martes, 29 de enero de 2013

Una esperada visita en Ocurris

Autoridades municipales y provinciales con  Antonio Sanz Cabello
Visita al Salto de la Mora y a las ruinas de Ocurris
(Fotografía gentileza de  Antonio Sanz)

 Por Esperanza Cabello

 Precisamente ayer, por aquello de las casualidades asombrosas de la vida y sin saber nada de la visita de hoy, tuvimos el impulso de hablar de nuestro padre con  nuestro primo Antonio Sanz.
Hoy hemos tenido noticia de que Antonio Sanz Cabello, presidente del PP de Cádiz, ha visitado, junto a las autoridades municipales y provinciales, las ruinas de nuestra ciudad romana de Ocurris, y hemos podido leer en su página lo siguiente:

"He visitado el Centro de Recepción de la ciudad así como los restos del mausoleo y las termas romanas que son únicas en nuestra provincia. He podido comprobar de primera mano cómo existen zonas que se encuentran en un estado absoluto de deterioro. Poner en valor este proyecto sería un salto muy importante para Ubrique además de un ejemplo de cómo el pasado puede significar para el presente un gran provecho para el futuro turístico y cultural de Ubrique.
Desde el PP de Cádiz vamos a hacer un esfuerzo y vamos a tomar medidas para poner en valor este enclave histórico de nuestra provincia"


Nuestro primo visita el Columbario
Fotografía gentileza de Antonio Sanz


Y después de saber de esa visita y de haber leído las palabras de Antonio, lo único que nos ha venido a la mente es lo satisfecho que estaría nuestro padre, Manuel Cabello, al saber que su sobrino, ese del que se sentía tan orgulloso, se ocupa y se preocupa de un yacimiento por el que él mismo trabajó toda su vida, un yacimiento que nuestro padre  supo redescubrir, poner en valor, limpiar, acondicionar, arreglar.
Manuel Cabello tuvo muy claro desde el principio que  la ciudad romana de Ocurris era un verdadero tesoro para todos los ubriqueños, y durante muchísimos años peleó contra viento y marea para que las autoridades se interesaran por nuestro patrimonio histórico.
Consiguió que Ocurris se tuviera en cuenta, que los expertos se interesaran, que comenzaran las excavaciones, que se redescubrieran los edificios, que personas competentes se preocuparan por salvaguardar nuestra fortuna.
Y después, una vez terminados los primeros trabajos, se empeñó en que nuestros tesoros fueran conocidos, trajo a Ubrique a la televisión, a los periódicos, a los expertos de buena parte de España, a artistas de la Casa Velázquez, a historiadores, a arqueólogos, a turistas y a curiosos.

Por eso hoy Manuel Cabello habría estado tremendamente satisfecho, Ocurris es nuestro tesoro y parece que de nuevo alguien va a protegerlo, a preservarlo, a cuidarlo y a ponerlo en valor como merece.
Esperamos ilusionados que Antonio siga trabajando en este proyecto, esperamos que profesionales competentes, capacitados y cualificados  impidan que se siga deteriorando y estamos seguros de que Ocurris no nos defraudará.


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Los Vascos C.F., 1973

Los Vascos C.F.
Ubrique, 1973

Por Esperanza Cabello

Hoy les traemos una fotografía "casi histórica", nuestro hermano Manolo nos ha traído a la plantilla de "Los Vascos C.F." del año setenta y tres, posando para la posteridad en el Campo del Catalán, todos equipados y conjuntados de azul y blanco.
Pensábamos que era el Estadio Barbadillo, pero nuestro amigo Juan Manuel Román nos ha hecho ver qu ese trataba del campo del Catalán y nuestro hermano Manolo nos ha confirmado que es la actual plaza de las Palmeras, y que los eucaliptos son los de nuestro añorado campo familiar: la Cerca.
La curiosidad es que todos los componentes del equipo firmaron en el reverso de la fotografía:
Juan, Bartolo, Carlos, Francisco, Miguel, Reina, Manolo, Antonio, Pedro, Currín, Gabriel.
Estos son los once futbolistas del Vascos CF.



domingo, 27 de enero de 2013

El Pósito de Villaluenga

Calle Pósito. Villaluenga
Fotografía de Gabriel Franco Benítez

Por Esperanza Cabello

Nuestro amigo Gabriel Franco ha tenido la gentileza de mandarnos unas fotografías de la calle Pósito, de Villaluenga. Seguramente en ella se encontraba el Pósito, un edificio sólido y bien construido, según hemos leído en  la enciclopedia Madoz, edición de 1845:


