D. Manuel Heliodoro García Serrano
El pasado 25 de Julio falleció en San Fernando nuestro recordado
Heliodoro,como prefería ser llamado en el "Centro Dolores Castañeda"
donde pasó los últimos meses de su vida.
Me parece obligado recordarlo en estas fechas al iniciarse el curso
académico, tantas veces participado por él,cuando estaba activo y por
celebrarse estos días el día Universal del Alzheimer, que padeció en sus
últimos años de jubilado.
Se manifiesta la enfermedad en pequeños detalles y te resistes a
creer que alguien tuyo pueda padecerlo. Los olvidos se convierten
después en vacíos terribles, hasta que llega el día en que, volcando en
él todo tu cariño, no encuentras sino su total silencio o la tremenda
pregunta: ¿tú quién eres?
En
Heliodoro no se había producido aún tal deterioro y pudo disfrutar
hasta sus últimos días de su esposa , hijas y nietos con los que le
gustaba dar largos paseos por los alrededores de la Residencia, salir a
tomar un café e incluso dar alguna que otra patada a un balón.
Nacido en Acehuche, un pequeño pueblo municipio de Cáceres,
perteneció a la generación de maestros de los años sesenta que se
reparten por toda Andalucía en campañas de alfabetización;pero toda su
larga vida profesional la ejerció en Ubrique, en diferentes centros de
enseñanza y en distintas disciplinas.
Pedagógicamente fue un innovador, inculcando en sus alumnos el amor a
la naturaleza y al entorno privilegiado de la sierra que conocía a palmo
por su afición a la caza. Fomentó diversos deportes entre los jóvenes: baloncesto, balonmano, natación ...
Pero
sobre todo se adaptó como pocos a la forma de ser de Ubrique y de los
ubriqueños. No en vano fue el primer Presidente de la Peña Flamenca
Ubriqueña, por la que han pasado tantas figuras. Si bien él -conservando sus raíces de origen extremeño- tenía preferencias por el cante de Farina o de Porrina de Badajoz.
El
doctor Gregorio Marañon afirmaba que las tres profesiones vocacionales
por excelencia son las de sacerdote, la de médico y la de maestro. Pienso
que Heliodoro vivió su magisterio como una consagración permanente y un
servicio completo hacia los demás. Prueba de ello son los largos años
dedicados a la enseñanza y el número de alumnos de diversas generaciones
que pasaron por sus aulas.
Y todo ello con un verdadero
sentir cristiano. No en el simple sentido de la palabra sino en la
enseñanza permanente de los valores de la convivencia, la amistad, la
solidaridad y el amor, que fueron también la meta de su vida.
Así lo expresaba el poeta Gabriel y Galán , paisano suyo y al que
tanto amaba: "Nuestro cristiano nacer traiga el cristiano vivir, porque
el cristiano morir como el vivir ha de ser"
A su fiel compañera Ana María y sus hijas Irene y Julia, que han
soportado -con él- el duro calvario de su enfermedad, nuestro pesar y a
Heliodoro que recordamos con cariño y afecto- el deseo de que haya
conseguido la definitiva Paz.
Por la Cruz a la Luz.
Jose Mª Cabello Janeiro
Abogado
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