¡85 años, felicidades!
Por Esperanza Rubio Cabello
Ayer fue un día muy celebrado en la familia: nuestra bisabuela cumplía ochenta y cinco años.
Antonia Márquez Rosado nació en Cádiz, el 23 de agosto de 1930, en la calle Manzanares, en el barrio de la Santa Cruz, en el centro de Cádiz.
Sus padres, Miguel y Araceli, se habían casado tres años antes, y mi bisabuela era la segunda de sus tres hijos.
Miguel era albañil y tuvo un accidente en la obra, cayó de un andamio y se dañó el pulmón, fue un accidente mortal, por lo que Antonia se quedó huérfana con dos añitos.
Eran tiempos difíciles, y los hermanos estuvieron a punto de ingresar en el hospicio, pero su tío Manuel Rosado, hermano de Araceli, no lo consintió y se hizo cargo de los niños.
Así que Antonia tuvo, a pesar de las circunstancias, una infancia feliz en Cádiz.
Muy jovencita conoció al que sería el amor de su vida, Eduardo Bernal, con el que se casó a los diecisiete años.
Eduardo y Antonia tuvieron cinco hijos: Emilia, Toti, Rosa, Amalia y Eduardo.
Los hermanos Bernal Márquez con su madre, celebrando el cumpleaños
Mi bisabuelo Eduardo murió hace diecisiete años, yo no lo conocí, pero todos en la familia lo recuerdan constantemente. Él conoció a todos sus nietos, a los ocho, aunque no pudo conocer a ningún bisnieto.
Sin embargo mi bisabuela conoce a los nueve bisnietos, y ayer nos reunimos casi todos, hijos, nietos y bisnietos, en su casa para desearle un feliz cumpleaños, no todos los días se cumplen ochenta y cinco años así de bien.
La bisa con sus hijos y sus yernos
Fue una tarde estupenda con tarta, velas y regalos, somos todos muy afortunados por poder celebrar estas fiestas familiares y poder desear a la bisa toda la felicidad de mundo para este cumple y para siempre.
¡Te queremos, Bisa!
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