Datos de la localidad:
vecindad con ayuntamiento en la provincia de Cádiz (47 leguas), partido judicial de Grazalema (4), diócesis de Málaga (46), audiencia territorial y ciudad g. de Sevilla (47) SIT. al pie de una sierra bastante áspera y pedregosa próxima á un arroyo que pasa por la inmediación del pueblo; el CLIMA no es frío, y se padecen fiebres intermitentes. Tienen 360 CASAS de regular construcción entre ellas la del ayuntamiento formando cuerpo de población, cuyos vec. se surten de las aguas de una fuente de calidad excelente ; un edificio muy bien construido que sirve de pósito; una escuela de instrucción primaria concurrida por 70 niños y una de enseñanza de niñas á la que asisten 30; una iglesia parroquial (San Miguel) servida por un cura de concurso y provisión ordinaria ; una ermita San Gregorio y un cementerio en el sitio donde antes estuvo la iglesia del Salvador. Confina el término por el N. con el de Zahara ; E. Ronda; S. Cortes , y O. Jerez de la Frontera; su término es común con el de las v. de Grazalema, Ubrique y Benaocaz comprendidas en lo que se llama la Serranía de Villaluenga del Bosario. Encuéntrase en él la aldea de Benamahoma y varias fuentes y arroyuelos.
El TERRENO es desigual, pedregoso y de mala calidad, con algunos montes poblados de diversos árboles. Los CAMINOS mas principales son el que de Sevilla va á Gibraltar y el de Cádiz á Málaga en muy mal estado. El CORREO se recibe de Ronda por balijero. PROD. trigo, cebada, lentejas y bellotas; hay ganado lanar, vacuno y de cerda , y caza de conejos y perdices, IND.  hay varias fáb. de tapones de corchos, telares de jerga y lienzo y molinos harineros, POBL. 404 vec., 4,622 almas RIQUEZA PROD.  4 229,360 reales IMP.  23,320.

(Aunque no sea el tema de hoy, nos llama la atención el dato de población: "404 vecinos y 4,622 almas" ¿Las mujeres, niños y ancianos no serían considerados vecinos entonces? 


 Calle Pósito. Villaluenga del Rosario
Fotografía gentileza de Gabriel Franco Benítez


Por lo visto hubo en 1945 el intento de cambiar el nombre de la calle y dedicársela al Obispo Pérez González, según cuenta Ángel Azábal, pero la memoria colectiva de Villaluenga recordaba la importancia de esa institución a lo largo de los años y nunca ha dejado de llamarse así.
El Pósito era algo parecido a una institución financiera. De propiedad municipal, era un depósito de grano que prestaba, para siembra o para uso de los ciudadanos, grano (trigo, cebada...) a un interés muy bajo.
Los vecinos recurrían normalmente a él, los pudientes y los menos pudientes, puesto que poco a poco se fue convirtiendo en una especie de depositaría de grano.
Hemos encontrado dos documentos muy curiosos, el primero fechado en  1896 y el segundo en  1897,  del Pósito de Villaluenga, en ellos se hace constar que un vecino, Alonso Rodríguez, reintegraba (en agosto de 1896 y en septiembre de 1897) el grano que le había sido entregado el año anterior.


 Fondos del Pósito de Villaluenga
Reintegro de 1896


Fondos del Pósito de Villaluenga del Rosario
Distrito Municipal de Villaluenga
Partido Judicial de Grazalema
Provincia de Cádiz
Año económico de 1896 a 1897
Número que corresponde al libro de ENTRADA de Paneras 47

El Alcalde Director del  Pósito de este distrito municipal, dá el presente resguardo a favor de D. Alonso Rodríguez Moscoso por la cantidad de cuatrocientos catorce kilógramos de trigo que entrega en dicho Establecimiento en concepto de reintegro del que se le repartió en el año último
De la referida cantidad queda tomada razón circunstanciada en el libro que arriba se cita con la numeración de su partida al folio… cuando se realice la entrega.
Y para que pueda el interesado hacerlo constar donde y ante quien creyere conveniente, se expide el presente documento por duplicado, firmado por mí, por el Secretario interventor y por el interesado ó un testigo a su ruego, quedando en Depositaría el otro ejemplar para unirlo al cargo de la cuenta.
Villaluenga, a 25 de Agosto de 1896
El Alcalde, Director del Establecimiento, Cristóbal Juvrillo
El Secretario del Ayuntamiento, Interventor de los Fondo,  Juan Tocón
El Interesado,
Fecha del Cargaréme en El DEPOSITARIO DE LOS FONDOS,  Domingo Gutiérrez
Intervine y tomé razón en el libro que se cita, Rúbrica del secretario
Carta de entrada y de pago por la cantidad de 414 kilos de trigo

