miércoles, 1 de abril de 2009

El batán. La familia Rivera Vázquez en Ubrique.

Julia Janeiro, Lola Luque, Margarita Cabezas y Sebastiana Jatón
En la fábrica de paños de Ubrique. 1909



Por Esperanza Cabello

Blas Rivera, nuestro tatarabuelo, era originario de Grazalema, al igual que su mujer, María Vázquez. En 1878 se trasladaron a Ubrique con su numerosa familia. Tenían diez hijos, de los que Antonia, nuestra bisabuela, era la mayor, también fue la más longeva de todos.
Blas y María construyeron un batán en Ubrique, en la zona en la que hoy día está el Polideportivo. El batán era la máquina que se utilizaba para transformar la lana recién esquilada de las ovejas en hebras para tejer, y con ellas fabricaban tela para la confección. Ubrique tenía varias fábricas de paños en la época. Con diez años, Antonia iba cada mañana a trabajar con su padre al batán y le ayudaba en lo que podía.
Blas y María vivieron el el Portichuelo, en el Toledo, en la casita en la que más tarde tendría nuestra bisabuela un refino, que así es como se llamaba entonces a las mercerías, y allí vendía el paño por varas.
Allí nació también nuestro abuelo Leandro, su único hijo, y allí vivieron hasta que se trasladaron a la calle Real, primero y a la calle San Pedro después de la guerra.

Nuestra bisabuela Antonia en 1957

Como hemos explicado, nuestra bisabuela fue la más longeva de toda su familia, murio en 1969 a la edad de 92 años, rodeada de su familia, su querida Teresa y sus niñas.

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