lunes, 9 de diciembre de 2013

Una costumbre felizmente olvidada

Isabel Álvarez y sus hermanas despidiendo a la niña


Por Esperanza Cabello

Hace unos meses nuestra prima Mercedes Janeiro publicó en "Ubrique en el Recuerdo" la fotografía hecha a finales del XIX  a un bebé recientemente fallecido (Emilio Bohórquez Gómez, en este enlace se puede ver la fotografía). Fue una imagen que nos conmovió enormemente, no sabíamos de la costumbre de fotografiar a los fallecidos nada más que por la película "Los otros", y no sospechábamos que esa costumbre se practicara también en nuestro pueblo.
Comentándolo con nuestra tía Isabel Álvarez nos hemos dado cuenta de que esa costumbre no solo no es tan antigua, sino que ella misma la había conocido y la habían precticado en la familia.
Nuestro tío-abuelo Humberto y su esposa, María, tuvieron una niña que murió al poco tiempo de nacer, siendo un bebé. 
Al morir la niña el tío Pedro hizo un montaje fotográfico con cuatro de sus primas rezando (están Isabel, Lola y Belén) por su alma y la fotografía de la niña en primer lugar.
Da realmente mucha pena ver imágenes como esta, y nos disculpamos si hemos hecho que se sintieran mal, pero pensamos que también deberíamos dejar constancia de esta costumbre, felizmente desaparecida.
Eran tiempos de mucha mortandad infaltil y, del mismo modo que las familias retrataban a los niños para dejar constancia de que aún estaban vivos (es muy curioso este reportaje de 20 minutos.es) también se les hacían fotos muertos, rodeados de su familia, para conservar el recuerdo.

Estamos muy contentos de que todas esas historias se hayan convertido, precisamente, en historia.


.

1 comentario:

Candela. dijo...

A mí me parece algo muy interesante, demuestra también cómo hemos evolucionado ante la muerte. Y ya sabes cómo son los velatorios por esas tierras por las que habito...