viernes, 8 de noviembre de 2013

Leçons de choses

 Leçons de choses
Paris,  1881


Por Esperanza Cabello

De vez en cuando los amigos nos traen  objetos, documentos o fotografías fantásticos, que nos encantan y nos asombran.
Nuestro amigo Jorge Zapata ha tenido la amabilidad de acercarnos esta joya bibliográfica. Se trata de un librito francés que sirvió como manual de aprendizaje a nuestros tatarabuelos.
Se llama "Leçons de choses" y es un manual de aprendizaje redactado por el doctor Saffray y publicado, por primera vez, en 1881 por la librería Hachette.
El ejemplar de Jorge es de 1914, justo el año de la Primera Guerra Mundial,  (aunqu eel prólogo es el mismo de 1881) y nos ha parecido curiosísimo...

 
 La primera lección: la tierra y los astros


 "Mis primeras palabras os van a sorprender sin lugar a dudas: la tierra es redonda; es una bola, una bola enorme. Los científicos la han medido: mide 10,000 leguas, o sea, 40 millones de metros.
Supongamos que estáis en una llanura, caminando hacia un pueblo situado a media legua. Lo más lejos que podáis distinguir los objetos, en el horizonte se dice, veréis lo más alto del campanario, pero no veis ni la iglesia, ni los árboles, ni las casas; algo lo esconde. Esta llanura no es una superficie plana como una mesa, sino un trozo de una bola; así que forma una curvatura que produce el efecto de una colina entre vosotros y el campanario."


El material escolar: los útiles del escolar


Nos ha parecido un libro curiosísimo, lleno de enseñanzas prácticas para principios del siglo XIX, nos explica cómo se construyen los instrumentos, cómo se hacen las cosas, cómo hay que ir preparando todo poquito a poco. En las páginas dedicadas a los escolares hay muchísimas explicaciones increíbles sobre lo imprescindible para ir a la escuela: pluma, tinta, lápiz, regla, tiza, goma, caja de colores, pinceles...
El autor explica cómo eran las primeras plumas (las que usaban sus padres) , de oca, y cómo había que hacerles la ranura para que pudieran escribir bien.
También que ya en 1881 se usaban las plumas de acero, mucho mejores, más resistentes y más flexibles que las de hierro...
Y todo salpicado de anécdotas y curiosidades, como que para fabricar un plumín hacen falta doce obreros, que en un minuto producen cien plumines, mientras que uno solo, en diex minuto, no podría fabricar ni siquiera uno.



La fabricación del pergamino y del papel

También muy interesantes son las explicaciones sobre el uso y la fabricación de distintos soportes para la escritura, desde los papiros o pergaminos hasta el papel. Y todo ello pasando por la fabricación de un "papel de algodón" que se hacía con trozos de trapos. 
En todo el libro hay muchas ilustraciones de máquinas, plantas y todo tipo de objetos, con las especificaciones necesarias.



Máquinas que convierten la guata en papel

Lo mejor de todo el libro es que está trabajado, leído y traducidas algunas de las palabras más enrevesadas, con minuciosas anotaciones en lápiz.
Nos hemos entretenido recreando a ese niño ubriqueño de diez o doce años leyendo interesado todas las historias, mirando despacito esas máquinas tan sofisticadas, aprendiendo tantas cosas de la vida cotidiana y del mundo. Y es verdad que se trata de un manual muy especial. En el prólogo M. Saffray dice que le gustaría que fuera tomado como un libro de consulta y distracción, más que como materia escolar.
Y efectivamente consigue atraer la atención desde el principio hasta el final.


Las velas y los quinqués


Y para nosotros este libro ha tenido el encanto especial de sus años, porque hemos podido entender muchas de las cosas que nos contaban nuestros abuelos con sus palabras y sus vivencias, y hemos comprendido el porqué de muchos de los objetos que guardamos como pequeños tesoros. Incluso de muchas palabras... Como la palabra quinqué, que viene del francés quinquet, y resulta que ese era el nombre del primer fabricante de este tipo de  lámparas. 
¡Toda una curiosidad!
Realmente interesante, Jorge, muchísimas gracias por compartir este pequeño tesoro.


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