sábado, 30 de mayo de 2020

¡Contagia alegría! Leandro Cabello, por Manolo Canto




Hoy nos hemos despertado con una buena sorpresa en Facebook. Nuestro amigo Manolo Canto, el fotógrafo, ha hecho una entrada sobre nuestro hermano, acompañando a esta magnífica fotografía unas palabras muy cercanas y cariñosas, llenas de admiración, que suscribimos totalmente. ¡Gracias, Manuel!:




Contagia alegría!
Pocas personas conozco que sean más felices queriendo a su pueblo, queriendo a su gente; porque Leandro es eso, un enamorado de su sitio, de este su Ubrique, que ha sabido siempre representar bajo un prisma diferente, un prisma muy personal, bajo un toque humorístico solo propio de alguien con el ingenio a muy alto nivel.
Decir Leandro es decir Patacabra, esa que es procesionada y quemada para dar final al Carnaval de este pueblo, esa que tan cuidadosa e ingeniosamente es elaborada por él cada año desde hace ya muchos; decir Leandro es decir Pico del Gamón, ese que nombra al punto más alto del término municipal de este pueblo..; es decir tantas y tantas fotos que nos muestra a un Ubrique diferente, divertido, ingenioso… como aquella foto en la nos entraban ganas de tumbarnos al sol y bañarnos en la playa que cubría parte de este precioso valle con el pueblo en todo lo alto…; decir Leandro Cabello es decir, romanos, Ocurris, y recordar tantas y tantas aventuras de su conocido y respetado progenitor, don Manuel Cabello, el cual dejó mucho legado en este pueblo, aunque el más importante el de sus hijos e hijas..
Leandro es feliz en su Ubrique, con su familia, con su gente, con su historia, con sus fiestas y sus tradiciones, de las cuales gusta ir profundizando en su conocimiento.
Hombre de sonrisa bonachona y contagiante, que aunque se le ve tranquilo y sosegado cuando sale a caminar, su cabeza es un hervidero de ideas para poner en práctica; porque si se quiere mantener la cultura e historia de un pueblo lo mejor es seguir creando eso, cultura e historia, y esto es con lo que más disfruta Leandro.


 Manolo Canto nos tiene acostumbrados a sus magníficas fotografías (en este enlace), tanto de personas como de paisajes y rincones de nuestra tierra. No tanto a sus textos,  que, como nos demuestra con este último, son cercanos, directos y bien pulidos. 
¡Quién sabe! Quizás para pronto un libro con sus fotos y su escritura.
¡Gracias, Manuel!


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