Diez Santitos para jugar a las estampitas
María Remedios Arenas Gómez nos ha traído hoy un precioso regalo: diez "Santitos" de esos con los que jugábamos las niñas de Ubrique hace ya cincuenta años.
Desde que nuestro tío Javier Janeiro nos envió en junio unas imágenes y nos dio la idea de hablar de los juegos tradicionales de la infancia de los ubriqueños y las ubriqueñas, empezando con los "huesos de amasco", hemos estado buscando las estampas de santitos.
A pesar de ser una familia de coleccionistas, no encontrábamos ninguna, y las hemos estado procurando por las casas de la familia y los amigos.
El ocho de septiembre fuimos a casa de nuestras primas Antonia María y María Teresa y allí estaba, como cada año, toda la familia. Casualmente hablamos de los santitos y María Remedios Gómez, la matriarca de la familia, nos dijo que tenía algunos santitos guardados. Hoy Mari Reme nos ha traído diez santitos diferentes, para que conste.
¿Cómo se jugaba a los santitos? Cada una de las estampitas valía la mitad de un cromo seguramente porque eran chiquitillas (de un centímetro y medio por dos) y menos vistosas que los cromos tan coloridos. Y se podía jugar bien con las cajitas de "Pastillas Carmina", al "zesque" o echándolas de una en una para ver si caían unas encima de otras. El caso es que si perdías y tenías que dar una "estampita", dabas un cromo o dos santitos.
Nuestra madre ya jugaba a las estampas con santitos, y también ellas apreciaban más los cromos que los pobres santitos.
Al principio de los años sesenta aún se vendían santitos, venían muchos en un pliego y se separaban como los sellos, así que tenían los bordes dentados, recuerdo que había que cortarlos con mucho cuidado.
Pero los santitos no duraron mucho más, las ubriqueñas que tienen ahora entre cuarenta y cuarenta u cinco años no los recuerdan siquiera.
Al principio de los años sesenta aún se vendían santitos, venían muchos en un pliego y se separaban como los sellos, así que tenían los bordes dentados, recuerdo que había que cortarlos con mucho cuidado.
Pero los santitos no duraron mucho más, las ubriqueñas que tienen ahora entre cuarenta y cuarenta u cinco años no los recuerdan siquiera.
El caso es que hemos conseguido unos cuantos santitos y conservaremos su imagen. Para la cultura ubriqueña son significativos, porque siempre hemos dicho "Jugar a las estampas o a las estampitas" en vez de "a los cromos", porque en principio eran estas estampas de santitos las que se utilizaban para jugar.
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1 comentario:
Me gustaría comprar estampas de motivos diversos como los que tenía para jugar hace40años sabría alguien donde encontrarlas?
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