domingo, 6 de julio de 2025

El encargo de Ubrique en verde: el Cornicabra en los años 30

 

Impresionantes fotografías del nacimiento del Cornicabra en 1934 y 1937

 

 

Por Esperanza Cabello 

Encargo de Manolo Cabello Izquierdo

 

Llevamos  muchos meses hablando de agua con nuestro hermano Manolo, de agua, de ríos, de lluvias, de precipitaciones, de nacimientos, de Ubrique.

Y en las últimas semanas nos habíamos centrado en los dos nacimientos que dan comienzo al río Ubrique. Él tiene mucho empeño en corregir  el concepto de la hidrografía  de nuestro pueblo que consta en mapas y libros incluso actuales. 

El río Ubrique no nace en Benaocaz, ni es el Arroyo Seco, ni nace en la sierra del Caíllo. El río Ubrique es hijo de los dos grandes nacimientos (obviamente los ríos nacen en nacimientos) que se encuentran al pie del Salto de la Mora y del tajo de la Cornicabra: el Benalfí y el Cornicabra, que se unen, junto con todos los arroyos estacionales (el arroyo Seco, con el trop plein de las Lagrimitas, el arroyo del Búho, que recoge el trop plein de la Sierrezuela) bajo el puente del Corregidor, junto a la calle de San Eduardo.

Y precisamente estas dos fotografías del nacimiento del Cornicabra son las que Manolo ha estado procurando para mostrar a sus miles de lectores dónde nace el río Ubrique. La primera es de 1934, el nacimiento del Cornicabra saliendo directamente de la sierra, en un entorno que recuerda al ahora protegido (antes conocido como Nacimiento a secas). En la época se usaba como lavadero, y sus aguas servían para el abastecimiento público.

En 1937 se comenzó una gigantesca obra de ingeniería en la que se unieron las aguas de los dos nacimientos, el Benalfí, que estaba previamente encauzado, desde el siglo XVII, hasta el convento y después, en el siglo XVIII, y gracias al soporte del acueducto del Rodezno, llegaba al ayuntamiento, donde se encontraba la pila de la Plaza, en la que recogían agua los habitantes de la Villa y el Cornicabra, nacimiento que se utilizaba para los molinos y las curtidurías de su entorno.

En aquellas obras casi faraónicas, y que fueron costeadas, en parte, por los propios ubriqueños, se canalizaron las aguas del Benalfí hasta unirlas con las del Rodezno, y, por una complicada estructura, se hacían subir hasta el depósito del  Cornicabra, para desde allí ir repartiendo el agua por todo el pueblo.

Las dos fotografías de Manolo recogen el antes y el después del lugar, aún faltan las del ahora, que podemos ver en Ubrique en Verde en cientos de entradas (aquí, aquí, aquí o aquí ).

 

Espero haber hecho bien la tarea, hermano, siempre es difícil comprender la complicada hidrografía de nuestro pueblo, menos mal que tienes paciencia infinita y me lo has explicado tantas veces.💜💜 

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