domingo, 28 de septiembre de 2014

La piel de Ubrique, en la revista Caras y Caretas 1936

Costurera de Ubrique en Caras y Caretas (Buenos Aires)
María Villalba Marín cosiendo petacas con su boje
24 de octubre de 1936


Por Esperanza Cabello


Hace unos cuantos meses que estamos buscando un ejemplar de la Revista Estampa en el que sabemos que existe este reportaje que hoy publicamos en nuestro blog. Es un poco más extenso y estuvo publicado con anterioridad. Tenemos el recorte del periódico, pero buscamos el enlace infructuosamente.
No obstante es igualmente grato poder saber qué leyeron sobre nuestro pueblo los argentinos de 1936. Les llegaban noticias de un país inmerso en una cruenta guerra civil; muchos de nuestros compatriotas incluso huyeron al país hermano buscando seguridad y paz. Pero también les llegó, el 24 de octubre de 1936, en la revista "Caras y Caretas" la noticia de un pueblo trabajador y emprendedor, un pueblo que fabricaba "cigarreras" (en vez de petacas) y carteras;  de un pueblo que había sabido hacer de la fabricación de los artículos de piel un arte y un floreciente negocio en el que, miren ustedes por donde, el principal mérito, la originalidad y la especialidad eran debidos a la tarea de las costureras.
Hoy hemos sabido además que la guapísima costurera de la fotografía es la ubriqueña María Villalba Marín, la abuela de Ana Maza. Ana era hermana de Carmen (madre de Quiteria), Paco, Cosme, Adolfo y Atanasio (algunos de ellos cantaores flamencos), éte último padre de Atanasio.
María Villalba solo tuvo un hijo, Adolfo Maza, padre de Ana Maza que ha sido quien ha reconocido a su abuela esta entrada y nos ha hablado de María y su familia. Muchas gracias, Ana.

Esta entrada está dedicada a todas las costureras ubriqueñas, que  imprimieron calidad y originalidad a los trabajos  en piel de Ubrique.
¡Va por ellas!


Fabricación de cien mil cigarreras y cincuenta mil carteras anuales


Ubrique es un lejano pueblo de la provincia de Cádiz que abastece a España entera y a parte de América de cigarreras, carteras, bolsos y en general de toda clase de artículos de piel. Está situado en un valle estrecho y la mayor parte de sus ocho mil habitantes viven consagrados al trabajo que ha hecho célebre al pueblo: la confección de cigarreras y carteras.
Exactamente, no se sabe cómo en este remoto lugar de Andalucía brotó la industria de la fabricación de artículos de piel. Parece que tuvo su origen a mediados del siglo pasado, fecha en la cual un vecino del pueblo montó una rudimentaria y modesta fábrica de cigarreras baratas. Después la industria se fue ampliando y comenzaron a instalarse nuevas fábricas, cada vez más perfeccionadas.
Las cigarreras de Ubrique, las carteras de Ubrique, los bolsos de Ubrique que conquistaron pronto el mercado español. Eran de la misma piel que los de otras ciudades competidoras, estaban fabricados siguiendo los mismos procedimientos, pero tenían un raro mérito: el cosido a mano, en el que las mujeres de Ubrique demostraron una maravillosa habilidad.
Hoy Ubrique ha acaparado no solo el mercado español, sino parte del extranjero; tiene treinta y tantas fábricas de artículos de piel, donde trabajan, entre hombres y mujeres, cerca de dos mil personas.
Hay que agregar que Ubrique es un pueblo feliz, sin conflictos sociales, sin paros y sin hambre.
La piel con la cual se fabrican las petacas y las carteras que han dado fama a Ubrique no es de allí, naturalmente. La importan casi siempre de Valencia o de Barcelona, y procede de muy diversos y lejanos países: de la India o del centro de África, del Brasil o de Groenlandia. Las pieles utilizadas con más frecuencia son las de becerro, de cabra, cocodrilo, foca, nutria, jabalí, serpiente y camaleón.
Una vez en Ubrique, dentro de las fábricas, cada piel sigue un largo proceso hasta que queda a punto para ir a la sección de confecciones. Primero es abrillantada por medio de una máquina eléctrica; después, planchada y estirada; luego se le rebaja el grosor. Por último, pasa a la mesa de preparar, y de allí, convertida ya en varias cigarreras, carteras o monederos, sale a la calle y es repartida entre las distintas operarias que, dentro de sus casas, cosen para las fábricas.
Uno de los fabricantes más importantes de Ubrique declaró recientemente que se exportan por año cien mil billeteras y cincuenta mil carteras. Todo el mercado español, como el de algunos países europeos y gran parte de los de América, pertenece en este ramo al pequeño pueblo que surge al pie de la sierra de Ronda.
Las fábricas trabajan durante todo el año con igual intensidad y jamás se cierran. Hay épocas de año en que se producen más. Suele ser en las vísperas de las Pascuas y de la festividad de San José.
Recorriendo las calles pintorescas de Ubrique, el turista podrá ver, ante cada puerta, grupos de muchachas dedicadas a la costura a mano de cigarreras y carteras. Son las famosas operarias que han labrado el esplendor del industrioso pueblo. Con una paciencia extraordinaria y una habilidad que se va transmitiendo de generación en generación, cada obrera de Ubrique cose diariamente seis, ocho y hasta diez cigarreras o carteras.


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