jueves, 1 de octubre de 2009

Unos huevos fritos con chorizo

UNOS HUEVOS FRITOS CON CHORIZO

Es curioso como de una simple anécdota se puede crear una historia interesante o, por lo menos, curiosa.

Hace unos días comentaba con mi madre una entrada para este blog sobre los Llanos del Republicano y me contó como hace un tiempo vino un grupo de espeleólogos y zoólogos que venían de Cataluña para buscar en la Sima del Republicano un extraño insecto que vivía en aquella cueva. En Villaluenga les hablaron de mi padre, de modo que uno de ellos vino a nuestra casa buscando información.

Dio la casualidad que llegó a la hora de la cena y mientras que mi padre le explicaba lo que el espeleólogo necesitaba saber, mi madre, que preparaba la cena, le ofreció un plato de huevos fritos con chorizo, que aquel hombre comió encantado, elogiando enormemente aquel plato que le habían ofrecido.

En los días sucesivos este señor siguió viniendo a nuestrta casa para explicar el progreso de las investigaciones ¡¡¡precisamente a la hora de la cena!!!



Manüel Pillard: "Des Toits" 1972


Enlazando la anterior historia también contó mi madre como en los años setenta visitó Ubrique un pintor francés llamado Manel Pillard, ¨profesor de la Sorbona y enviado por la casa Velázquez , en Madrid, que fue enviado por Salvador de Sancha. Estuvo un tiempo por la zona pintando en Ubrique y Ronda . Aquí lo acogieron como a un hijo, y mi madre recuerda todavía la manera de relamerse ante un buen plato de huevos fritos con chorizo, ya se sabe, los artistas…


Con el tiempo se estableció entre su familia y la nuestra un gran lazo de amistad que aún perdura no sé si ha tenido que ver algo el menú.


Por lo anterior recordé una historia que nos contaba mi padre; cuando termino la mili en Ceuta, vino en tren hasta la estación de Cortes . Allí hubiera debido esperar un medio de transporte, pero con la impaciencia por llegar decidió venir andando, de modo que se puso en marcha.

Como la tarde caía, antes de llegar al berrueco decidió cortar camino por el monte de Barría para llegar al puente, pero la noche se le echó encima y se desorientó. Cuando ya se estaba angustiando, y muertecito de hanbre, vio a lo lejos una lucecita e imaginó que sería de una casa.

Cuando llamó a la puerta le abrieron con cautela. Allí vivía un matrimonio. Mi padre les preguntó por el camino a Ubrique, pero la mujer le dijo que antes tenía que comer algo de modo que le preparó … un buen PLATO DE HUEVOS FRITOS CON CHORIZO. Me imagino de que forma se lo comería aquel soldado! Cuando terminó, el hombre abrió la puerta delantera de la casa, había entrado por la puerta trasera, y la casa estaba pegada a la carretera de Ubrique. Mi padre siempre les agradeció aquel gesto, y siempre habló de aquellos huevos con chorizo...


Pasado el tiempo, una vez que bajabamos en coche desde el mojón, encontramos a una señora en la carretera pidiendo ayuda pues su marido se encontraba mal. Nos bajamos del coche y mi padre los montó para traerlos a Ubrique, sin saber quiénes eran. Resultó ser el matrimonio que le había atendido hacía muchos años y a la mujer le dio una gran alegría de saber quien les estaba ayudando. Por desgracia no sé el nombre de aquella familia, pero intentaré averiguarlo.


Leandro Cabello Izquierdo, octubre 2009



2 comentarios:

Candela dijo...

Es que no hay nada com oun buen plato "de toda la vida". Y ome quedo con el chorizo, que a mi los huevos.. ay me dan repeluco... los huevos en tortilla, cocidos, lo que sea, pero fritos no me van nada de nada de nada.

Leandro dijo...

Hacía mucho tiempo que no comía un plato como éste (ya se sabe, el colesterol). Pero para la foto he tenido que hacer unas cuantas "tomas", plenamente justificadas.