarias para la publicación de un número extraordinario de este periódico. 


 




De la madre de Isabel, Remedios Corrales, segunda esposa de Esquivel, nos cuenta Mateos que:
se dedicaba a sus labores. Pero como su abuela [de Isabel] tenía una gran valía para los negocios y regentaba una gran tienda donde se vendía de todo; al fallecer ésta, su madre se hace cargo posteriormente de la tienda. Una mujer, dicho sea de paso, bastante religiosa.


Esperanza Izquierdo recuerda que sus primeros zapatos de charol salieron de la fábrica de José Esquivel. Por otra parte, hemos sabido que una de las hermanas de Isabel Esquivel casó con un hermano del practicante Diego Herrero; sus hijos son Manuel y José Herrero Esquivel. El negocio de la familia, una zapatería que estuvo en el San Juan hasta los años sesenta o setenta, era conocido como “la tienda de las Esquivelitas”.




* Esta entrada se publica simultanea y conjuntamentemente en este blog y en el apartado cultural de "Historias de Ubrique", de José María Gavira.


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Imagen de cabecera: MAYRENA.COM


Addenda. El 15 de octubre de 2014, con motivo del «Día Internacional de la Mujer Rural», la Junta de Andalucía premió a Isabel Esquivel en reconocimiento a su labor fundamental en el mundo rural y en representación de otras muchas profesionales de la enseñanza que han dedicado  su vida a la educación.


 

martes, 28 de septiembre de 2010

Un viaje a Israel

Postal de Jerusalén, 1976



Por Esperanza Cabello

Entre las miles de cosas por las que se interesó nuestro padre y los cientos de viajes que hizo a todas las partes del mundo, hay uno que, por su especial interés y "exotismo" fue particularmente celebrado por la familia.
Corría el año de 1976 y Manuel Cabello era un célebre maestro ubriqueño, conocido no sólo en su pueblo, sino en los círculos culturales provinciales y regionales; no en vano había sido defensor a ultranza de la protección del Patrimonio en la Sierra de Cádiz, había puesto en valor monumentos, obras de arte, archivos históricos y  todo lo relacionado con el arte, la historia y la cultura.
Se iba a celebrar un importante congreso de arqueología en Jerusalén, y fue invitado a participar en él junto a los mejores arqueólogos de España en ese momento. 
Fue una gran ilusión. Nuestra madre lo animó a que asistiera, porque entonces era una oportunidad increíble: conocer los santos lugares, participar en un encuentro con arqueólogos e historiadores de todo el mundo... y llegó el gran día.
Después de un larguísimo viaje llegaron a su destino. Pudo conocer la Ciudad Sagrada, subió el Monte de los Olivos, visitó mezquitas y catedrales, se bañó en el Mar Muerto (nos llamaron muchísimo la atención las fotografías flotando) y subió al Monte Hermón.
Hoy nos ha traído nuestra madre una carta para que la leyéramos, llena de anécdotas y de recuerdos, y aquí la traemos. No su contenido, porque es muy familiar, pero sí el sobre, como curiosidad de la época...






...y su remite, muy escueto pero clarito: Yo. Monte Hermón. Israel




Debió de ser una experiencia inolvidable. Cuando encontremos las fotos de baño en el Mar Muerto intentaremos publicarlas, son muy curiosas.


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lunes, 27 de septiembre de 2010

El Beato Diego José y Ubrique

Portada del libro publicado
por Manuel Cabello Janeiro en 1994



Por Manuel Cabello Janeiro


El Beato Diego José y… Ubrique

Con cierta satisfacción, no exenta de cierta  extrañeza, hemos venido leyendo en nuestro Diario noticias sobre fray Diego referidas a los cultos que en su honor la ciudad gaditana ha venido celebrando con motivo del primer centenario de su beatificación, culminando los mismos con la erección de un monumento –obra del escultor sevillano Francisco Parra- en su honor, ubicado en las cercanías de la casa en que su madre, doña María García de Rendón de Burgos, natural y vecina de Ubrique, lo trajo al mundo, al tener que trasladarse desde esta población serrana a su capital unos días antes por problemas de salud.
Hasta aquí nuestra satisfacción por lo bien que lo han hecho los gaditanos. Pero nuestra extrañeza ha surgido cuando hemos ido leyendo en esas mismas páginas las semblanzas de diversos oradores, el obispo, el padre provincial de Capuchinos y algún biógrafo más al hacer referencia a la vida de nuestro futuro santo se olvidan por completo de su verdadero origen, que fue Ubrique, a cuya cuna jamás renunció el beato.
A este pueblo había llegado su padre, don José López  Caamaño, “natural de la antigua e ilustre ciudad de Tuy (Pontevedra), donde nació en 1707, y de donde había emigrado siendo soltero con uno de sus hermanos a Cádiz, contratados por la Casa Ducal de Arcos, donde alcanzan los empleos muy decentes de Alcayde de la Puerta de Sevilla y Teniente Comandante de aquella bahía, de donde pasó a Ubrique”. (Datos tomados del Archivo Histórico de la Ciudad de Tuy).
En Ubrique José López Caamaño se casó con doña María, la madre del beato, con quien tuvo dos hijos y un tercero que murió en el parto. Al gestarse el cuarto hijo, el que se llamaría José Caamaño García, nuestro futuro beato, dispusieron sus padres marchar a Cádiz, donde existían mejores médicos, para que la madre fuera atendida y se alojaron en casa de su hermano y su cuñada, donde el 30 de marzo de 1743 vino al mundo con toda felicidad el pequeño José Francisco Juan María, como le impusieron en su bautismo cuatro días después.
Aún sin reponerse su madre -pues los servicios del padre como administrador de la Serranía de Villaluenga (Grazalema, Benaocaz, Villaluenga y Ubrique) eran muy necesarios- lo traen a Ubrique, donde vive el joven José Caamaño hasta los quince años, que le llegó la llamada capuchina, después de pedirla ante su Virgen de Los Remedios, que le iluminó. Otros cinco años los pasó en sus estudios en diversas poblaciones y seminarios. Seis años más habitó en el convento de Ubrique, ya sacerdote, preparándose para ser capuchino, misionero y santo, los grandes pilares de su vocación.
Durante estos fructíferos años obró dos de sus grandes milagros, la multiplicación de los panes, a la puerta del convento ubriqueño, junto a la hospedería, y la reparación de los huevos rotos, caídos del canasto de una joven en la empinada cuesta de la calle de los Solanos, también de Ubrique.
Una vez bien pertrechado espiritualmente partió por los caminos de España, predicando su doctrina, sin olvidar a su pueblo y sin perder jamás su conventualidad ubriqueña.
Cuando le llegó su muerte en Ronda- murió en una casa particular-, pidió por dos veces a sus médicos ser enterrado en su convento de Ubrique, cosa que entre unos y otros le negaron.
Desgraciadamente a Ubrique le han “timado” tanto el origen como el lugar de descanso eterno del Beato Diego José.
El Padre Fray Juan Bautista García Sánchez – ahora ya no se utiliza el “apellido”  del lugar de su  pila bautismal, donde se hizo cristiano, al igual que a nuestro Beato le pusieron “de Cádiz”, de obligado cumplimiento en el siglo XVIII- en su amena obra “Trotacaminos de Dios” así lo dice: “Fray Diego de derecho nació y murió en Ubrique” y aún es más, agregamos nosotros, sus sandalias capuchinas, con las que recorrió casi 50.000 kilómetros por los caminos de España, eran tan ubriqueñas, salidas de los noques, como ubriqueño era él mismo.
De una vez por todas ¡Hagámosle justicia a este futuro santo! Y así conseguiremos que la historia no “time” más a su pueblo, Ubrique.
Su madre, la Virgen de los Remedios, la que le impulsó su fe; su convento y su pueblo Ubrique fueron los puntales fundamentalísimos para hacerse capuchino y misionero… y muy en breve, con el buen hacer de todos, será nominado ¡¡Santo!!


