miércoles, 19 de septiembre de 2012

Las revoluciones tecnológicas: una multicopista mercantil

Una multicopista mercantil
símbolo de la "modernidad"


 Por Esperanza Cabello
Fotografías: Luis Eduardo Rubio


En estos tiempos en los que la tecnología y la electrónica ya casi no nos sorprenden, porque nos hemos ido acostumbrando a que los aparatos sean cada vez más de ciencia ficción, y en los que somos capaces de pagar por uno de ellos unas cantidades indecentes de dinero (más de diez mil euros por un iPhone), parece que nuestra revolución tecnológica es inocente y nos cuesta trabajo imaginar el impulso que supuso este aparato en sus tiempos para el trabajo en las oficinas.
Agradecemos a Luis y Memi su gentileza explicándonos su funcionamiento y su uso.



Se trata de un aparato sencillo y muy útil 


Nuestra multicopista mercantil, fabricada en madera, llegó a Ubrique en los años treinta, dispuesta a facilitar el papeleo en las oficinas de una fábrica de artículos de piel.
Hasta el momento se utilizaban solo las máquinas de escribir, con papeles de calco para hacer copias, pero no existía la posibilidad de hacer varias copias de un mismo documento como no fuera recurriendo a la imprenta.


 El maletín de la multicopista, desplegable y multifuncional


Existía por el momento otro tipo de multicopista (pinchar para ver el enlace), pero eran aparatos más complicados y caros, por lo que la multicopista mercantil fue una verdadera revolución en la oficina. Se trataba de un maletín de madera con varios departamentos y un rodillo que permitía hacer, de una en una, tantas copias como se quisiera de un documento.
Así que si un fabricante quería publicar una tarifa de precios, o enviar una comunicación a todos sus clientes, la revolucionaria multicopista mercantil le permitía tener tantas copias como quisiera con un solo cliché.


 Una vez en funcionamiento, la multicopista podía hacer
tantas copias como fuera necesario


 Esta multicopista estuvo en funcionamiento casi cuarenta años en la oficina. Haría miles de copias de documentos que ahora nos gustaría poder ver y, lo más curioso, es que está en perfecto funcionamiento (si exceptuamos el caucho del rodillo), podría empezar hoy mismo a hacer copias y copias sin cansarse, es lo bueno que tienen muchos aparatos antiguos, que no se estropean por muchos años que pasen.



Un maletín funcional para un ingenio muy útil


Y lo mejor de todo es que la multicopista, una vez cerrada, se convertía en un bonito maletín de madera, perfecto para cualquier oficina de postín en aquellos tiempos en que los fabricantes de artículos de piel comenzaban a hacer los primeros guiños al comercio nacional e internacional.



2 comentarios:

Alex Casas dijo...

Pero y ¿como funcionaba?

Alex Casas dijo...

Pero ¿como funcionaba? ¿como se hacía el cliché?