Retrato del Beato Diego, años 20
Por Manuel Janeiro Córdoba
Esperanza Cabello
Nuestra tía Isabel Álvarez no deja de sorprendernos, a sus casi noventa y siete años y a por encima de cualquier circunstancia, sigue teniendo una memoria envidiable y conserva, tanto en su recuerdo como físicamente, detalles magníficos.
Este fin de semana, sin ir más lejos, nos pidió que le buscásemos algo en un cajón, y allí estaba esta "cabeza de estudio", pintada en colores y con la firma de nuestro bisabuelo.
Eso lo pintó papá Manuel cuando yo era muy chica, nos explicó, y lo iba a pintar en óleo, pero nunca lo llegó a hacer.
Nos estuvo contando que su abuelo, nuestro bisabuelo, el masón Manuel Janeiro Córdoba, el fundador de la gran saga familiar, echaba muchos ratos pintando, y que lo mismo dibujaba un perro o un caballo del natural con un lápiz, que hacía un paisaje o un retrato al óleo. También nos explicó que muchos de sus hijos, por ejemplo Manuel, o Rogelio o incluso nuestra abuela Julia, también pintaban, como su padre, y que tenían muy buena mano para la pintura.
Son muchos los cuadros que se conservan de nuestro bisabuelo Manuel, pero hasta ahora no habíamos visto un dibujo así, con lápices de colores. Una joya familiar bien conservada (a pesar del doblez y de la huella de chinchetas) que sirve de muestra del arte de nuestro bisabuelo.
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