sábado, 23 de marzo de 2013

La araucaria del San Antonio

La araucaria del San Antonio en 1999
Fotografía gentileza de José Moreno Llucia


 
 
Por Esperanza Cabello

 
 
Nuestro hermano Manolo nos ha enviado unas fotografías históricas: se hicieron en 1999, cuando la situación de la araucaria del San Antonio se hizo muy complicada.
Plantada unas decenas de años antes, la araucaria había crecido desmesuradamente, poniendo en peligro la estructura de uno de nuestros monumentos más conocidos: El San Antonio.
José Moreno Llucia, bombero, le ha mandado a nuestro hermano estas fotografías documentales que "relatan" cómo los bomberos de Ubrique tuvieron que emplearse a fondo para conseguir cortal el árbol, ya dañado, sin que el monumento se viera afectado.



Los bomberos comienzan su ardua tarea:
preparan cuerdas y arneses para subir a la copa


El plan de acción era el siguiente: irían cortando poco a poco las ramas comenzando por abajo sujetándolas y preparándolas para que cayeran en un lugar concreto del patio sin dañar el tejado. Hay que tener en cuenta que la envergadura del árbol era enorme y el patio del San Antonio tiene un espacio reducido.


Es una tarea complicada y peligrosa.


Poco a poco el árbol fue desapareciendo, dejando ver el campanario del San Antonio y su nido de cigüeñas con claridad. Los compañeros de José Moreno seguían abajo, acarreando las ramas y tirando de ellas para que no hicieran ningún destrozo.



Ya está cortada la copa


Finalmente, después de algunas horas de trabajo, los bomberos consiguieron su objetivo, habían alcanzado la copa de la araucaria y habían logrado cortarla. Suponemos que cortar el tronco tuvo que conllevar un peligro añadido, el del peso de cada uno de los trozos, todo ello en un espacio reducido y a muchos metros de altura.

Nuestro hermano Manuel había hecho en su blog "Ubrique en verde" un inventario de las araucarias que hay en Ubrique. Debió de haber una moda que empujó a muchos ubriqueños a plantar estos árboles exóticos en los jardines.
También era costumbre antiguamente  (según nos contó la mujer de Curro Olmo en Villaluenga) plantar un ciprés al mismo tiempo que se terminaba de techar una casa, así cuando el tejado después de los años empezaba a dar problemas, se tenía un estupendo cumbrero (viga principal del techo) gracias al tronco de ese ciprés.
Con lo que no contaba quien plantó la araucaria en el San Antonio era con que el árbol crecería tanto que pondría en peligro la estructura del edificio, y que ya había levantado todo el suelo del patio. Es una lástima verse obligados a cortar un árbol, pero cuando es imprescindible es un lujo contar con unos expertos en trabajos peligrosos y de altura como son los bomberos de Ubrique.

Agradecemos a José Moreno Llucia la amabilidad de contarnos la historia y enviar las fotografías para ilustrarla.


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