Don Bartolomé Pérez Sánchez de Medina
Pregonero de la Fiesta de los gamones de Ubrique
Agradecemos a don Bartolomé Pérez Sanchez de Medina que nos haya enviado el texto del pregón del Día de los Gamones en Ubrique, el pasado 2 de mayo de 2014 (en esta entrada).
Las fotografías de esta entrada son del muro de facebook de la Fiesta de los Gamones de Ubrique (en este enlace), realizadas por Leandro Cabello.
Pregón del día de la Cruz y de la
crujida de gamones
Buenas noches. Ha sido una satisfacción muy grande que la concejal de
Cultura me haya encomendado el Pregón
que me ha traído aquí. De hace muchísimo tiempo siento la necesidad de expresar
lo que significa esta manifestación popular tradicional del Día de la Cruz en
mi pueblo, en Ubrique.
El comienzo del mes de
mayo es el momento en el cual la primavera llega a su punto máximo de exuberancia
en la vida vegetal y animal. Los animales paren y sus crías
alegran la vida con sus voces y
trinos, con la variedad del pelaje y plumas, con el movimiento y con el vuelo.
Las flores derraman al aire su aroma y alfombran de colorido la Naturaleza. Se trata de la
renovación de la vida. Es la Primavera anunciada por el ruiseñor:
Escondido en la arboleda
larga un trino el ruiseñor,
se ilumina la vereda,
limpio el eco lo remeda
y despereza una flor
El sol saluda
al rocío
estallando en resplandores,
la sombra duerme en río
y el ruiseñor con más brío
va despertando a las flores.
Guiña el sol a la corriente
del agua alumbrando el día
y su rumor transparente
acompaña sonriente
a la
alegre melodía.
Desde la
mimbre hasta el pino,
del
valle por la ladera,
se oye
el silbo diamantino
y deja
en el aire su trino
alientos
de Primavera.
Es la
Primavera. Y es que la Iglesia fue acomodando el Calendario Litúrgico a lo
largo del año, de forma que en Primavera,
renovación de la vida natural, tiene lugar la Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesucristo, culminación del triunfo de la Cruz sobre el pecado,
renovación de la vida espiritual. En Ubrique la Cruz tiene un significado
especial. En 1755 tiene lugar el terremoto de Lisboa. En Ubrique se sintió y
temblaron los picos más altos de la sierra sobre cuya ladera se asentaba el
pueblo. Un monje del Convento de Capuchinos, el Padre Buenaventura, trazó un Vía
Crucis que se iniciaba en la ermita de San Antonio y ascendía hasta el
Calvario, que edificó él, al igual que
los de Benaocaz y Villaluenga. Sobre las cumbres de las montañas de Benalfí, El
Tajo y La Viñuela erigió una cruz en
cada una de ellas para que no volvieran a temblar como ocurriera en 1755.
El Carnaval en Ubrique ― me refiero a las
coplas del las agrupaciones ― año tras año forman una crónica local de sucesos
la mar de interesante, lo que ocurre en
nuestro pueblo, pero a veces rebasa ese límite y ya lo que ha acontecido en la
provincia, en la región, en España e, incluso, en el resto del mundo. Claro,
que lo que ha ocurrido en la
localidad, habitualmente tiene más
interés. Y esto es lo que plasma esta
coplilla atribuida por unos, a Paco el de Amadora, que yo a sus hijas conocí ya
ancianitas, a Esperanza y a Angelita, que vivían al lado de las Curritas Fría,
en el callejón de Fleming, y todo
Ubrique las conocía como las hijas de Paco; y por otros era atribuida al
Maestro Pepe, al que también se le llamaba Tío Pepito, el de la cueva, la cueva
de Tío Pepito. La copla dice así:
A
Ubrique vino un inglés
y dijo
con calma ofendida,
que la
cruz del Benalfí
estaba un poco
torcida.
―"
Aunque yo no sea devoto,
aunque
mis labios no recen,
aunque
me cueste el dinero
quiero
que me la enderecen".
Pues hoy
debiéramos cantar algo así por estas
cruces, sobre todo, por la del Benalfí y la de
la Viñuela.
Fray Diego José de Cádiz colocó en algunas
calles de Ubrique cruces de hierro forjado: en el Toledo, en la Trinidad, en la
calle San Sebastián, en la plaza Colón, en la calle Fuentezuela...
