domingo, 19 de abril de 2009

La subida al Pico de San Cristóbal: el Valle de los Íleos

En el Torreón, mayo de 1960

Manuel Cabello tenía un espíritu aventurero sobre todas las cosas, y le encantaba inventar actividades que englobaran a muchas personas. Las subidas al pico de San Cristóbal son una buena muestra de ello.
Todo empezó a principios de los sesenta, cuando un grupo de amigos subió al Pico de San Cristóbal, conocido entonces como el más alto de la provincia. De aquella excursión surgió la idea de subir allí una cruz, como la Cruz del Tajo. Un año más tarde hicieron una bonita cruz de madera, que colocaron, con grandes esfuerzos, en la cima. Incluso llegaron a convencer al párroco del momento, don Gabriel, para que bendijera la cruz y dijera misa en aquel lugar.
Estas excursiones se hacían el primero de mayo, uno de los pocos días al año en que no se trabajaba en las petaquerías. Poco a poco se fue instituyendo la subida al pico de San Cristóbal, y cada vez eran más los interesados en subir.





Foto de Luis Guijo



Manuel Cabello tenía un bastón en el que hacía una muesca cada vez que coronaban la cima, con él se ayudaba para subir y no resbalar con el hielo, porque en aquella época no había equipos de montaña. Al principio todo el camino se hacía andando, y cargaban ellos mismos con los alimentos y el agua. Un día que iban a hacer una paella se perdieron buscando el camino de La Huerta de Benamahoma; entonces preguntaron a un pastor dónde estaba La Huerta, y él les pregunto "¿La huerta de quién? Eso les dió una idea de lo desviados que estaban, tan desviados que habían llegado a Zahara de la Sierra.
La subida al Pico de San Cristóbal se convirtió en un hito para los ubriqueños el uno de mayo. Manuel Cabello organizaba el evento y llegaron a ir hasta cinco autobuses, porque todos los petaqueros y petaqueras aprovechaban para hacer la excursión este día de descanso.
En una ocasión, Manuel Cabello encargó a la imprenta unos folletos anunciando la subida, y la describía explicando que había que pasar por un valle en el que había antiguas neveras (huecos que se llenaban de agua para que se congelara y se hiciera hielo , o donde se conservaba lde forma natural el hielo , que después se llevaba a los mercados para conservar los alimentos durante el siglo pasado) y lo llamaba "el valle de los hielos". Hubo un error de imprenta en esos folletos, ponía "Valle de los Íleos" , y el nombre le pareció tan llamativo y tan sonoro que, a partir de ese momento, siempre fue el Valle de los Íleos.
La Subida al Pico de San Cristóbal se repitió durante muchos años, creemos que unos quince, al final participaba casi todo el pueblo y hasta se hacía la elección de Mis Pico San Cristóbal. Pero la zona fue declarada zona protegida primero , Reserva de la Biosfera después y Parque Natural más tarde, por lo que el desplazamiento de tantísimas personas no era aconsejable y no se pudo seguir celebrando. De todas formas en el recuerdo de todos los ubriqueños quedan aquellas excursiones por nuestras montañas.

Grazalema comparte con Ordesa-Viñamala el honor de ser la primera Reserva de la Biosfera declarada en España, a comienzos de 1977, reserva cuya extensión (50.000 hectáreas) coincide con la del Parque Natural Sierra de Grazalema que fue declarado en 1984.

Leandro Cabello Izquierdo, abril 2009

1 comentario:

Jose María Gavira dijo...

Preciosas anécdotas, Leandro, y muy divertidas. Y preciosas costumbres. Yo tengo, con un amigo, una costumbre análoga: la de subir al pico del Adrión al menos una vez cada cinco años. Me encantó la foto. Impresionante el salto del Cabrero con ese telón de fondo.