Manuel Cabello Janeiro, Ubrique
17 de noviembre de 1996.



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Este artículo fue publicado el 17 de noviembre de 1996 en el "Diario de Cádiz". Nuestro padre estaba muy molesto porque no se había hecho ninguna alusión a nuestro pueblo durante los actos del primer centenario de la beatificación de José Caamaño. Un ubriqueño que nació circunstancialmente en Cádiz, a causa del estado de salud de su madre, la ubriqueña María García de Rendón de Burgos.
Previamente, en 1994, Manuel Cabello había publicado un libro biográfico sobre el Beato, después de varios años investigando en los Archivos Parroquiales, Municipales y en los archivos de los Capuchinos en Sevilla. En este libro, cuya portada es, precisamente, la imagen de la litografía de Ubrique de la que hablábamos hace unos días y a la que tanto aprecio tenía.


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jueves, 23 de septiembre de 2010

Mis investigaciones gaditanas

 Cádiz, verano de 2010

Texto y fotos:
Leandro Cabello


Mis investigaciones gaditanas

Como se vio en una entrada anterior, una de las cosas que perdimos en Ubrique en las riadas del invierno pasado fue la Veredita Estrecha, que acabo, debido a la fuerza del agua, en el pantano de los Hurones. 
Pues bien cuando este año llegué a Cádiz a pasar unos días, me propuse intentar recuperar ese trocito de Ubrique ya que sabía que el agua que se bebe en Cádiz procede precisamente de los Hurones, me puse manos a la obra y armado con la jarra Brita, que filtra el agua, comencé a colar agua.
Pero después de muchos litros me di cuenta  que no iba por el buen camino y aparte de los pocos restos sólidos que conseguí, el agua llega en buenas condiciones, se podía dar el caso de que los restos sólidos no fueran solo de la veredita estrecha sino de muchas vereditas de la sierra de Cádiz que acabaron en el pantano debido a las fuertes lluvias. 



El agua de Cádiz no tiene residuos de nuestra sierra
 

No quise dejar mis investigaciones. Cádiz es un magnifico lugar y es fácil  encontrar sitios, personas o cosas relacionadas con Ubrique.
En un paseo por sus calles te puedes encontrar con la casa de Frasquita Larrea, que en sus cartas describía perfectamente la vida de Ubrique a principio del siglo XIX y que tanto se parece al actual.


Placa colocada en la casa de Doña Frasquita Larrea



En la iglesia de San Juan de Dios te encuentras con dos imágenes del ubriqueño José Fernández Guerrero y del que se hace un interesante estudio en la parte cultural del blog de Los Callejones. De este imaginero ubriqueño hay más trabajos en el Ayuntamiento o en diferentes iglesias de Cádiz. 



 Los arcángeles de ambos lados son obra del ubriqueño Fernández Guerrero.


Siguiendo por Cádiz en busca de temas de investigación relacionadas con Ubrique y poder hacer una entrada en condiciones para este blog llegue a la catedral en la que  estuvo trabajando un tiempo el  arquitecto Miguel de Olivares, primo del anterior y como el también ubriqueño, del que se puede leer su historia en otras entradas o en el blog “Miguel de Olivares y Guerrero.  Arquitecto Neoclásico” de Manuel  Castro. 

Ya que estaba en la catedral entré pues sabía que en el interior se encuentra la capilla del también Ubriqueño Fray Diego José,  que nació en Cádiz por un problema de salud de la madre a la que los médicos aconsejaron que tuviera su hijo en Cádiz (esta historia me suena de algo, porque yo también nací en Cádiz por consejo médico, pero me parecería muy pretencioso hacer una relación).

