Dedicado a La Reina Nuestra Señora
Barcelona, 1931
Por Esperanza Cabello
Hemos encontrado una interesante descripción de la Sierra de Cádiz y de la Serranía de Ronda que se incluyó en 1931 en el "Diccionario Geográfico Universal" publicado en la imprenta de José Torner, en Barcelona. Lo transcribimos a continuación:
Las primeras vertientes del sistema Bético, considerado por
su parte occidental, son la sierra de Gibralbin (sic), que es un monte redondo
que se ve sobre la izquierda desde el camino de Sevilla a Cádiz, y las alturas
de Jerez, Espera, Bornos y Pajarete, tan fértiles en delicados vinos. Pero
todas estas elevaciones no pasan de ser unos ligeros montecillos en comparación
con las montañas de Ubrique y de Grazalema, cuyo más alto pico es el de San
Cristóbal, que se distingue desde al Giralda de Sevilla, sin embargo de estar a
25 leguas de distancia. Alrededor de este gigante, y como si fuesen unas
pequeñas rocas esparcidas, se ven la sierra de Algodonales, la de Montellano y
la del Gastor, que parecerían inmensas si no las achicase la comparación con
aquel enorme vecino que las domina. Por entre este grupo, formado de tantas
elevadas puntas, se desliza el Guadalete, que algunos creen que es el Leteo de
los antiguos, y lleva el tributo de sus aguas a la bahía de Cádiz. Cerca de su
origen, en el sitio llamado Puerto de Zaframagón, y a la mitad de su curso,
cerca de Bornos, en la Angostura, se ve precisado este río a cortar
perpendicularmente una peña, que sin duda estuvo por mucho tiempo interceptando
alguno o algunos lagos.
Los montes de Ubrique y de Grazalema surten de agua, por sus
descendencias orientales, al río Guadiaro, que se precipita en el Mediterráneo,
y por consecuencia separan en la parte más meridional de España el valle del
Océano del del Mediterráneo, a donde van a parar todos los arroyos meridionales
del sistema Bético.
Entre este río Guadiaro y el Guadaljorce (sic), cuya
embocadura está cerca de Málaga, hay otro grupo de montañas todavía más
elevadas que las de Grazalema y de Ubrique, y son las de la Serranía de Ronda. Esta ciudad, que le
da el nombre, está situada a unos 3000 pies de elevación, en medio de tales
cortaduras y rompimientos que, al paso que dan a todo este país un aspecto
singular, parece que indican el antiguo esfuerzo de aquella gran revolución,
cuyo resultado fue unir el Mediterráneo con el Océano.
Solo durante los cuatro meses del estío se derriten por lo
común las nieves en el pico de San Cristóbal; pero no todos los años llega a
desaparecer del todo en el punto culminante de la Serranía de Ronda, donde hay
una ermita dedicada a Nuestra Señora de las Nieves.
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