sábado, 12 de octubre de 2024

Agradecimiento al corregidor, a los alcaldes y al ilustre ayuntamiento, 1808

 

Historia instrumental de la fundación del Convento de Capuchinos de Ubrique

Escrita por el reverendo padre fray Nicolás de Córdoba en 1759

Y continuada por los siguientes guardianes del convento hasta 1834

Archivo Capuchinos. Sevilla



Por Esperanza Cabello


Ya hablábamos hace unos meses de la suerte que habíamos tenido con la gentileza de Félix Mateos, descendiente de la maestra ubriqueña Isabel Esquivel, que, ya jubilado, dedica muchas horas a trabajar en el archivo de los padres capuchinos de Sevilla.

Félix tuvo la gentileza de enviarnos una copia del libro original de la fundación del convento, y en ella hemos encontrado verdaderos tesoros.

Entre ellos esta carta, escrita por el guardián del convento de Ubrique en 1808, fray Buenaventura de Galaroza, dando las gracias a las autoridades por haber asistido a los actos solemnes en un homenaje al beato Crispín de Viterbo.

 

Ubrique, primero de febrero de 1808

Señor Corregidor, señores Alcaldes e Ilustre Ayuntamiento de la villa de Ubrique:

Señores, Fray Buenaventura de Galaroza, ex lector de Teología y Guardián de este convento, con su venerable Comunidad, no puede dejar pasar más tiempo sin hacer presente los vivos sentimientos de amor con que nos hayamos penetrados en vista de la fina y edificante asistencia con que su ilustrísima y todos los señores nos han favorecido en esta solemnidad Consagrada a obsequio y culto del beato Crispín de Viterbo en el día de ayer, 31 de enero de 1808. Usted y todos los señores de ese ilustre ayuntamiento dieron un testimonio autorizado, a la faz de los altares y en presencia de innumerable pueblo Patricio y forasteros, de la religión que los anima y de la política con que sostienen y hacen brillar su alta consideración.

Mis religiosos y yo no podíamos esperar otra cosa de sus virtudes cristianas y sociales; no podíamos esperar menos de sus distinguidas cunas y de las bondades con que renuevan la nobleza y piedad de sus progenitores. Nosotros seremos eternamente reconocidos y dejaremos a la posteridad noticia de sus brillantes acciones para que, de edad en edad, se vaya propagando la gratitud de que usted y todo su cabildo merece y es digno en todos los siglos.

 El más atento servidor y capellán que sus manos besa.

Ubrique , 1 de febrero de 1808 firma ut supra

 



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