Encontré un tema más familiar y que tambiién ha sido tratado en este blog. En una muestra de coches clásicos en el patio de los Salesianos me topé con un Dodge.
Por lo visto no es el mismo que tenía mi abuelo Leandro ya que al de él le decíamos el “Simca estirazao” y este parecía un “Simca redondeao”.




No me decidía por ninguno de estos temas para mi investigación veraniega y de pronto vi la luz, para ser más concreto un rayo de luz gaditano, 


Rayo de sol veraniego en la playita de Cádiz


Y recordé que no solo habíamos perdido la veredita estrecha  los ubriqueños por culpa del agua.

También se había perdido, hace muchos años, una lápida romana del Salto de la Mora  en una inundación en el Museo de Cádiz, según me han contado, de modo que me dirigí a las oficinas del museo para culminar mis investigaciones, pero no contaba con que en agosto está todo o casi todo el mundo de vacaciones por lo que a quien le conté el tema de la lapida ubriqueña perdida en una inundación me dijo que volviera en septiembre mientras se despedía de mi con una sonrisa.



 Trajano. Museo Arqueológico Provincial de Cádiz
 

De modo que para consolarme me fui al patio donde están las estatuas romanas del Museo, que es donde se expone, bajo la mirada de la gran escultura de Trajano encontrada en Bolonia, la lápida de Ubrique que aún queda en el Museo.


 Lápida encontrada en Ocurris
Depositada en el Museo Arqueológico Provincial


No es la más grande ni la que tiene más adornos ni guirnaldas pero es de Ubrique y eso la hace especial para mí y allí estuve un rato haciéndole fotos intentando decir sin palabras a la gente que había en el museo “Ésta es de mi pueblo” y leí una vez más aquello de “REPUBLICA DE LOS OCURITANORUM. 


Cosas de la vida: La lápida tiene algo extraño sobre la R
 

De pronto me fijé en un detalle; sobre  la R de "ocuritanorun" hay un desconchón como si el lapicida se hubiera equivocado...
¡Pero esto no puede ser!  Todo el mundo sabe que los lapicidas no se equivocan. ¿O si?

 

LA REALIDAD SUPERA A LA FICCIÓN

Cuando ahora hace un año apareció en  este blog un antiguo lapicida romano que cargaba con la culpa del error de la “R“de Ocurris no podía imaginar ni él ni nosotros lo que consta  en la ficha  explicativa de dicha lapida que tiene el Museo de Cádiz en internet y que nos ha llamado la atención...
Es lo siguiente:

"Frente de la lápida, Cincelado, Letra capital actuaria, Latín, Honorífico
IMP(eratori) CAESARI / M(arco) AURELIO COM / MODO ANTONINO / AUG(usto) PIO FEL(ici), GER(manico) / SARM(atico), PON(tifici) MAX(imo) / TRI(bunicia) P(otestate) IIII, IMP(eratori) X / COS(uli) V, P(atri) P(atriae), RES P(ublica) / OCURITANORUM / DECRETO DECURI / ONUM D(ono) D(atum) (Dado en obsequio del emperador César Marco Commodo Antonino Augusto, Pío, Feliz, Germánico, Sarmático, pontífice máximo, en su cuarta potestad tribunicia, aclamado emperador diez veces, cónsul por quinta vez, padre de la patria, la República de los Ocuritanos, por decreto de los decuriones.) [Letras algo toscas. Altura de la caja 3,5 cm.]"

 Un poco después podemos leer algo sobre la datación de la lápida:

"Por un posible error en la grabación, los números de las distintas magistraturas no se corresponden, por lo que resulta difícil confirmar la cronología del 186, aunque en cualquier caso oscilará entre el 179 y esa fecha"

Es decir que no se puede datar porque el lapicida en la grabación se equivoco de fechas y lo explica:

"179-186 [Los números de las magistraturas no se corresponden entre sí: a la IV potestad tribunicia (año 179) corresponde el I consulado y la II salutación imperial, este año sin embargo, está excluido por el pontificado máximo; Al V consulado (año 186) corresponde la potestad tribunicia XII y las salutaciones VII y VIII, pues Cómodo no recibió la X salutación]"



Todo esto lo considero una anécdota pero que le da más valor, si cabe, a este legado de nuestra historia.
Terminaremos de leer la ficha, porque es muy interesante.

"Observaciones
Disponible para exposición temporal, de acuerdo a la normativa legal vigente."


 
¿Sería posible traerla y exponerla en la Inauguración de la Ermita de San Pedro? Es solo una idea.

Yo pongo mi coche (es una broma, aunque un día en Cádiz con los gastos pagados nunca viene mal...)
 
 
Nota:
 Desde aquí quiero mandar un saludo a todas las personas, historiador@s y aficionad@s que, a base de investigar seriamente, le están dando un valor histórico a Ubrique y la Sierra que desgraciadamente casi habíamos perdido.

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martes, 21 de septiembre de 2010

Manuel Janeiro Córdoba, un bisabuelo que vale por tres.

Manuel Janeiro Córdoba
Ubrique, 1922
Montaje fotográfico de Pedro Rubiales



Por Esperanza Cabello

Hoy hemos encontrado gracias a Los Callejones, en una de esas entradas con historia que tanto nos gustan, un poquito más de la historia de nuestra familia.
Sabíamos que nuestro bisabuelo Manuel (1859) era muy polifacético, un hombre enamorado de su familia, con doce hijos de sus dos matrimonios, inteligente, culto, masón, bondadoso, capaz de amaestrar a una perrita para que trajera el periódico al pueblo, al que le gustaban los toros, la pintura, la música, el teatro; que organizaba el toro del gayumbo cada año, que pagó la Plaza de Toros del pueblo cuando ganó la lotería; que organizaba constantemente  actividades en su café y del que desde hoy sabemos un dato más:
  Según el artículo que el historiador Fernando Sígler ha escrito en "El Periódico de Ubrique", Manuel Janeiro Córdoba era el director de la banda de música del pueblo, así lo  hemos leído en este artículo sobre la historia de las ferias y fiestas ubriqueñas. Gracias, Fernando, por la historia y  por el dato.



Extraído de El Periódico de Ubrique
Lunes, 20 de septiembre de 2010
(Pinchar sobre el recuadro para ampliar)

Así que cuando Pedro Rubiales hizo en 1922 el montaje fotográfico que ilustra esta entrada no estaba nada desencaminado: lo retrató tres veces, con tres sombreros diferentes en tres posturas diferentes, pero en el mismo patio (en la Plaza de la Verdura) y junto a la misma mesa, y después montó las tres fotografías como si fueran una sola, y como si nuestro bisabuelo fuera tres personas diferentes...
En realidad era tan polifacético que, efectivamente, valía por tres.


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domingo, 19 de septiembre de 2010

Lo esencial es lo que cuenta

Ubrique, feria de 1960


Entre las dos fotografías de hoy han pasado cincuenta años, y nos complace comprobar que lo esencial permanece, aunque parezca que todo ha cambiado.
Los niños siguen siendo niños, la diversión sigue siendo diversión y la ilusión se mantiene, por mucho que ahora haya otras cosas y nos parezca que hemos avanzado tanto...


Ubrique, feria del año 2006



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Recuerdos de la feria

Esperanza y Paco en la Calle Real
Ubrique, feria de 1934

Por Esperanza Cabello

Las dos fotos de hoy, en las que nuestra madre y su hermano mayor están a la puerta de su casa (en el número once de la Calle Real) un día de feria, podrían ser sólo eso, las fotos de unos niños en feria.
Pero significan mucho más que eso para todos, son la imagen de un antes y un después de una época muy señalada y muy triste: la guerra civil.
En la primera foto, hecha en 1934, los dos niños están muy arregladitos y muy "gitanos" con sus flores y su gorra, en una calle Real aún empedrada, lo que significa que todavía no llegaba el agua a las casas de nuestro pueblo. Al fondo se ve el San Juan con mucha gente, seguramente por la feria, dice nuestra madre.

La segunda foto, cinco años más tarde, después de que la guerra hubiera convulsionado al país, meses después de haber recuperado a su padre, al que no vieron durante tres años, con la ropa más formal y más seria, y en una calle Real más moderna, ya con cemento y acerado, por la que  circulaba el agua desde el cuatro de octubre de 1937 (pinchar aquí para leer la historia).

Es verdad que podemeos ir leyendo la historia de nuestro pueblo a través de  las imágenes de las fiestas y los momentos especiales.



 Esperanza y Paco en la calle Real
Ubrique, feria de 1939

jueves, 16 de septiembre de 2010

Haciendo mosto en el Amarguillo

La vendimia en el Amarguillo
Septiembre 2010

Por Esperanza Cabello

Hoy hemos aprovechado la fresquita de la tarde para hacer algo que nuestros antepasados hacían normalmente cada septiembre y que nosotros hacemos desde hace tres años: vendimiar y pisar la uva para fabricar mosto.
La verdad es que la frase es un poquito pretenciosa: tenemos un par de parras de champán que nos regaló nuestra amiga Inma hace unos años y algunas parritas más de las que recogemos unos cuantos canastos de uvas que nos permiten hacer ocho o diez litros de mosto.
En Ubrique era tradicional cultivar parras y hacer mosto en septiembre (en este enlace podemos leer la historia de las Bodegas Quemás), nosotros íbamos a la "Viña del Moniato", con Rivera y nuestro padre, pero ya quedan pocas viñas, y se pierde poco a poco la tradición.

La sabiduría popular se ha ido pasando de generación en generación, porque elaborar el mosto es delicado y laborioso. Hay que tener muchas cosas en cuenta: el estado de la uva, recogerla sin que esté lavada, pisarla sin esperar mucho para que empiece a fermentar, prensarla, filtrarla y mimarla.
Nosotros las recogemos en canastos, la pequeña Esperanza es la encargada de pisarlas cada año, aunque hoy Julia le ha echado una mano y después viene la delicada operación de la prensa y el filtrado. 
Estamos contentos de haber podido recuperar, en parte, esa tradición que se perdía.



Esperanza es la encargada de pisar la uva




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martes, 14 de septiembre de 2010

El pregón de la Feria de Ubrique por don Bartolomé Pérez Sánchez de Medina


Antonia Mari y Francisco en los cacharritos
Ubrique, feria de 1960

Por Esperanza Cabello

Hoy empieza nuestra feria, y como es habitual, esta noche será presentado el "Pregón de la Feria y Fiestas", como cada vez estamos más modernizados, la invitación la hace una red social:
"Este año la Feria de Ubrique va a abrir sus puertas a cargo de una de las personas más queridas y admiradas de la población, Manuel Román "El Pescaó". Cantaor de flamenco desde su más tierna infancia, uno de los Socios Fundadores de la Peña Cultural Flamenca de Ubrique, y reputado locutor y jefe técnico durante muchos años de Radio Ubrique."
Nosotros queremos añadir además que Manuel Román fue una de las personas más apreciadas por nuestro padre, y ese aprecio era mutuo, se conocían de toda la vida y estrecharon sus lazos gracias a la Radio, en la que uno como jefe técnico y locutor y el otro como cronista trabajaron muchos años.
Aún no sabemos cómo será el pregón de Manuel, desde luego no faltaremos a las once y media en la Avenida, lo que no dudamos es que será un pregón entrañable, fuerte, con sentido y pasión. Seguro que, tratándose de quien es, no falta tampoco buena música y un poquito de cante.



Esperanza Izquierdo con sus amigas
Ubrique, feria de 1950


Desde el año pasado tenemos una asignatura pendiente: el pregón de Bartolomé Pérez Sánchez de Medina.
Bartolo, o don Bartolo, como lo hemos conocido siempre, fue uno de los más queridos maestros de Ubrique, ya jubilado, especialista en nuestro pueblo, en su historia, en su lengua y por el que hemos pasado muchas generaciones de ubriqueños.
Su pregón es formidable: historia de ubrique que conmueve a grandes y chicos, plagada de recuerdos y alusiones a ubriqueños; versos, sevillanas, estrofas y cancioncillas populares.

Nos envió el pregón hace ya muchos meses, pero no habíamos encontrado el momento propicio para publicarlo hasta ahora. 
Hemos hecho del pregón una versión para imprimir (pinchar aquí para acceder) y también vamos a publicarlo a continuación, con fotos de la familia:



 Esperanza y Paco 
Feria de Ubrique, 1939



Pregón de feria de  don Bartolomé Pérez Sánchez de Medina
Ubrique, septiembre de 2009



Buenas Noches:

    A lo largo de una vida, nuestros sentidos van depositando en la memoria percepciones de toda índole, dejando también en ella la satisfacción o el desagrado que produjeron en la sensibilidad durante el momento de la percepción . Y resulta que al recordarlas, se reavivan las sensaciones de satisfacción o desagrado, aunque por alguna circunstancia extraña puedan invertirse o simplemente desaparecer. Digo todo esto a manera de preámbulo, pues la mayor parte de lo que expreso aquí son recuerdos, con la consiguiente carga asociada de satisfacción, que se traduce en idealizaciones.
    La Feria de Ubrique fue en un principio feria de ganado que, al igual que en todas las localidades de España y de Europa donde tenían lugar, se manifestaba la alegría en diversión y disfrute, por la buena marcha del mercado de compras y ventas ganadero. De esta forma iba apareada a la primitiva feria de ganado la otra feria, la del ocio y el esparcimiento.




Feria del Ganado, a la Salida del lugar
Esperanza y Paco Izquierdo 1945


    Gracias al Diario de doña Frasquita Larrea, la madre de Fernán Caballero, se sabe que en 1824, la Feria estaba situada en la Plaza; en una anotación correspondiente al día 2 de agosto podemos leer: «...pasaban gentes yendo y viniendo de la Feria ( que está en la Plaza al fin de nuestra calle) con guitarras, cantares y risas”
En aquel entonces la Feria se celebraba durante los días 2, 3 y 4 de agosto. Poco después de 1824, se cambió al 14, 15 y 16 de septiembre.

    Pero es en 1838, el 25 de julio, cuando la reina María Cristina le concede a Ubrique el privilegio de la Feria, es decir, que va a cumplir 171 años, que comparándola en edad con la Feria de Sevilla, que Isabel II le concede al Cabildo Municipal sevillano el privilegio de la Feria en marzo de 1847, tras la propuesta que elevaron a dicho cabildo el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José Mª de Ibarra, nuestra feria es, en la concesión del privilegio real, nueve años más antigua. Al margen de lo que nos convoca esta noche, no deja de asombrar que un catalán y un vasco fueran, por así decirlo, los promotores de la Feria de Sevilla.

    Siguiendo al Padre Sebastián de Ubrique en su Historia de la Villa de Ubrique, el emplazamiento de la Feria estuvo, unas veces en la calle Real, otras, en la calle Botica y, por último, en la calle del Agua, en la calle de San Sebastián y en el Prado.
Había fuegos artificiales desde principios de siglo y llegó a tener cierta importancia. Fundamentalmente la Feria era de ganado, teñida de un suave color festivo.
    Al trasladar las fechas de la Feria a Septiembre, suponía un alegre colofón o cierre de la fiesta o fiestas de la Patrona Nuestra Señora de los Remedios. El comienzo, por consiguiente, de las fiestas de Ubrique era y sigue siendo estrictamente religioso, para continuar y acabar en lo festivo de la Feria.

    La preparación de lo festivo y el calentamiento de la fiesta comienza con la Novena, hasta completarse el día 7 de septiembre, víspera del día de la Patrona, conocida también como el día o la noche de los fuegos.
    Con relación a la noche de los fuegos, a los que contamos cierta edad, se nos puede venir el nombre de Emiliano. Emiliano era zapatero y aprendió pirotecnia por su cuenta, y los fuegos del día 7 por la noche los hacía él. Los plantaba delante del Convento o en los aledaños, de forma que se divisaran lo mejor posible. Fuegos como los de Emiliano no se han visto desde que él murió. Sobre todo, las ruedas que realizaba, que giraban disparando luz y triquitraques a velocidad de vértigo; las estrellas de mil colores que se abrían en el cielo en sordo trueno, y la traca, dilatada y larga traca que cerraba con el trueno gordo una noche de ilusión. La traca sonaba así, a mis aquellos oídos de niño y en mi actual torpe memoria de adulto:


Bien. La traca matraca,
matraca la traca,
tracatrá.
Ven. La flaca aplaca
a la gata.
También. Elpepla
platica con el acólito matón
pa trinca la plata.
Que te den. Cabrón.



