martes, 12 de enero de 2016

El recuerdo de la muerte de Marcos León López

Calendario 2016 de Gráficas Ubriqueñas



Por Esperanza Cabello

A veces una imagen abre en nosotros el baúl de los recuerdos, y éstos se desbordan en cascada si los dejamos salir tranquilamente.
Hoy hemos llevado a nuestra tía Isabel Álvarez en calendario de este año de Gráficas Ubriqueñas. Ya hace unos años que colaboramos con esta empresa de nuestro pueblo al final de año, y utilizamos algunas de nuestras fotografías para ilustrar el calendario.
Cuando se lo hemos enseñado, ha visto que era la foto de abril de 1931 (en este enlace) y le hemos leído el pequeño texto que explica la foto, Isabel ha comenzado a contarnos sus recuerdos de aquellos días:
 
Nos ha dicho que las colonias no eran de Cádiz, sino de Jerez. Su padre, Antonio Álvarez, era muy amigo de un rico médico jerezano, Díaz Borrego, que estaba enamorado de nuestro pueblo. Este médico había hecho mucha amistad con algunos ubriqueños, y pasaba temporadas en la Cerca, el campo de la familia de nuestra abuela Julia.
Como el doctor se consideraba deudor de este pueblo, decidió organizar las colonias. Así que un centenar de niñas jerezanas, acompañadas de seis monjas y varias maestras vinieron a nuestro pueblo. Se alojarían en la fonda de "Cañaílla", en lo de Manolo Corrales, donde después estuvo la casa de Rogelia Yuste.
Al llegar traían juguetes para los niños (el médico se había encargado de dar mil pesetas para juguetes), y algunos obsequios para personas desfavorecidas del pueblo. Por eso había tanta gente esperando a los autobuses.
Pero la gente no se fue de la Plaza, porque aquel mismo día Marcos León López ("Marquito"), daría un discurso muy importante en los escalones del ayuntamiento.
"Pobre Marcos, dice Isabel, era una persona buena, buena de verdad. Yo ya era una muchachita, y cuando lo veía pasar con el pájaro ya sabía que se había peleado con la novia. Tenía una novia que vivía en la calle que sube justo enfrente del San Antonio, y de vez en cuando se disgustaban. Cuando se peleaban él se traía su pájaro, y cuando hacían las paces, otra vez el pájaro para arriba.
Al pobre lo mataron en la guerra. Cuando lo quisieron coger él se fue del ayuntamiento por la callejuela de la Cárcel, por lo visto se escondió en la casa de Juana Saborido Izquierdo, y estuvo allí escondido por lo menos tres días. Nadie sabía dónde estaba, pero por lo visto alguien lo denunció.
Yo estaba jugando en la plaza una mañana, y pasaron cuatro falangistas para abajo. Eran falangistas de El Puerto, o de Rota. Al momento lo traían para arriba, yo me asusté al verlo con los cuatro hombres y lo llamé: "Marcos", él me miró con las lágrimas en los ojos, porque ya sabía lo que le iba  a pasar. Se lo llevaron a la fonda del Cañaílla, no lo metieron en el ayuntamiento, y ya no lo vi más.
 
Por la noche se lo llevaron, a él y a otros, y los mataron en una cuneta. Era un buen hombre, y no había hecho nada malo, solo era republicano, pero había muchos republicanos, mi abuelo también era republicano, y también era muy bueno. Pobre Marcos, no lo tenían que haber matado, lo mataron por nada."

Le preguntamos por los otros detenidos que iban con Marcos, y nos contó que solo recordaba que Antonio Ordóñez también iba en ese camión, pero que se tiró del camión en un despiste, y que estuvo tres días escondido por esa parte de la carretera antes de irse a  la parte de Málaga.
También nos contó que los falangistas no eran ubriqueños, que eran hombres que habían venido de El Puerto los que mataron a los ubriqueños.

Comenzamos esta conversación con alegría, hablando de regalos y de colonias, pero los recuerdos llevaron a Isabel a momentos muy difíciles. Debió de ser terrible para la gente del pueblo ver cómo comenzaba una guerra, cómo unos eran apresados, otros eran asesinados... y casi siempre sin razón.
 Jamás entenderemos la sinrazón de la guerra.


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