lunes, 19 de octubre de 2020

La plaza de Ubrique en 1934

 

                                            La plaza de la Constitución en 1934

                                           Fotografía de Francisco García Parra



Por Esperanza Cabello

Efectivamente, la Plaza de Ubrique tenía palmeras. Ya nos lo había contado nuestra tía Isabelita Álvarez, que la Plaza de Ubrique tenía muchas palmeras, al igual que El Jardín, y que se mantuvieron allí mientras ella era chica. Incluso nos contó que un año, por carnaval, su madre había hecho unos adornos para una de las palmeras y que había ganado un concurso, el premio era una guitarra.

Y aquí tenemos la Plaza de la Constitución de Ubrique. En 1934 ese era su nombre, y constaba así en la fachada de la parroquia, con letras de azulejos como las que quedaban en varios edificios municipales y en varias calles.

Hay muchos detalles en esta fotografía de Francisco García Parra. En primer lugar la fotografía en sí. El mismo fotógrafo indica que está hecha desde el ángulo noroeste de la plaza y señala la fecha: 1934. Don Francisco estaba, seguramente, en uno de los balcones del casino, y desde allí plasmó un instante de la vida de aquel Ubrique de 1934.

Los hombres sentados o paseando alrededor del "Café Ideal", una chica con un cántaro a buscar agua a la fuente. La calle Botica con un rótulo de letras de azulejos, nominada entonces "Calle Santiago Rodríguez Piñero". La fábrica de artículos de piel "F. Cabello", nuestro querido abuelo. La casa de Rogelia Yuste en construcción, entonces, y en los años siguientes, era una fonda.

Y el quiosco de la música en el centro de la plaza, como lo hemos visto en tantas ocasiones y en tantas imágenes del Ubrique antiguo, y tal comolo recordaban nuestros mayores (nosotros recordamos la fuente que diseñó el alcalde Manuel Janeiro Carrasco, nuestro tío).

Como decíamos en la anterior entrada, es un lujo que Francisco García Parra fuera tan aficionado a la fotografía, y que tuviera la magnífica costumbre de hacer varias copias de sus trabajos para repartir a sus amigos, así se han conservado tantas fantásticas estampas ubriqueñas.

¡Un verdadero tesoro!



.

No hay comentarios: