María Remedios y Esperanza
Las mejores hermanas
Dos mujeres excepcionales
Por Esperanza Cabello
Hoy hace seis años que nuestra madre no está con nosotros. Unos años antes había muerto su hermana pequeña, María Remedios, y la pena de esa pérdida la acompañó el resto de su vida. Menos mal que no supo que tita Carmen también nos había dejado, habría sido demasiado para ella.
Ayer, mirando con nuestra hermana Natalia algunas fotografías familiares, encontramos esta preciosidad de instantánea, una foto que resume toda una vida familiar de hermanas en la que hubo, por supuesto, sus más y sus menos, pero el amor fraternal pudo con todos los terremotos que las asolaron en varias ocasiones.
Ellas tres (Esperanza, Carmen y María Remedios) fueron el espejo en el que nos gustaría mirarnos, mantuvieron la amistad y el cariño hasta el último momento, siendo cómplices, amigas, confidentes, pero tambien discrepando, discutiendo y enseñándonos a todos que en la vida lo más importante es la familia, y que la familia no es necesariamente la que te toca, sino la que eliges en tu camino y con la que te conviertes en incondicional.
Siempre nos sentimos agradecidos por haber tenido una madre como la nuestra, por cuánto nos ha querido y cómo nos ha criado; y nuestra ilusión y voluntad es intentar parecernos a ella, y esta tarde, haciendo la tarta de cumpleaños con Leandro, o cuando Francisco nos ha traído calabacines de su huerto, o comentando los trabajos en La Cerca con Manolo y, sobre todo, mirando las fotografías con Natalia, hemos descubierto, con más agradecimiento aún, que el incondicional amor fraternal que nuestra madre profesó durante toda su vida y que fue, en todos los casos, recíproco, también lo hemos heredado 💜💜💜💜💜💜
Gracias mil veces, mamá, sigues estando con nosotros cada día cada instante, y no podemos pedir más. Te queremos💜💜💜💜💜 (Firmado: tus cinco hijos).
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