    Y con este trueno gordo se cierra la noche de los fuegos y se abre la festividad de la Patrona. Función religiosa matinal y procesión vespertina. Caras conocidas pero ausentes, casi olvidadas nos miran, sonríen y nos saludan. Una vez acabada, la Virgen de los Remedios aguardará en la parroquia al domingo siguiente, cuando se celebra el día del Voto. Se saca en procesión por aquellas calles por donde en 1855 se llevara como último recurso contra la epidemia de cólera. Y se obró el milagro desapareciendo la temible enfermedad. Y el pueblo de Ubrique prometió celebrar función religiosa solemne y sacarla en procesión el domingo siguiente a la festividad de la Patrona. Es un voto o promesa que no se redactó ni firmó, solamente consta en la conciencia colectiva de los ubriqueños, transmitiéndose de generación en generación.







Ubrique: Procesión del Voto 2010
Entrada al Convento
Foto: Leandro Cabello


Piadosa fe del pueblo que te aclama
Madre espiritual, remediadora
de males, de sus bienes protectora,
que, al rezarte una Salve, la derrama.

Ubrique lo mismo ríe que llora,
y en el duelo y la alegría te llama
su Patrona, y cantando te proclama
su Paisana, su Virgen, su Señora.

Eleva la plegaria sabatina
impregnada de júbilo devoto
y el alma en claridades va en aumento,
y después la Novena, y ya culmina
en la mariana advocación y el Voto
y el regreso de nuevo a tu Convento.

Acabado el tramo religioso de las fiestas comienzan los preparativos para la Feria.
    Hace ya algunos años, la Feria se extendía a lo largo de la calle de San Sebastián, hasta desparramarse por la Salida (La Salía El Lugar). En la Plaza del Ayuntamiento se montaban la Tómbola Benéfica "San Vicente de Paúl" y el tablado de la Música.
    La Conferencia de San Vicente de Paúl hacía entonces las veces de Cáritas actualmente, y los beneficios de esta tómbola eran destinados a dicha asociación parroquial para combatir las carencias de muchas familias ubriqueñas; y el tablado de la Música se levantaba alrededor del gran Candelabro que existía en el centro de la plaza, para que la Banda amenizara las noches de Feria mientras un tranquilo auditorio asistía relajado.
    En la calle del Agua y en la Pilita Abajo se instalaban puestos de turrón que permanecían algunos días después de acabada la Feria.


María Remedios  Izquierdo
Feria de 1946



    En el año 1949, Ubrique sufrió la mayor inundación que se recuerda. Una gran tormenta barrió todas las calles poco después de haber finalizado la Feria. Reventó el nacimiento del Ubrique el Alto, se anegaron la iglesia parroquial, el cuartel de la Guardia Civil, sito entonces enfrente de donde hoy se encuentra la Policía Municipal; también la chabola de Antonio Cuéllar, de forma que dicen que los barriles flotaban en el agua, y muchísimas casas. Por supuesto, todas las huertas estaban cubiertas de agua.
Los enseres de los puestos de turrón fueron arrastrados por las aguas, pero los vecinos ayudaron bastante a los pobres desfavorecidos.







Plaza de Toros de Ubrique
Feria de 1922

    Uno de los atractivos de la Feria ha sido y sigue siendo la tauromaquia. Siempre hubo en Ubrique una gran afición taurina. En 1909 es inaugurada la plaza de toros hoy desaparecida. En los años cuarenta fue reformada. Bellas tardes de toros vio su arena, en las que la Banda de Música, desde la plaza del Ayuntamiento, a los alegres sones de un pasodoble, conducía a la afición a los tendidos. Por la Salida, en el bar de las Palomas, de Pepe el de la Pila y en el bar de El Empañolao, curiosos y aficionados esperaban la Mú
sica para seguirla a la Plaza de Toros. Pepe Reina, José Morales Ramos, era un gran entendido en materia taurina y buen aficionado, como su hermano Antonio. Ambos, en su juventud, toreaban en las plazas de los pueblos de la Sierra. Tuvieron verdadera vocación taurina, El conocimiento que tenían de la gran familia taurina era inmenso: de matadores, novilleros, subalternos, del mundo del rejón, de ganaderías y ganaderos, empresarios...



Plaza de Toros de Ubrique
Feria de 1918

    Pepe tenía una barbería que era lugar de tertulia taurina constante.. En Feria se convertía en destino obligado para los aficionados, sobre todo foráneos que acudían a los acontecimientos taurinos. Su hermano Antonio toreó más que Pepe y fue muy renombrado en los pueblos de la Sierra y en Ronda, donde los dos hermanos eran muy conocidos entre los aficionados. Tuvieron verdadera vocación taurina, tanto es así que Antonio fue admitido y estuvo a punto de entrar en la escuela taurina de Salamanca, pero la Guerra Civil truncó su gran deseo. Curro Márquez llegó a debutar en la plaza de Las Ventas. Reinita Chico, Francisco Coronil y Juan Ortiz hicieron algunos pinitos. Un poco posterior fue Sebastián Macías González "El Pato". Destacó como banderillero y posteriormente se dedicaba en sus ratos libres a la enseñanza del arte de Cuchares a chiquillos que les gustaba y apuntaban cualidades. Es forzoso nombrar a Pedro Vázquez "Carriles" y a Juan Gallego, cuyo empuje, afición y ganas de torear se recuerda en carteles y fotografías. Mención especial hay que hacer de Jesulín, Jesús Janeiro, un torero de masas, controvertido y muy mediático. Ha llevado su nombre por toda la geografía taurina del mundo con su topónimo consabido de Ubrique, conocido hacía mucho tiempo en el Viejo y Nuevo Mundoy en Extremo Oriente por su magnífica artesanía. Su hermano Víctor Janeiro ha seguido el mismo derrotero sin el esplendor rosa de su predecesor, pero sí taurino. A quien sí debemos nombrar es a Juan Vázquez "Cantito", un hombre que ha vivido por y para el toro y sigue haciéndolo . Ha entrenado a sus pupilos en el campo, como hiciera con Jesulín. Don José y don Fermín Bohórquez, ganaderos, hijos de Ubrique, ofrecieron la oportunidad a la afición de nuestro pueblo durante muchos años de disfrutar del toreo de grandes figuras como Antonio Bienvenida, Luis Miguel Dominguín, Antonio Ordóñez y una ilustre lista de espadas, y la donación de lo recaudado en taquilla era para el Asilo de Ancianos o para obras que redundaban en beneficio de los ubriqueños.
    La larga agonía o abandono y la repentina desaparición de la vieja plaza de toros supuso un triste golpe, pero la nueva plaza es motivo de satisfacción, pues tiene una cierta gracia televisiva que la convierte en un sorprendente mirador de la Sierra, otorgando un valor añadido al espectáculo taurino y, por tanto, al espectador.



