Programa de Fiestas de Ubrique 1975
Por Esperanza Cabello
Cuando tuvimos la ocasión de hablar con Antonio Rodríguez Agüera sobre su vida y la magnífica exposición que estará hasta final de mes en el Convento de Capuchinos, nos explicó que en una ocasión le habían pedido que escribiera sobre Ubrique, y que incluso llegó a ver este escrito publicado en uno de los libros de feria que se hicieron al final de los sesenta y en los setenta.
Y nos pusimos manos a la obra, mirando página a página, hasta que llegamos a 1975, y eneste programa encontramos no uno,sino dos escritos de Agüera.
El primero es un pequeño poema dedicado a Ubrique:
Y el segundo es un texto en prosa en el que explica cómo él mismo ve a Ubrique, que transcribimos a continuación:
CÓMO MIS OJOS VEN A UBRIQUE
Roca y cal donde sus hijos, como por arte de magia, elaboran la piel y hacen de ella maravillas de encanto, desde la simple cerillera hasta los grandes bolsos de señora, pasando por toda la gama de modelos inventados por ellos.
Ubrique es, como un sol escondido entre montañas, celoso de no repartir su tesoro, por eso los ubriqueños hacen con todo amor y delicadeza cuanto haya que hacer. Parece como si cayera desde las montañas la lava de un volcán, pero ésta de esencia de sabiduría, gusto y sensibilidad por el trabajo
Si observamos las manos de un oficial de primera, encelado en la pieza que está haciendo, nos daremos cuenta deque esas manos no pertenecen a ese cuerpo, sino a ese espíritu o gusanillo que lo dirige en su obra.
Muchos de los padres de familia de otros pueblos vecinos, cuando vienen a Ubrique y lo paladean, no dudan en traerse a su familia, para que sus hijos se instruyan y aprendan el oficio de petaquero, y nosotros, con gusto y esmero, les enseñamos todo lo necesario para que, poco a poco, se vayan impregnando de esa sensibilidad, de ese gusto, de ese amor que todo ubriqueño lleva en su ser.
Si el célebre y fantástico dibujante Walt Disney aún existiera, y llegara a conocer a Ubrique, se diría:
De todo lo que he visto y conozco, jamás han visto mis ojos maravilla semejante. Porque de la manera en que está hecho Ubrique y donde sus primeros hombres decidieron establecerse para fundar su hogar, diríamos que eran cerebros escogidos por Dios para que se posaran allí.
Hoy miro sus calles, y veo el trazo caliente y vivo de Walt Disney, sus casas, sus paredes, sus paisajes, todo en sí es fantástico, increíble que exista esta maravilla en el mundo y que a nosotros, sin apreciarlo, se nos escapa sin darnos cuenta.
ANTONIO RODRÍGUEZ AGÜERA, 1975
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