Tarjeta para los padres de la Cruzada de la Bondad
Ubrique, 1969
Por Esperanza Cabello
Nos resistimos a pensar que hace ya cinco meses que murió nuestra madre. Seguro que todos los que han sufrido una pérdida entienden lo dificilísimo que es, a pesar de todo lo que nuestra mente pueda explicarnos, seguir adelante como si no hubiera pasado nada.
No hay un día ni un momento en el que su recuerdo no llegue a borbotones a nuestra vida, y, aunque sabemos que es ley de vida, que los mayores se van, que no somos eternos, no hay manera de conformarnos.
Como seguimos ordenando papeles, cartas, fotografías y documentos, precisamente hoy hemos encontrado esta tarjeta de la Cruzada de la Bondad que se realizó en Ubrique en 1969.
Seguramente todas las niñas teníamos la misma tarjeta y nuestra tarea consistió en colorear las florecitas y en pegar la foto de nuestros padres para después entregársela.
Y en esa tarjeta había una promesa:
Dedicatoria de la tarjeta
Cruzada de la Bondad, 1967
Ese para siempre era lo más lógico. Siempre que hay una familia normal, en la que el principal objetivo de todos es la felicidad de los demás, la familia será para siempre.
Más allá de la muerte, más allá de los días, más allá de los pensamientos, los padres, nuestros padres, todos los padres, nos acompañarán para siempre, y nuestras vidas estarán siempre llenas de su presencia, de su vida, de su amor.
Por eso, a pesar de la pena, volvemos a sentirnos muy satisfechos y felices de haber disfrutado de ellos, y aunque "La fiesta de la familia" ya no pueda celebrarse como antaño, esta tarjeta nos ha ayudado a encontrar la sonrisa de hoy.
¡Gracias, mamá, gracias, papá!
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