Manuel Cabello cn sus amigos en la calle de San Sebastián
Feria de Ubrique, 1954



    Cambiando de tercio, valga la expresión de la jerga taurina, continuemos con la Feria cuando se extendía por la calle de San Sebastián. En la Pilita Abajo había siempre puestos de turrón, aunque el de Concha estaba todo el año. A la puerta de Manuela Benítez lucía el puesto de los cacharros de metal y, al lado, un olor caliente, dorado y dulzón a almendras garapiñadas, que en alguna que otra ocasión, se encontraba delante del Cine Avenida.



 
Dolores, María Remedios y Esperanza 
"A la puerta de Manuela Benítez lucía el puesto de los cacharros de metal"
Feria de Ubrique, 1954


Más puestos de turrón hasta llegar a la Greera, con frutas escarchadas y turrón duro, de almendras que, al masticar un pedacito, el sabor hace navegar al paladar por sueños sembrados de miel y de sol ; puestos de mil baratijas: caretas, espadas de madera, pitos de gomas forrados de uncartón abocinado y papeles de colores; volaeras como rosas de los vientos, y globos, muchos globos de colores que encendían la retina infantil de un volcán de ilusiones; el puesto de los cocos, el teatro de Cristobita Polichinela o Puchinela, la ruleta del tío de los barquillos, la caseta del tiro de pichón, las patatas fritas de la Morita, que inundaban el aire de apetitoso y crujiente aroma, ningunas como aquéllas; los bartolitos, que subían y bajaban a voluntad del pequeño y fantasioso dueño, los bastoncitos de mimbre pintados de José Gago:

José Gago,
un bastoncito,
yo te lo pago.

Sí, José Gago,
un bastoncito,
ese amarillo y verde,
que es más bonito.

¿Cuánto es, José Gago?
 Te voy a pagá el bastoncito.
Dame un real,
es baratito

Y mi niño va soñando
mil fantasías
con un bastón y un globo
y su alegría.

José Gago,
un bastoncito,
yo te lo pago.

    José Gago era un viejo muy gracioso. Bebía mucho y se le atribuye la frase de bastón vendio, bastón bebío, que ha quedado como sentencia para expresar la conveniencia de vivir al día.
    Y Juan Pajuelo, "Tres Pelos", con un caballo de madera y una motocicleta, plasmando con su gran cámara de trípode y manga negra la historia año tras año de generaciones infantiles, al tierno grito de ¡un pajarito! , mientras quitaba la tapadera del objetivo.


María Remedios
Feria de Ubrique 1950

    Durante muchos años formaron parte de la familia festiva de los ubriqueños las cunitas y las barquitas de García, que bien avanzado el verano las instalaba en Los Callejones. En las tardes estivales la chiquillería acudía a montarse, recibiendo de esta manera una gratificante emoción.

    Mientras que la Barriada del Jesús surgía de sus cimientos, la plaza del Jardín quedaba sin poderse utilizar en Feria para bailar al ritmo de una orquesta. Entonces se trasladó el baile a los Callejones, junto al bar Capitol, hoy el Cepo. También formaría parte de la familia festiva de Ubrique la Orquesta Soro, con aquella poderosa y melódica trompeta que bañaba de sol los pasodobles y envolvía de romántica luna los boleros, al cobijo de los gigantescos y frondosos árboles ; y al ritmo que mandaba la entrañable orquesta se bailaba el pasodoble, el bailón, el mambo, el cha-cha-cha, la cumbia, el tango, la salsa, el bolero..... Pero para bailar con la persona que se quiere, que se ama, en intimidad, en una unión callada, de latidos que suenan sincronizados y deesa forma  muda expresar el amor, para ello, prefiero el bolero:


Hemos vuelto a ver el mundo
viviendo el amor de nuevo
con la alegría de niños,
con la experiencia de viejos.

Del otoño es nuestro amor,
del otoño de la vida,
amor de luna y de noches,
de blando aroma y de brisa.

Paseamos nuestra edad,
y nuestro amor paseamos
por calles llenas de hechizo,
por calles llenas de encanto.

Del beso al anochecer,
presos de felicidad,
en un húmedo destello,
vivimos la eternidad.

Hemos vuelto a ver el mundo
viviendo el amor de nuevo
con la alegría de niños,
con la experiencia de viejos.


    Hemos estado navegando en la década de los años cincuenta, poco antes de la inauguración de la Barriada del Jesús. Después, la plaza del Jardín o del Jesús volvió a ser sede de la Caseta de Feria y en los Callejones quedaron sólo el Cine Alcázar y el Cine Avenida.
    Y Ubrique se hizo grande y ocupó las huertas y ocurrió lo razonable, necesario y conveniente, que el real de la Feria se asentara por la nueva superficie urbana, abandonando poco a poco su tradicional emplazamiento. Las casetas proliferaron, la calle del infierno o zona de los cacharritos también sufrió su traslado y la mayoría de ellos dejaron de venir, cediendo así su presencia a otros más grandes, seguros y divertidos para los pequeños e intrépidos usuarios.