Ronda. Imprenta de Abela





 Fondos del Pósito de Villaluenga
Reintegro de 1897



Fondos del Pósito de Villaluenga del Rosario
Distrito Municipal de Villaluenga
Partido Judicial de Grazalema
Provincia de Cádiz
Año económico de 1897 a 1898
Número que corresponde al libro de ENTRADA de Paneras 85

El Alcalde Director del  Pósito de este distrito municipal, dá el presente resguardo a favor de d. Alonso Rodríguez Moscoso por la cantidad de trescientos sesenta y ocho kilógramos de trigo que entrega en dicho Establecimiento en concepto de reintegro del que se le repartió en el año último
De la referida cantidad queda tomada razón circunstanciada en el libro que arriba se cita con la numeración de su partida al folio… cuando se realice la entrega.
Y para que pueda el interesado hacerlo constar donde y ante quien creyere conveniente, se expide el presente documento por duplicado, firmado por mí, por el Secretario interventor y por el interesado ó un testigo a su ruego, quedando en Depositaría el otro ejemplar para unirlo al cargo de la cuenta.
Villaluenga, a 10 de Septiembre  de 1897
El Alcalde, Director del Establecimiento: Cristóbal Juvrillo
El Secretario del Ayuntamiento, Interventor de los Fondos: Juan Tocón
El Interesado,
Fecha del Cargaréme en El DEPOSITARIO DE LOS FONDOS,  Domingo Gutiérrez
Intervine y tomé razón en el libro que se cita, Rúbrica del secretario
Carta de entrada y de pago por la cantidad de 368 kilos de trigo

Ronda. Imprenta de Abela


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sábado, 26 de enero de 2013

El Bar "La Perla"

 Publicidad del Bar La Perla y del Bar Avenida. Navidad 1965
Gentileza de Mari Carmen López Sánchez


 Por Esperanza Cabello

 Nuestra amiga Mari Carmen López Sánchez nos ha proporcionado un documento muy curioso de 1965: la felicitación navideña del bar La Perla y del Bar Avenida. 
Se trata de un pequeño folleto de la imprenta Vallejo en el que se indican los nombres y teléfonos de los dos bares en la parte exterior.
En el interior nos explican lo baratísimo que sale un café por solo cuatro pesetas (algo menos de tres céntimos de euro).



¡Qué barato era un café!


Por 4 pesetas que nos cobran de un café, nos dan:

Café, azúcar, cobijo, luz, teléfono, palillos para los dientes, bicarbonato, aspirina; nos servimos de un plato, una taza, una cuchara, un vaso, una botella, de una mesa, de una silla, de uno o varios periódicos, de una baraja, de un dominó,  de un ajedrez, de papel y lápiz, de una radio y televisión; podemos usar el perchero, el wáter, podemos dar y recibir cartas y encargos sin que se entere la familia; podemos censurar todo lo que nos dé la gana; nos enteramos de cuanto ocurre; los que juegan y son clientes, pueden pedir al cafetero dinero a préstamos sin interés y marcharse sin pagar sin que nadie le reclame nada; puede uno criticar la actuación del dueño con razón o sin ella; en total 30 servicios, ventajas y comodidades todo, por sólo 4 pesetas.

¡¡¡Y luego decimos que el café es caro!!!


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Un francés en Ronda I, por Pedro Pérez Clotet

Ronda
Fotografía gentileza de Manuel Canto

 Por Esperanza Cabello

Hace un par de meses nuestra amiga Conchi nos envió un ejemplar de 1926  de la "Revista del Ateneo", de Jerez de la Frontera. En ella pudimos leer varios artículos muy interesantes y, entre ellos, varios escritos de  Pedro Pérez Clotet, el escritor nacido en Villaluenga del Rosario,  entre los que nos ha llamado la atención "Un francés en Ronda". 
Ya habíamos oído hablar de Monsieur Rocca en "La Sierra del Mediodía", pero nos ha parecido muy curioso que Clotet nos explique los pormenores de la estancia de este francés en Ronda.
 
