miércoles, 5 de junio de 2024

Pitilleras de Ubrique en 1910

 

Revista "Caras y Caretas"

Buenos Aires, 22 de agosto de 1910


Por Esperanza Cabello

 

Algunas veces no nos damos realmente cuenta de lo importante que ha sido el mundo de la piel, de las petaquerías y de la marroquinería para todos nosotros. Y lo mejor es que esa importancia ha sido reconocida internacionalmente desde siempre.

Hace unos años buscábamos "Ubrique, piel" o "Ubrique, cuero" o "Ubrique, petacas" en las hemerotecas virtuales  y nos empeñábamos en saber cuáles eran las primeras referencias documentadas a nuestra artesanía. No conseguimos avanzar demasiado atrás en el tiempo, a mediados del siglo XIX (en este enlace), pero siempre estamos convencidos de que algún día, a medida que se vayan digitalizando archivos, encontraremos referencias desde 1800 al menos.

De todas formas, nos llama tremendamente la atención ver lo difícil que debía de ser para los fabricantes darse a conocer e ir ganando mercado. Sabemos que los primeros estaban tan orgullosos de sus piezas que las firmaban con su nombre y apellidos, poniendo su marca, pero es que también las individualizaban poniendo nombre, apellidos e incluso profesión del cliente. 

¡Eso sí que era un lujo hace doscientos años!


Los hermanos Romero, Diego, Manuel y Francisco, de una familia de ganaderos a principios del siglo pasado, que también tenían fábricas de paños y mantas, se convirtieron en fabricantes de petacas, y hemos encontrado, en la revista Argentina Caras y Caretas de 1910 una publicidad de sus productos, comercializados por Echegaray Hermanos y Cía.



INIMITABLES

PITILLERAS

DE UBRIQUE

 

Industria genuina española. 

Cueros finos.

Cosidos a mano.

Duración indefinida. 

Se venden a precios muy elevados.

 

Precio de reclamo: $ 2,50

Descuentos por cantidades

 

Representantes exclusivos de 

ROMERO HERMANOS, UBRIQUE

 

ECHEGARAY HNOS. Y CÍA.

Enviando su importe

Se remiten francos de porte

 

Imaginamos lo complicado que sería, en aquellos primeros momentos de 1900, ponerse en contacto con representantes argentinos, enviar los pedidos, entenderse con los pagos y los portes, realmente todos aquellos pioneros fueron unos auténticos héroes, aunque ellos no lo sabían.

 Y nos gusta especialmente que uno de los reclamos de los productos de piel ubriqueños sea en concreto el "cosido a mano", prueba de que nuestras petaqueras hacían, desde el origen, un trabajo sobresaliente.

Hemos sentido curiosidad por saber si aún existe ese comercio, o, al menos, la calle en Buenos Aires, y la hemos localizado.

 


 También hemos descubierto a qué institución pertenece esta revista sudamericana.

 


 Y en concreto se trata de la Biblioteca Alderman, de la Universidad de Virginia, que ha sido recientemente renovada y cuyo nombre ha cambiado (en este enlace), pero que sigue conservando, entre sus libros, esta revista con un trocito de la historia de Ubrique.

 

 

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