sábado, 4 de mayo de 2019

Ana Eugenia Venegas Moreno. Una ubriqueña sorprendente

Ana junto a su madre durante la firma de sus libros en Málaga


Por Esperanza Cabello


ANA EUGENIA VENEGAS MORENO



Nacida en Ubrique en febrero de 1967, esta ubriqueña cosmopolita y emprendedora vive en Marbella desde hace más de veinte años.

                Su padre era Eugenio Venegas Gutiérrez, viajante y petaquero con Juan Dueñas, murió muy joven, con cincuenta y ocho años, de un paro cardíaco. Hace ya más de veinticinco años.

                Su madre, Ana Moreno Guerrero, es una mujer fuerte y luchadora, capaz de sobreponerse tan joven a la muerte de su  marido y hacer un titánico esfuerzo para sacar a su familia adelante.  Ubriqueña, había asistido a la escuela con doña Consuelo Vega y doña María de los Ángeles Janeiro,  pero con doce años tuvo que ponerse a trabajar, abandonando su escuela. Trabajó como aprendiz en lo de Gavira, y más tarde, como petaquera de las buenas con Pulido. Le encantaba hacer billeteros.


 Homenaje a Ana Moreno Guerrero, petaquera




Al casarse, como era la costumbre, dejó de trabajar en la fábrica, pero siguió trabajando en la casa, y, como muchas de nuestras madres, era capaz de llevar por delante sus tres trabajos: el cuidado de la casa, de la familia, y los trabajos por cuenta hasta altas horas de la noche.


 Toda la familia Venegas Moreno



Al morir Eugenio, Ana redobló sus esfuerzos y con sus cincuenta y tres años hacía billeteras y carteras con tal maestría que siempre tenía trabajo, y trabajó con empeño y con esmero hasta su jubilación con 65 años. Hoy es la flamante abuela de tres nietos que son su alegría.

Eugenio y Ana habían tenido dos hijos, Ana Eugenia (con sus dos nombres por su madre, su abuela paterna y su padre), nacida en 1967 y Juan de Dios, un año y medio más tarde.

Ana Eugenia era una niña muy trabajadora en la escuela, no consentía tener notas bajas de ninguna de las maneras, y además ahí estaba su madre, diciéndole siempre: “Lo que hace una persona lo puede hacer otra”, quizás en esos consejos maternos está la clave de su afán de superación. Divertida, inquieta, constante y brillante, quizás pudieran ser esos sus calificativos de pequeña, y no ha perdido ni un ápice de su frescura con el paso del tiempo.





En su escuela, la “escuela redonda”, tuvo como primera maestra a Lali, que la hizo pasar de primero a segundo porque era una niña muy lista. Para ella uno de sus maestros favoritos fue don Bartolo, quizás su afición por la lengua francesa vino de él.

Terminado su bachillerato se fue a Cádiz a estudiar filología, y allí conoció al amor de su vida, un jovencito de San Fernando, que se convirtió muy pronto en su marido. Efectivamente, José Antonio Correo era en la época militar, y cuando lo destinaron a El Ferrol, Ana no lo dudó un momento, se casarían y se iría a El Ferrol con él. Su madre sabía que sería inútil hacerla desistir de su idea, pues el carácter de ambas (tenaces, decididas y valientes) es muy parecido.

 Boda de Ana Eugenia y José Antonio en Ubrique


Con veinte añitos, y sin haber terminado aún sus estudios, Ana Eugenia se trasladó a El Ferrol, y más tarde a Cartagena y a San Fernando… Durante todos esos años no paró ni un momento de estudiar, de prepararse, de hacer cursos, de trabajar en las profesiones más insospechadas, como comercial en la Seat o empleada de Corporación Dermoestética.

Cuando vivían en Ferrol tuvieron a su hijo, José Antonio, hace veintiséis años. Y también Ana sufrió uno de los episodios más complicados de su vida, un desprendimiento de retina que, al no ser tratado convenientemente, le hizo perder casi totalmente la visión de un ojo, problema agravado por la gran miopía que sufre.

Pero de ninguna manera esto ha amilanado a Ana. Comenzó a trabajar para la ONCE en Marbella hace más de veinte años y desde entonces la familia se afincó en Marbella, donde aún residen.

Ana es una mujer imparable, si buscamos su perfil en internet encontramos miles de entradas siempre culturales, solidarias o relacionadas con la performance.

Escribe, lee, participa en programas de radio, (podemos oírla en las tertulias de Onda Cero), lleva un blog desde 2010, gana concursos (el último, el premio Tiflos de literatura en la ONCE), colabora con eventos solidarios y culturales, hace performances buscando valores positivos e intentando concienciar a la sociedad de las desigualdades existentes.

Viajera incansable, apasionada por todo lo que hace, entusiasta, jovial… Esa es Ana.




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