Este es el texto: 

UN FRANCÉS EN RONDA

Entre las regiones españolas que más  se distinguieron por su heroísmo en la guerra de la Independencia, figura la Serranía de Ronda. Esto no obstante, es una de las menos estudiadas. El Sr. Gómez de Arteche, es el que más se ha ocupado de ella; pero las noticias que a su historia se refieren, se hallan desparramadas por los muchos volúmenes de su obra, y esto dificulta su estudio y lo hace algo molesto.
Los demás historiadores sólo se refieren a ella de pasada y ligeramente. Es por tanto sumamente necesario— si es que no han de permanecer eternamente en el olvido tantos hechos heroicos como tuvieron lugar en las sierras de Ronda, —un trabajo que reúna ordenadamente cuantos datos se encuentran dispersos en multitud de páginas, saque a luz otros que continúan todavía inéditos en los Archivos de los pueblos de la Serranía, y aquilate, en todo su valor, lo que representaron los bravos serranos en aquella gloriosa lucha por la independencia española. Nuestro propósito, ahora, es mucho más modesto. Solo vamos a examinar, brevemente, una interesante narración francesa –sin duda la más importante de cuantas se ha publicado en la nación vecina,- que es imprescindible para el completo conocimiento de esa lucha. Me refiero a la obrita Memoire sur la guèrre des français en Espagne, por Mr. Rocca, officier de Hussards et Chevalier de l’Ordre de la Legión d'Honneur. Estas memorias no son enteramente desconocidas en España. En 1816 fueron traducidas al castellano y en 1890 se publicaron en La Ilustración Católica. Además, el Sr. Salcedo Ruiz ha tratado de ellas en un artículo titulado La primera narración francesa, que se publicó en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Nov. – Dic.,  1907). Pero no son, sin embargo, todo lo conocida que su importancia merece. Por eso no está de más que, a título de divulgación examinemos ahora brevemente las páginas que el autor dedica a la Serranía de Ronda. 

Recreación Histórica en El Bosque
Fotografía de Luis Eduardo Rubio


“Esta parte —dice Salcedo—es tan interesante como la novela que lo sea más: las peripecias de aquella lucha irregular y extraordinaria con los serranos, y que nunca se dejaron tomar a Grazalema, su plaza de armas, tiene un encanto ineluctable.»
Ordinariamente están escritas estas páginas—como toda la narración—con mucha ponderación y mesura; cuanto se refiere en ellas es de un gran valor histórico, pues está basado en los partes oficiales. Podrán tener alguna inexactitud de poca monta, y tal cual concepto despectivo para los montañeses, pero en lo fundamental son rigurosamente históricas. Rocca viene a España con motivo de la guerra de los franceses. Estando en Sevilla, recibe órdenes del Mariscal Soult de incorporarse a su regimiento, que se hallaba de guarnición en Ronda, por Utrera, Morón y Olvera—en donde le suceden peripecias muy curiosas—se dirige a la famosa ciudad del Tajo. Al llegar a ella Rocca, ya se había levantado la Serranía contra los invasores. Tres semanas antes había estado en Ronda el propio rey José, a ver si su presencia lograba apaciguar el exaltado ánimo de los serranos. Más su viaje fue inútil. Ni la persuasión primero, ni la amenaza después, lograron reducirlos. Los franceses no podían salir del recinto de la ciudad porque eran atacados furiosamente. El cementerio de la Francia llamaban a la Serranía. Cuenta Rocca, que la primera noche que estuvo en Ronda, fueron encendiéndose en las montañas vecinas, a medida que oscurecía, infinidad de antorchas. 

Recreación Histórica en El Bosque
Fotografía de Luis Eduardo Rubio 



“El enemigo — explica—acababa de situarse en torno eje la ciudad para atacarnos al día siguiente». También en aquella noche oíanse con mucha frecuencia extraños toques de corneta, cuyo significado ignoraban los franceses. Reíanse de tales sonidos, cuando un húsar anuncia al coronel que un parlamentario español desea ser recibido. El coronel ordena que lo introduzcan, y a poco aparece, con los ojos vendados.
«El parlamentario era un joven de bastante buena figura; traía un sombrero redondo a la andaluza, y una chupa corta de paño pardo bordada de un pespunte azul celeste; su insignia era tan solo una faja a la moda del país, en cuyos extremos tenía algunos hilos de plata. En vez de sable traía una espada larga y derecha a la antigua». El parlamentario iba a proponer a los franceses que se rindieran. El general González—según les dijo—ocupaba todas las salidas de la Serranía, con quince mil hombres; además no podrían resistir mucho tiempo, porque apenas 'es quedaban municiones. «Esto era cierto; los soldados de infantería de la guarnición no tenían más que tres cartuchos cada uno; nuestros húsares no podían hacer uso de sus sables en las rocas, donde sus caballos les estorbaban las más de las veces sin serles de ninguna utilidad».
 El coronel disimulando por el pronto la impresión que las palabras del español le producen, contesta a éste, humorísticamente, que lo primero es la cena. Esta, a la que asiste el parlamentario, transcurre alegremente. «El oficial español—dice Rocca — no se separó al principio de la sobriedad que caracteriza a su nación; pero cuando bebimos a su salud, se picó y nos hizo partido; nosotros que durante la comida no éramos sino compañeros, nos llamábamos hermanos a los postres; nos juramos una amistad eterna y, entre otras pruebas de adhesión, prometimos batirnos en combate singular la primera vez que nos encontrásemos». El coronel despide al español después de la cena, sin responder a su proposición. La respuesta fue salir todos los franceses de Ronda aquella misma noche, con el mayor sigilo, y dirigirse hacia Campillos, en espera de municiones. No lo pasaron muy bien durante su ausencia de Ronda. En Campillos son mal recibidos, y en las proximidades de Teba son atacados por los serranos. Por fin reciben las municiones que esperaban con tantos deseos, y emprenden la vuelta a Ronda, en donde entraron sin resistencia. Desde este momento, las luchas con los serranos se suceden sin interrupción. En uno de estos ataques es herido Rocca. Cierto día forma éste parte de un destacamento que, al mando de un capitán, va por paja a unos cortijos próximos a Setenil. Nadie les estorbaba a la ida. 



Recreación Histórica en El Bosque
Fotografía de Luis Eduardo Rubio


Más, a la vuelta, al atravesar un estrecho desfiladero, son repentinamente atacados por los montañeses. Los caballos se paran asustados. El capitán espolea al suyo, pero el animal no le obedece. Entonces Rocca se adelanta y, al pasar solo por el desfiladero, es herido gravemente en una pierna. Por senderos escarpados y con mucha lentitud, porque el caballo en que monta va también herido, llega a Ronda. La narración que vamos examinando, crece al llegar aquí de interés. Los dueños de la casa en que se hospeda Rocca, no consienten que vaya al hospital militar. Le llevan a su casa y se constituyen en sus cariñosos enfermeros. Hasta este momento habían tenido con el francés «una política fría y reservada», por ser enemigo de su país; pero ahora que está herido, no  reparan en eso; lo cuidan con el mayor esmero, «con la generosidad y caridad que distingue tan eminentemente el carácter español». Pocos días después, atacan los serranos a Ronda con más coraje que de ordinario. Los patrones de Rocca, que temen por su vida, lo trasladan, para ocultarlo en lo posible, a una habitación alta de la casa, situada detrás de una capilla de la Virgen, «mirando este lugar como un asilo inviolable». La anciana madre de la patrona queda sola con el herido, rezando por su seguridad. 



 Recreación Histórica en El Bosque
Fotografía de Luis Eduardo Rubio 



«Daba vueltas con más o menos viveza a las cuentas de su rosario, según los gritos de los combatientes y el ruido de las armas de fuego anunciaban que el peligro aumentaba o disminuía». Poco después, es reemplazado por otro el regimiento de Rocca. Sus patrones cuando se marchan los amigos del herido, redoblan con él sus atenciones. Le acompañan constantemente, y por las tardes reúnen en su habitación algunos vecinos que le cantan canciones patrióticas, acompañándose con la guitarra. Una hermana de su patrona, que era religiosa en un convento de la ciudad, también se interesa vivamente por el enfermo, y le envía canastillas de hilas perfumadas y cubiertas de hojas de rosa.
El 18 de Junio se levanta el convaleciente por vez primera, y pocos días después, ya bastante restablecido, parte de Ronda. «Me separé de mis patrones—dice Rocca—con el mismo sentimiento que se experimenta cuando se abandona por vez primera la casa paterna. Ellos también estaban tristes por mi marcha; se habían aficionado a mí por los beneficios de que me habían colmado. » La caridad y hospitalidad españolas habían conquistado el corazón del oficial francés. Ciertamente, cuando entró en aquella casa, lo que menos pudo sospechar fue que iba a abandonarla con sentimiento. Más adelante veremos cómo falsearon sus amigos la sencilla historia de su curación.
De propósito nos hemos fijado principalmente en aquello que se refiere más íntimamente a Rocca. En otro artículo examinaremos el cuadro que nos presenta en sus Memorias de la guerra de guerrillas, tan fecunda en hechos gloriosos; y veremos el tesón y la tenacidad con que supo defenderse Grazalema de los ataques de sus enemigos.

P. PÉREZ CLOTET.
Madrid, Marzo de 1916.


En este enlace podemos encontrar la obra de Rocca.