jueves, 29 de marzo de 2018

La hermana mayor de nuestro "boje"

 Un "boje" de talabartero suizo en un mercadillo



Por Esperanza Cabello

Si algo hacía que la petacas de Ubrique fueran originales, diferentes y singulares era el cosido de cada una de las piezas. Una costura milimétrica, exacta y magistral que cada costurera elaboraba con una maestría y una agilidad incomparables, tanto que ni con un pie de rey se podría encontrar  una irregularidad.
Y nuestras abuelas, las costureras de las petacas, cosían en sus casas, o en las puertas, sentadas en una sillita baja y con un boje sujeto con las piernas.
¿Qué es un boje?
Un instrumento de madera (originariamente de madera de boj, muy dura y apropiada para tallar) compuesto por dos piezas unidas por la parte de abajo y que se utilizaba para sujetar firmemente las petacas para poder coserlas.




En este fotograma de una película publicada en el NODO en 1955 (en este enlace) podemos ver a varias ubriqueñas, entre ellas a Carmen y Paca León, cosiendo con bojes. Nuestro boje es un utensilio pequeño y simple, de unos ochenta centímetros de alto, fabricado normalmente de una sola pieza o con las dos tablillas unidas por la parte de abajo. 
Pensábamos que era algo autóctono, que los bojes habían sido un invento de algún ubriqueño para coser petacas, pero un descubrimiento nos ha hecho replantearnos toda esta historia:




"Une pince/ presse de bourrelier"
Una pinza/prensa de talabartero



Dando un paseíto por el mercadillo de Nyon, en Suiza,  nos enseñaron este instrumento tan curioso; en la etiqueta decía "antigua herramienta de talabartero". Su dueño, un vendedor muy simpático, nos explicó que se trataba de "une presse", una prensa para sujetar el trozo de cuero con el que se fabricaban los distintos elementos de la silla de montar.
Había pertenecido a un talabartero de la zona, y el vendedor, un hombre mayor, nos explicó que él de jovencito había visto cómo se utilizaba la pinza.
Si miran detenidamente el utensilio, se ve que  está más elaborado que nuestros bojes; tiene una bisagra y dos "reposaderos" para ponerlos uno en cada pierna, porque, a diferencia de nuestro sencillo boje, que se coloca vertical, la presse de bourrelier se coloca en diagonal entre las piernas, para hacer así más fuerza. Hay que tener en cuenta que la silla de montar es mucho más grande que una petaca, y sus piezas a veces con cuero doble o triple, por lo que se hace más difícil sujetar todo el conjunto. 

 

Así pues, está claro que los bojes que nuestras abuelas utilizaban para sujetar las petacas y coserlas son herederos directos de estas herramientas de los talabarteros y guarnicioneros. Si hacemos actualmente una búsqueda en internet en francés o en español encontraremos varios ejemplos de "pinza de guarnicionero" (en este enlace)  o de "pince de bourrelier" (en este enlace). También vemos la postura de la costurera así, en diagonal, en la página de Assise & Cie, tapissier.



Siempre hemos oído que nuestras primitivas petacas comenzaron a fabricarse, al principio, en los talleres de los zapateros y botineros, pero ahora tendremos que añadir que, obviamente, la forma de coser las petacas en Ubrique es herencia directa de los guarnicioneros. No hay ninguna herramienta parecida para zapateros. 
Lo que también es cierto es que nuestros bojes fueron una modificación y una adaptación genuinas. Más simples, más cortos, sin bisagras, sin salientes y adecuados a unos cueros más suaves y flexibles.
¡Ojalá encontráramos  el origen de nuestra patacabra, que aún es una incógnita!


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