María Remedios Izquierdo en 1946
Por Esperanza Cabello
Hoy habría sido un día grande en la familia. Si estuvieras aquí con nosotros habríamos celebrado tu cumpleaños por todo lo alto. ¡80 años! Una cifra redonda que no pudiste anotar en tu calendario.
Me cuesta muchísimo pensar en ti como una anciana. Siempre serás para mí, y para todos nosotros, una mujer fuerte y valiente; guapa, animosa, decidida... modelo de vida.
Pero a pesar de que hace ya muchos años que no estás con nosotros, ya casi perdí la cuenta de cuántos, tu presencia, tus recuerdos, tus valores, tus enseñanzas siguen aquí, se han quedado en la familia para siempre, se han quedado en nuestro corazón para siempre.
Así que por fin puedo pensar en ti con alegría, por el tiempo que pude disfrutar de tu presencia. Con agradecimiento, porque no hay nada que pueda pagar tu dedicación y tu empatía. Con satisfacción, porque siempre pude contar contigo. Con admiración, porque siempre serás un ejemplo.
A pesar de que te fuiste demasiado pronto, de que la vida fue implacable contigo, de la rabia y la tristeza que nos inundó a todos en aquel penoso mes de septiembre; ahora sonreímos al pensar en ti, y sonreímos al intentar imaginarte como una ancianita, como esa ancianita que nunca serías.
Gracias, tita 💜💜💜💜💜
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Por Esperanza Cabello
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