Boda de Marina y Rafael, uno de los momentos más emocionantes
Por Esperanza Cabello
Ayer sábado asistimos a una ceremonia entrañable, familiar y tremendamente emotiva, Rafael, el hijo de nuestro amigo y hermano Rafael Vilches y de Pepi Cabezas, se casaba con Marina, su novia desde hace muchos años.
Al ser la novia de Dos Hermanas, y siguiendo la tradición, las bodas se celebraron en la parroquia de la localidad sevillana, la Iglesia de Santa María Magdalena, un lugar precioso, bellamente ornamentado y donde tuvimos ocasión, además de asistir a la solemne ceremonia, de admirar la profusión de detalles del propio templo, como una preciosa imagen de la Divina Pastora que tanto nos llamó la atención.
Una ceremonia preciosa, a la antigua usanza, oficiada por don Manuel Sánchez de Heredia con los acólitos Javier y Juan Mendoza Mora.
El grupo Cadentia Events Music acompañó a los novios durante todo el enlace, haciendo que la emoción nos invadiera a todos en los momentos más destacados.
Habíamos llegado a la parroquia antes de la ceremonia prevista, desde nuestro pueblo salía un autobús para que el traslado no supusiera inconvenientes. Uno de los mejores momentos, la llegada y el saludo a las decenas de familiares y amigos que acompañaban a la familia y a los novios.
Para nosotros Rafael es una persona muy especial, no solo nos recuerda a la infancia, cuando los Vilches Arenas y los Cabello Izquierdo eramos casi una sola familia, a nuestros padres y a sus padres, los domingos de campo, los viajes a la feria de Sevilla, las excursiones al San Cristóbal, los cariños de Paquita Arenas, la distinción de Luis.
También es para nosotros el Rafael compañero, ese profesor de lengua increíble que amaba la poesía del mismo modo que amaba la naturaleza, que era capaz de desgranar endecasílabos por la mañana y recoger espárragos por la tarde, que se implicaba en la enseñanza y en que Las Cumbres fuera un lugar mejor. Ese Rafael gracias al que conocimos a Pepi, una mujer encantadora, una persona muy especial para la que la familia siempre es lo primero, una artista creativa y, al mismo tiempo, una persona entregada a los suyos.
Pues ayer tuvimos ocasión de comprobar de nuevo cómo las familias son importantes, cómo los lazos que se van uniendo desde la infancia siguen unidos pasados los años y cómo vamos dejando una estela que los nuestros podrán seguir.
Madrina y novio en la puerta de la parroquia
Saludamos a los hermanos, a los primos (compartimos a los primos Cabezas Cabello), a los hermanos de Rafael, a la hermana de Pepi; a muchos antiguos compañeros de Las Cumbres, a algunos antiguos alumnos, y nos quedamos embobados viendo la primera escena de esta bonita historia: La madrina, Pepi, elegante, discreta y distinguida como ella sola, con su flamante hijo Rafael. Los dos guapísimos, los dos un poquito nerviosos y muy sonrientes.
Muy cerquita, el flamante abuelo con su ojito derecho, los dos perfectamente equipados y dispuestos para una jornada emocionante.
La espera a la novia, Marina, no fue demasiado larga, tuvimos ocasión de seguir saludando a más amigos y familiares mientras unos y otros íbamos comprobando que no faltaba ni un solo detalle.
Antes de la llegada de la novia y de la entrada del novio, los invitados fuimos tomando asiento, para recibirlos con alegría, a partir de ese momento todo fue mucho más emocionante.
Los nervios y la emoción estaban a flor de piel.
Minutos después, comenzamos a oír la Marcha Nupcial de Mendelssohn, y supimos que Mariana ya había llegado a la parroquia.
Padrino y novia se dirigen al altar.
Elegantes, emocionados y perfectos pudimos ver cómo se acercaban a lugar donde los esperaban para el enlace, la emoción reflejada en los rostros de quienes aguardaban y quienes llegaban, justo antes del encuentro.
La ceremonia, a la antigua usanza, el párroco, muy cercano. Los votos, los anillos, las arras, la velación, las firmas, la música, las lágrimas, los besos... ¡Y el arroz para desearles prosperidad!
Por supuesto que hubo una espléndida celebración con decenas de invitados en una preciosa hacienda, todo tipo de detalles, de regalitos, un menú exquisito, un aperitivo generoso, música, baile, bombones y fiesta hasta las tantas.
A pesar de que las celebraciones multitudinarias no son nuestro fuerte, nos ha encantado poder asistir a este encuentro familiar, tuvimos ocasión de hablar con nuestros primos, de compartir con José Manuel y María un buen rato, de reír con las ocurrencias de nuestros compañeros de mesa, de saludar a Juan Manuel, a Felisa, a Eladio,a tantas personas.
Solo nos queda agradecer a ambas familias el grandísimo trabajo que han hecho en estos últimos meses para que los invitados nos sintiéramos tan a gusto, dar las gracias por encontrar nuestros nombres grabados en unas preciosas placas, por nuestras flores, por nuestros bombones, por todo el agasajo que prepararan para sus invitados y para sus hijos.
Nos despedimos con la alegría que derramaron y compartieron con todos nosotros durante su entrada en el salón nupcial al son de "A dónde vamos", de Morat (en este enlace).
Mil felicidades y que la vida os llene a todos de ilusión y alegría. Enhorabuena a los novios, a los padres, a los amigos y a las familias. Gracias 💜💜💜💜







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