sábado, 12 de diciembre de 2009

En el Portal de Belén...

Esperanza Izquierdo Fernández.
Belén Viviente, 1939


Hoy, doce de diciembre, es un día mágico en Ubrique: es el día del Belén Viviente. Además del trabajo increíble que hacen todos los de la Asociación, los vecinos del casco antiguo y los más implicados, todos los niños y niñas de Ubrique, y los que no somos tan niños, esperamos con ilusión que llegue esta tarde para poder ver, como cada año, el auténtico Belén de nuestro pueblo.

Las calles decoradas, los personajes de Belén que se entremezclan con los personajes del antiguo Ubrique, esos miles de objetos que guardamos en los garajes y en los soberaos de las casas y que ahora adquieren su auténtico protagonismo. Esas buenísimas ideas plasmadas en escenas de la tradición. Esos oficios antiguos, que recuperan su esplendor por unas horas. Esos sabores y esos olores que vuelven a nosotros después de tantos años...

Desde estas páginas queremos felicitar a los organizadores y participantes , al mismo tiempo que recordamos nuestros propios belenes vivientes.

Nuestro padre era un enamorado de las tradiciones y, desde que empezó su tarea como maestro en la Escuela de Artes y Oficios, celebró la llegada de la Navidad montando el Belén.

Unos años fueron belenes con figuras automáticas (Manolo Carrasco y Francisco Collado sabrán cuánto trabajaron en esos proyectos); otros años belenes vivientes con niños, niñas, ovejas, burros y vacas (hay más de una anécdota con los excrementos de los animales); otros años eran ríos, caminos, molinos, representaciones de la Sierra de Ubrique, con Cruz del Tajo incluída.

Nunca nos dejaban indiferentes. Llegó el dia en que el Ayuntamiento quiso poner el Belén Viviente en La Plaza, y allí nos fuimos todos, pero la idea no tuvo demasiado éxito, duró un par de años y allí se quedó.

El Belén viviente no se volvió a montar a partir de los años setenta.

En nuestra casa familiar se siguió montando hasta la navidad de 1999. Nuestro padre había coleccionado figuritas de bronce, y montó un Belén diferente en el mueble del salón, con sus luces, su panita, su corcho y su cristal para que no se estropeara...
Y no se ha estropeado, diez años más tarde nadie ha tocado el Belén. Cuando se terminaron las fiestas no quisieron quitarlo, y se ha quedado puesto, para que los nietos más chicos (y los más grandes) vean el Belén del abuelo.


Hermanos Cabello, Izquierdo, Vilches, Ruiz...
Belén Viviente, 1966
Escuela de Artes y Oficios


2 comentarios:

Juli dijo...

ohhhh que pena!!y yo en dos hermanas sin poder verlo, haz muchas fotos!!

Candela dijo...

Os he tenido abandonados con mi viajecito a Cadiz y Madrid, pero ya estoy de vuelta y me pondre al dia en breve (estoy en el trabajo ahora si que leo a ratitos).
Me da mucha pena perderme estos belenes vivientes, nunca he ido a uno, y siempre espero que al año proximo pueda verlos... ayyyy