Hoy traemos un breve texto escrito por don Francisco García Parra durante el Año Mariano 1953-1954, momento en que Nuestra Señora de los Remedios fue nombrada Alcaldesa Perpetua de Ubrique.
Ubrique, Año Mariano de 1953-1954, Primer Centenario de la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción.
FRANCISCO GARCÍA PARRA
Con una constancia ejemplar, el pueblo y la Hermandad le rinden tradicionalmente el cálido homenaje de su fervorosa devoción, congregándose a sus plantas todos los sábados al declinar el día, para cantarle solemnemente una Salve a coro.
La novena, que siempre se celebra con extraordinaria brillantez, termina la víspera de su fiesta con una tradicional función de fuegos artificiales en la explanada delante de su iglesia, que ameniza una banda de másica y presencia todo el pueblo desde las calles adyacentes, balcones y azoteas, mientras en las montañas cercanas resuena sin cesar el eco de su alegre campana, con ese característico y magnífico sonido musical tan grato a nuestros oídos
Para su fiesta principal, el día 8 de septiembre, acuden anualmente a su amorosa cita todos los hijos de Ubrique, desde los más apartados lugares, para solemnizarla con su asistencia.
Todo el pueblo contribuye igualmente al mayor esplendor de sus tres procesiones: la de su fiesta principal y las dos del voto, que se conmemoran el domingo siguiente y el día 27 de julio de cada año. Estas constituyen un acontecimiento popular cuando la Santísima Virgen recorre triunfalmente las calles de la villa flotando majestuosa sobre un mar de cabezas de uno y otro sexo, apiñadas en original desorden alrededor de la imagen, los hombres delante y las mujeres detrás.
Este solemne desfile tiene un encanto especial cuando lo hace por las antiguas calles típicas de la villa, con sus modestas y pulcras viviendas de nívea blancura, iluminadas con bengalas multicolores y engalanadas con originales adornos de vistosas colgaduras y plantas.
En todo el pueblo y particularmente en estos barrios, son tradicionales los exvotos de echar cohetes al paso de la Virgen, que atruenan incesantemente el espacio con sus estampidos.
Posee nuestra Excelsa Matrona una notable colección de vestidos, mantos, andas, coronas y joyas, debido todo ello a la piedad ubriquense y su imagen tiene para nosotros un inapreciable valor espiritual, porque está bendecida por la fe y devoción de nuestros mayores, transmitida a nosotros como herencia sagrada de generación en generación; está constantemente sahumada por el incienso de nuestras plegarias; rociada con el hisopo de nuestras lágrimas y la joya más preciada que prende en su pecho es el amor ferviente que todos le profesamos.
ORACIÓN DEL AÑO MARIANO 1953-1954, CON MOTIVO DE LA DEFINICIÓN DEL DOGMA DE LA GLORIOSA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Y DEL PRIMER CENTENARIO DE SU INMACULADA CONCEPCIÓN.
Que, en tu nombre, que resuena armoniosamente en la gloria, puedan darse cuenta de que son hermanos y que las naciones son miembros de una familia sobre la cual pueden hacer brillar hasta el fin el sol de una paz universal y sincera.
Recibe, oh dulcísima Madre, nuestras humildes súplicas y, sobre todo, damos el que un día, ferices contigo, podamos repetir ante tu trono ese himno que hoy se canta en la tierra alrededor de tus altares. Eres todo belleza, oh María, eres la gloria, eres la alegría, eres el honor de nuestro pueblo. Amén.
PÍO XII
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