    Quien tuvo, retuvo, y es verdad, pues de la afición taurina surgió primeramente la Peña Taurina Hnos. Bohórquez y, poco después, la Peña Jesulín.
    También la Plaza de Toros se utilizaba para ofrecer espectáculos de cante, a los cuales se les llamaba "Los Cantaores". Esta noche hay cantaores en la Plaza Toro. Destacadas figuras del flamenco pasaron por Ubrique . Y es que en Ubrique siempre hubo una afición grande al flamenco y buenos cantaores. Sería la savia joven la que le diera el rango y la dignidad que verdaderamente tiene esta manifestación popular. Y es en 1978, cuando de la mano de Manuel Román "El Pescaó", de José Lámela, de Manuel Maza, de Avelino Ruiz Cortés y de Heliodoro García Serrano, nació La Peña Flamenca de Ubrique, avalados y empujados por Atanasio Villalba, Serranito, Miguel Gil, Loli Moreno, Isabel Benítez, Vicente Domínguez, José Antonio Maza, Paco Cabello, Rafael Flores "El Tato", Antonio Gago Manzanito y muchos más aficionados .

    Desde 1981, durante la Feria se celebra la Noche Flamenca de la Piel, asociando a ella a un personaje de gran relevancia en la vida de la localidad. En esta ocasión se trata del pintor Rodríguez Agüera.
    También esta peña ha creado el Concurso de Arte Flamenco Ciudad de Ubrique, de categoría nacional. De febrero a junio, cada viernes por la noche pasan muchos artistas por el tablao de la Peña Flamenca. Desde aquí un recuerdo para Antonio Gago Manzanito y para Rafael Flores "El Tato".

    La Pintura es otra de las actividades artísticas que destaca en Ubrique y que su eclosión tiene algo que ver con el repujado en piel. En estos días hemos podido admirar exposiciones en algunas calles del casco antiguo: una maravilla, en que la blancura de cal acoge el lienzo con una exquisita delicadeza. En Ubrique suele haber exposiciones durante todo el año. Recientemente la pintura al aire libre ha convertido nuestras plazas, nuestras calles en un rico estudio de luz, formas, colores, que parece que el aire y su transparencia forman parte de la magia pictórica.
    Una de las tradiciones que se ha conservado en la Feria es el Enferio. El enferio es el regalo que se hace a algunos miembros de la familia, particularmente a los más pequeños, durante la feria o al término de la misma. No debemos olvidar costumbre tan entrañable, por favor. He de añadir que en la Feria de Ubrique, el buen rato que se pasa se debe a los ubriqueños, a su hospitalidad, a su alegría, a su saber estar, a saber saborear el momento.



José Luis y María Remedios
Felicitando la Feria de Ubrique, 1954

    Bueno, me voy a marcar unas sevillanas, claro está, la letra, pues, como mi madre contaba de una mujer, cercana a la familia, cuyas cualidades para el canto, al igual que su memoria musical, eran nulas, decía que la letra sí, pero la música no; pues lo que dijera aquella señora lo tomo para mí. Bueno, ahí va:
De sensaciones,
de sensaciones;
Ubrique es un reguero
de sensaciones,
que nacen y se esparcen
por los rincones.

Subí al Calvario,
subí al Calvario,
Por el Carril arriba
subí al Calvario,
y al salir de la ermita
hallé un milagro

¡Ay qué hermosura!
¡Ay qué hermosura!
en medio de la Sierra
¡Ay qué hermosura!
en medio de la Sierra
tanta blancura!

De sensaciones;
de sensaciones,
Ubrique es un reguero
de sensaciones;
que nacen y se esparcen
por los rincones.

En el Culito,
en el Culito;
mirando las macetas
en el Culito
se me fueron dos horas
en un ratito.

¡Ay qué grandeza!
¡Ay qué grandeza!
que lo sencillo encierre,
¡ay qué grandeza!
que lo sencillo encierre
tanta belleza!

De sensaciones;
de sensaciones,
Ubrique es un reguero
de sensaciones;
que nacen y se esparcen
por los rincones.

Es más fresquita,
Es más fresquita,
la fuente en la que el agua
es más fresquita
la de los Nueve Caños,
que la sed quita.

La de la Plaza,
la de la Plaza
te refresca los labios,
la de la Plaza,
te refresca los labios
y calienta el alma.

De sensaciones;
de sensaciones
Ubrique es un reguero
de sensaciones;
que nacen y se esparcen
por los rincones.

Por la Calzada,
por la Calzada;
bajando de Las Cumbres
por la Calzada,
recogí un manojito
de flores blancas.

Para tu pelo,
para tu pelo;
porque prefiero flores
para tu pelo,
porque prefiero flores
antes que un velo.

De sensaciones;
de sensaciones
Ubrique es un reguero
de sensaciones;
que nacen y se esparcen
por los rincones.

Deseo con toda el alma que os haya gustado. De todas formas, muchas gracias por haberse acordado de mí a la Concejalía de Cultura, y gracias a todos por haberme aguantado. ¡A pasarlo bien! ¡A divertirse! Gracias.


Leandro Cabello
Feria de 2010

Con estas emocionadas palabras terminó el pregón de Don Bartolo. Hoy, la feria empezará de nuevo, como siempre, y los mayores y los niños harán como nuestro sobrino Leandro, que se ilusiona esperando que terminen de montar los cacharritos y espera la feria con ilusión, como todos los niños ubriqueños cada mes de septiembre desde el 25 de julio de 1838.
Gracias, Bartolo, por recordarnos nuestras tradiciones, y ...

¡Animo, Manuel! Esperamos poder poner tu pregón en estas páginas dentro de poco.
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(Nota del día 15: mientras llega el momento de la publicación, en el blog Los Callejones podemos leer la crónica del pregón.)

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