jueves, 19 de julio de 2018

Mi madre: Julia Cabello Janeiro

Julia Cabello pintada por María García Medina



Por María José Cabezas Cabello




Hoy 19 de julio de 2018 mi madre, Julia Cabello Janeiro, habría cumplido 90 años. ¡Podría estar todavía entre nosotros! Y sin embargo hace poco más de 16 años que se marchó de esta tierra para vivir en el recuerdo de las personas que la amaron.
Dijo García Lorca que “No hay nada más vivo que un recuerdo”. Por esta razón quiero dedicar estas palabras a una mujer inteligente y buena, mi madre, que nació tal día como hoy en Ubrique, en 1928.
Con el paso de los años he aprendido que es mejor quedarse con lo bueno que nos ofrece la vida para así estar suficientemente llenos de energía positiva para  poder compensar los malos momentos. Por esto tengo en la memoria los rasgos más positivos de ella.
En primer lugar destaco su inteligencia y memoria: Era capaz de recordar con absoluto detalle todo lo que le contaron sus mayores o lo que ella vivió desde su más tierna infancia. Cuando su padre a los 12 años decidió sacarla del Colegio de las Esclavas de Ronda, las monjas le dijeron que, si era por razones económicas ya buscarían ellas la manera de que la niña no dejara sus estudios…Sin embargo en la España de los años 40, su padre pensó que era mejor que estuviera en casa….Aunque su madre posteriormente lo lamentó, como ella misma me contaba que decía la abuela Julia: “¡¡Qué pena que mi Julita no haya estudiado” .
Recuerdo que cuando yo siendo niña comencé a estudiar francés, ella casi 40 años después de que lo hubiera aprendido  en Ronda, me recitaba el Padre Nuestro en francés como si  se lo hubieran enseñado hacía unos días…
Además de su inteligencia, ella destacaba por su belleza: era altísima, delgada, de tez rosada, pelo castaño y ojos verdes tan hermosos que la llegaron a comparar con Katharine Hepburn en sus mejores tiempos.
Pero todos sabemos que la belleza física no tiene mucho valor si no se acompaña también de la belleza interior y ella tenía un corazón tan grande que siempre estaba atenta y preocupada por los demás.
Hoy habríamos celebrado una gran fiesta porque ella era de naturaleza alegre y pensaba que cualquier situación era buena para reunir a la familia. Por eso, aunque ella no esté hoy físicamente con nosotros, hemos de celebrar la vida en su recuerdo. Valorar todo lo positivo que tenemos y sobre todo, disfrutar de todo lo bueno que nos da la vida.
MARÍA JOSÉ CABEZAS CABELLO 

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