El fuego, desde los más remotos tiempos, tiene para el hombre un
significado ritual y religioso. Con el fuego se convocaba a los espíritus, se
hacía luz en la oscuridad, se acondicionaban los alimentos para su
conservación, se combatía el frío y se destruía lo inservible y lo perjudicial;
con el fuego se convertían en ceniza y humo los restos marchitos del año
anterior. Con la destrucción de lo inservible se daba paso a la nueva vida. Las
candelas del día 3 de mayo en Ubrique se preparaban y preparan con
anterioridad, amontonando los trastos viejos de las casas, los muebles que ya
no sirven para nada y ocupan un espacio inútil, la leña seca producto de la
poda y arbustos de la roza de las tierras.
Las candelas se encienden sobre todo
en las plazas y en cruces de calles del casco antiguo. Esta costumbre
ancestral, trasmitida a través de generaciones, coincide en el Calendario
Litúrgico con la festividad de la Santa Cruz, "el día de las Cruces",
el día 3 de mayo.
El gamón es una planta herbácea de la
familia de las liliáceas, Asphodelus
fistolosus, de hojas radicales, erectas, largas; de tallo cilíndrico de más
de 50 centímetros de altura, de flores blancas con una línea rojiza en cada
pétalo; florece en Primavera; sus raíces, tuberosas y fusiformes, se han
empleado en medicina popular, en forma de cocimientos, contra afecciones de la piel.
La crujida de los gamones
podría deberse a una práctica ritual primitiva para alejar a aquellos espíritus
malignos a los que atribuían los males que padecían en la piel. Para crujir el
gamón, se mete la parte gruesa del tallo entre las ascuas, sin que las llamas
lo afecten directamente, así hasta que hierve; entonces se retira y rápidamente
se golpea fuertemente contra una superficie dura y plana. Al estallar, el vapor
de agua mezclado con la savia, se extiende por el aire dejando un olor muy
peculiar. Al crujirlos, se libera vapor de agua y savia caliente del bajo
tallo, y queda todo ello flotando tras el estallido, de forma que la aromática
mezcla entra en contacto con la piel y la embadurna al relente de la noche.
La noche está despierta en las candelas
y eleva a
las alturas ilusiones,
en tostados
crujidos de gamones,
de oloroso
humo blanco las estelas.
El triunfo de la vida nueva sobre los restos del año
biológico anterior no sólo se afianza con el fuego ― ya que el fuego de las
candelas se alimenta de muebles viejos, enseres inservibles, leña seca ― sino
también con el juego del amor, inocente, sencillo, fresco, por el que las
muchachas suben a un columpio, trazado de un balcón a otro de la calle,
mientras que una mujer canta una cancioncilla de columpio en la que es revelado
el secreto amoroso de una moza, que primitivamente era de la moza que estaba
subida al columpio. Estas cancioncillas de columpio se pierden también en el
tiempo. Es en los columpios donde las muchachas, llenas de vida y recién
tocadas por el amor, balancean sus hermosos cuerpos mientras la coplilla rocía
el aire de gracia y desenfado. Miguel Ángel Peña Díaz realizó un estudio muy
interesante de coplas de columpio recogidas en Ubrique en su trabajo El
Vaivén de la Copla de Columpio en la
Sierra de Cádiz: Fiesta de Ubrique.
Pienso en el columpio del San Juan, y cuando
lo recuerdo me sorprendía por lo grande que me parecía. Y las coplas, que a
veces pueden expresar el momento luminoso en que la mocita se siente feliz
porque un mozo simplemente la mira y le sonríe:
En
una fuente bebí
un agua clarita y fría ,
y, al
levantar la cabeza ,
un mozo me
sonreía.
En una
fuente bebí.
También se
expresa la queja de un desencuentro y la alegría de recobrar a su pareja:
En el Calvario recé
pa que
volviera mi novio,
y al
bajar se me acercó
cerquita del San Antonio.
En el
Calvario recé.
¡Hay que
ver las muchachas columpiándose la noche de los gamones parece que se impregnan
de Primavera! La noche lo acapara todo y lo idealiza:
Como las
rosas de perfume fresco,
que del cielo
robaron sus colores,
son las mozas que
bambolean sus cuerpos
en la soga
esparciendo sus amores.
Candelas y columpios, crujida de gamones y coplillas
al balanceo de un cuerpo grácil y hermoso dan un prestigio especial a la noche
del Día de la Cruz.
Esta tradición se debe conservar
ya que es una singular seña de identidad de Ubrique. ¡A la salud de la Cruz!
Gracias.
Bartolomé
Pérez
Sánchez de Medina Ubrique, 2 de mayo de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario