Rincón de la plaza de la verdura, en la fachada de la casa familiar
Por Esperanza Cabello
Así estaba este rinconcito del final del callejón de Janeiro hace un mes. En la fachada principal del edificio existe una placa en honor a nuestro bisabuelo, Manuel Janeiro, el masón que hizo construir la antigua plaza de toros y que regentó el café de Janeiro para felicidad de sus convecinos.
En este otro lugar, existía una placa en homenaje a nuestro padre, Manuel Cabello Janeiro, que había nacido en esta misma casa y que descubrimos el ocho de septiembre de 2015.
Al morir nuestro hermano, una de las primeras ideas fue hacerle ¡Otro homenaje, hermano!, y qué sería mejor que colocar una placa en su recuerdo junto a la de nuestro padre.
Nos pusimos en contacto con nuestra amiga, la artista Remedios Rubiales, para que hiciera el diseño de la misma, queríamos que fuese algo alegre y colorido, con imágenes de Ubrique, y Reme realizó varios bocetos.
Con Remedios Rubiales, creadora del diseño de la inscripción
A partir del texto que proponíamos, Reme propuso varias opciones, con el San Antonio, con animales, con el pantano... Estaba claro que el pantano era lo que nos parecía más acertado, porque engloba, para todos nosotros, una parte de la riqueza de Ubrique en Verde, el agua.
Manos a la obra, Reme completó su diseño y se puso en contacto con Sira Ceramics para su ejecución. Han hecho un trabajo magnífico. Muchas gracias.
Quedaban por dar los pasos más importantes, teníamos que pedir permiso a la familia para colocar la placa en la fachada, ningún problema, por supuesto; al ayuntamiento para poder emplazarla junto a la de nuestro padre, todo fueron facilidades. Infinitas gracias.
Y queríamos, como para nosotros era algo muy importante, que alguien también muy importante estuviera presente en el momento de descubrir la inscripción. Avisando con tiempo, nuestro primo Antonio, el consejero de la presidencia, siempre está dispuesto para la familia.
Sería el día ocho, un día muy importante para todos los ubriqueños, y queríamos hacer coincidir la tradicional visita de los familiares con el descubrimiento de la placa, que sería justo diez años después de la de nuestro padre.
Después de mil idas y venidas, de consultas con la diseñadora, con los ceramistas, con la familia, con las autoridades, con los vecinos, por fin llegó, traída en mano, la esperada cajita de azulejos en el momento justo, a pesar de las vacaciones, de agosto y de las fechas comprometidas.
El equipo del ayuntamiento hizo las medidas previstas, organizó los cambios necesarios en la pared para poder colocar la placa, que al final resultó ser más grande de lo esperado. También se renovaron las plantas de las rejas de la calle y comenzó el "Puzzle".
¡Como nos hubiera gustado que Manolo hubiera estado allí, se habría reído con esas carcajadas tan suyas (JA, JA, JA) con nuestra poca pericia para montar los azulejos y habría disfrutado de lo lindo fijándose en los detalles del puzzle, cómo hay que empezar por el exterior y después ver que el texto fuera encajando, él, que siempre ha sido el rey de los puzzles.
Los ceramistas habían numerado cada uno de los azulejos, pero fue más divertido montarlos "a vista".
Por fin, salvados los primeros escollos y ajustándose a las medidas de la placa, comenzó el montaje.
Uno a uno, con gran maestría, fueron poniendo los azulejos, teniendo mucho cuidado de que todo estuviera en orden. No podemos dejar de agradecer, además a de a estos estupendos profesionales, a los pintores que habían preparado la pared para que nada desentonara.
Hacia las diez de la mañana, hora en la que normalmente se hace una parada en el trabajo para desayunar, todos los que iban al bar de la plaza de la Verdura se iban parando interesados por el trabajo y por la inscripción, algunos amigos se paraban y hacían comentarios cariñosos, otros alababan el trabajo de diseño, otros seguían dándonos el pésame.
Por fin el trabajo terminado. ya solo quedaban los últimos retoques y cubrir los azules para dejarlos preparados, también quedaba un repasito de pintura y colocar la cortina.
Cubiertos con papel de seda, hubo que dejar fraguar el cemento para poder quitar la regla y los anclajes, pero ya podíamos respirar tranquilos, los azulejos estaban colocados, los profesionales habían hecho un gran trabajo y todo estaría listo en su momento.
Y así de bien amaneció la placa de Manolo el día señalado, todo listo para el gran momento. A partir de ahora los dos, padre e hijo, compartirán un rinconcito en nuestro pueblo y un gran lugar en nuestros corazones.
Muchísimas gracias a todos los que habéis colaborado con este proyecto, sería incapaz de nombrar realmente a todo el mundo porque han sido muchas las manos que nos han apoyado y muchas las voces que nos han alentado.
A todos y a todas, gracias de corazón 💚💚💚
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