jueves, 4 de abril de 2013

Nuestra tatarabuela Ana Córdoba Leitón

Nuestros tatarabuelos en el padrón de habitantes de Ubrique 1873
Gentileza de Manuel Zaldívar
(Archivo Municipal en la Biblioteca de Ubrique)

Por Esperanza Cabello

Nuestro amigo Manuel Zaldívar nos ha enviado una nueva sorpresa con el padrón de 1873: La familia de nuestros tatarabuelos Manuel Janeiro López, llegado de El Barco de Valdehorras, y Ana Córdoba Leitón, natural de El Bosque. 
Entonces Manuel tenía 40 años, y hacía dieciocho que había llegado desde tierras gallegas, Ana tenía 37 años y llevaba 37 años en Ubrique, casi toda su vida.
Sus hijos eran Manuel, nuestro bisabuelo, de 13 años, José, de 10 años, Teresa, de 8 años, Emilio, de 7 años y Eduardo, de un año.
La familia vivía en la calle Carnicería, entonces sería la calle que daba al matadero (en la misma plaza de la Verdura, donde está hoy la Peña Flamenca).

Es alucinante poder saber datos de tu familia tan lejana, saber dónde vivían tus tatarabuelos y cómo se llamaban los hermanos de tu bisabuelo, pero aún es más alucinante estar contándoselo a tu tía de 94 años (hablamos por supuesto de Isabelita Álvarez) y que te diga:
"¡Claro, mi bisabuela! Mira en ese mueble, ¿ves eso que parece una sopera? Pues esa de era su vajilla, la vajilla de doña Ana Córdoba Leitón:


Pieza de la vajilla de Ana Córdoba Leitón (finales del siglo XIX)


Y nos quedamos completamente de piedra: ese precioso objeto de cerámica de la Cartuja, muy dañado por los años (debe de tener más de ciento cincuenta años) y por el uso, perteneció a nuestra tatarabuela Ana.





Pieza de la vajilla de nuestra tatarabuela


Y lo más curioso es que cuando dijimos ¡Esa sopera era de tu bisabuela! Isabel nos corrigió: eso no es una sopera, se utilizaba para poner el cocido. Antes se guisaba el cocido y se servía como en Castilla: un plato de sopa, los garbanzos y las verduras y la pringá después.

La duda está servida

Pero no pudimos dar con el nombre de este objeto de porcelana, por mucho que hablamos y nos preguntamos nos encontramos la palabra adecuada, seguro que nuestras abuelas conocían perfectamente el nombre de este "artilugio" , y ojalá cualquiera de vosotros que lee esta entrada lo sepa, esperamos que este recuerdo de nuestra tatarabuela tenga pronto un nombre propio.


Nota del 10 de mayo: ¡Cocedera! y también "legumbrera", esos son los dos nombres con los que se conoce esta preciosa pieza de porcelana.



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2 comentarios:

Anónimo dijo...

De que lugar serias?

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

¿La tatarabuela? De El Bosque, a unos doce kilómetros de Ubrique.