Isabel Pérez Muñiz, nuestra querida "Bartola" en los carnavales de Ubrique
Fotografíada por Manolo Cabello
Por Esperanza Cabello
Hoy hemos tenido muy buenas noticias, de esas noticias que hay que recibir en el día de Reyes y que son las que realmente importan y las que nos hacen felices.
Hace unos días que supimos que una de nuestras vecinas más queridas, Isabel Pérez Muñiz, había tenido un accidente doméstico y que había necesitado ser trasladada al hospital de Villamartín.
Hoy por fin sabemos que está mucho mejor, o "mejorcita" como decimos en Ubrique, y esa noticia nos ha alegrado muchísimo. Incluso hemos podido ver una fotografía de Isabel hablando con las Reyes Magos durante la visita que éstos han hecho en el hospital comarcal.
Y esa mejoría es uno de los buenos regalos que sus Majestades los Reyes Magos nos dejan de vez en cuando, recordándonos que son magos realmente.
Isabel Pérez, conocida como "la Bartola" desde que un día en la consulta del médico a la que había ido acompañando a su padre, (que se llamaba Bartolo Pérez), el doctor, después de haber tratado a su padre y haciendo una broma dijo "Y a la Bartolita no le pasa nada, ¿está buena?"
Desde entonces se le quedó puesto este sobrenombre, que ella ha llevado con orgullo y con alegría, feliz de recordar a su padre cada vez que hablaban de ella.
Quiosquera de profesión, formó parte del triángulo mágico que formaban Ana "la Panala", en la Plaza, Concha en la Pilita Abajo y ella misma en la Plaza, un triángulo mágico en el que, como dice María Sánchez,"se quedaban las pesetas, dos reales,
gordas y chicas de nuestras escasas propinas de niños de los cincuenta y
sesenta".
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Isabel retratada por Manuel Vilches
Y es verdad que se trata de una mujer entrañable, muy especial y muy querida por todos nosotros. Se ha hecho poco a poco un lugar entre los ubriqueños y ubriqueñas conocidos y apreciados por todos.
A nosotros siempre nos habla, con gran respeto y cariño de nuestro padre.
Retratada por Manolo Cabello en la puerta de su casa, en la calle Caracol
Isabel, como todos los ubriqueños destacados, ha sabido ganarse, como decimos, su lugar en el pueblo, además del recuerdo cariñoso de sus miles de clientes, porque se dedicó al quiosco prácticamente toda su vida, y en la Plaza se desarrolló toda su actividad comenrcial y social. Su quiosco ha sido protagonista de pinturas, de azulejos, e incluso de letras de carnaval.
En esta entrada sobre la Plaza (en este enlace) transcribíamos la letra del pasodoble de "Los Peleteros del Salto del Pollo" que la encumbraban como personaje popular: Le encantaba haber sido protagonista de una de las letras.
La plaza de nuestro pueblo
La plaza de nuestro pueblo se la cargaron hace ya tiempo
La dejaron lisa y resbalosa, los puñeteros
Con dos gotas que caigan ahí se puede patinar
Hay que ser un experto pá no resbalar
Una buena señora, con su canasto
Pegó un batacazo que fue de espanto.
Esta plaza es una porquería, no la queremos
Que nos pueden doler los chichones, si nos caemos
Con ese medio kilillo de la farola
Ya podían haber hecho como está mandao,
Un kiosco nuevo a la Bartola.
Subo la calzá… toa encementá
Es una acción de locura, enterrar así la cultura
Por eso pedimos a la autoridad
Que nos respeten lo antiguo y la tipicalidad
(Estribillo) Para tener las manos de peletero
Hay que saber menearlas con esmero
Y aporrear las cabezas de la gente
Y gritar que ya tenemos alegría en carnaval
Y bailar por toas las calles
Del Jardín hasta el San juan
Y es verdad que se trata de una mujer entrañable, muy especial y muy querida por todos nosotros. Se ha hecho poco a poco un lugar entre los ubriqueños y ubriqueñas conocidos y apreciados por todos.
A nosotros siempre nos habla, con gran respeto y cariño de nuestro padre.
Retratada por Manolo Cabello en la puerta de su casa, en la calle Caracol
Isabel, como todos los ubriqueños destacados, ha sabido ganarse, como decimos, su lugar en el pueblo, además del recuerdo cariñoso de sus miles de clientes, porque se dedicó al quiosco prácticamente toda su vida, y en la Plaza se desarrolló toda su actividad comenrcial y social. Su quiosco ha sido protagonista de pinturas, de azulejos, e incluso de letras de carnaval.
En esta entrada sobre la Plaza (en este enlace) transcribíamos la letra del pasodoble de "Los Peleteros del Salto del Pollo" que la encumbraban como personaje popular: Le encantaba haber sido protagonista de una de las letras.
La plaza de nuestro pueblo
La plaza de nuestro pueblo se la cargaron hace ya tiempo
La dejaron lisa y resbalosa, los puñeteros
Con dos gotas que caigan ahí se puede patinar
Hay que ser un experto pá no resbalar
Una buena señora, con su canasto
Pegó un batacazo que fue de espanto.
Esta plaza es una porquería, no la queremos
Que nos pueden doler los chichones, si nos caemos
Con ese medio kilillo de la farola
Ya podían haber hecho como está mandao,
Un kiosco nuevo a la Bartola.
Subo la calzá… toa encementá
Es una acción de locura, enterrar así la cultura
Por eso pedimos a la autoridad
Que nos respeten lo antiguo y la tipicalidad
(Estribillo) Para tener las manos de peletero
Hay que saber menearlas con esmero
Y aporrear las cabezas de la gente
Y gritar que ya tenemos alegría en carnaval
Y bailar por toas las calles
Del Jardín hasta el San juan
Nuestro amigo Martel nos cuenta que en una ocasión la pintó en su quiosco, y ella estaba encantada con esa pintura hasta el punto que decidió que tenía que estar en su casa. Precisamente en el mural que Martel está haciendo con sus alumnos de Bachillerato de Artes en Las Cumbres uno de los principales detalles del cuadro dedicado a Ubrique es el quiosco de Isabel con la misma Isabel poniendo las cortinas que colocaba cuando hacía mucho sol.
Martel dibujando la silueta del quiosco y a su protagonista a la derecha
La casa de Isabel, una verdadera obra de arte
Y ahora todo los que tus paisanos deseamos, Isabel, es que sigas mejorando y que dentro de muy poquito vuelvas a tu pueblo, a tu casa y con tu gente que tanto te quiere.
Cuídate, te esperamos.
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1 comentario:
Desde que, de pequeño, le iba a comprar "indios", hasta que me regalaba paquetes de tabaco porque ya no vivíamos en Ubrique, si hay algo representativo para mi, era bajar a la plaza, que se cargaron al quitar la fuente de pececitos de colores, y tener por seguro que estaba la Bartola, y muchas veces hablando con mi abuelo Juan Chacón, que le llevaba cervecitas desde el Carriles...
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