Las salinas de Hortales
Fotografía gentileza de Manuel Limón
Blog "Prehistoria del Sur" (en este enlace)
Por Esperanza Cabello
Todos sabemos que la sal era uno de los bienes más preciados en la antigüedad, no en vano a veces se pagaba con sal, eso era el "salario", y las salinas, tanto las terrestres como las marinas eran lugares de una riqueza increíble.
Nosotros nunca hemos tenido, en la Sierra de Cádiz, escasez de sal, porque hay unas salinas romanas, las Salinas de Hortales, entre El Bosque y Prado del Rey, que surtían a toda la zona de la sal necesaria. Para nuestros abuelos la sal era fundamental para conservar los alimentos, recordamos aún los grandes cajones de madera llenos de sal para guardar y conservar la carne cuando se hacía la matanza en diciembre.
Y ahora también lo tenemos mucho más fácil, pero dado lo imprescindible del uso de la sal para la vida diaria de las personas en la antigüedad y hasta hace un par de siglos en los grandes pueblos había, además del pósito de granos (que recogía cereales para todo el año) un depósito municipal de sal, y eso era el alfolí.
Un alfolí es exactamente eso, un depósito de sal municipal al que acudían los vecinos para adquirir la sal necesaria "para el agasajo de la casa".
Diccionario de la lengua castellana, 1726
¿Y en Ubrique? ¿Dónde estaba el alfolí?
Pues esa es nuestra duda, hay muy pocas referencias a esta institución. De lo que no cabe duda es de que la palabra "alfolí" es una preciosa palabra de la sierra en vías de desaparición, solo los mayores la conocemos, por haberla oído de nuestros mayores. Nos encantó encontrar esta palabra en un pregón de nuestro paisano Modesto Barragán, precisamente en el pregón de la feria de Bornos en 2008 (en este enlace). Decía textualmente:
“…yo tengo el árabe como lengua cooficial de mi habla andaluza. Usted
…..sabe que a la hucha le digo alcancía, alhucema al espliego, alfar al
horno, alfayate al sastre, aldaba al picaporte, alcándara a la percha,
alfajor a la rosquilla, alcanfor a la naftalina, alcahueta a la
celestina, alfolí al pósito, alcayata al clavo, alcaucil a la alcachofa,
albéitar al veterinario, alberca a la piscina y almazara al molino”.
María José Sánchez Rodríguez nos explica que cada alfolí era otorgado, en principio, por orden real, y que en esta zona fueron los Reyes Católicos quienes normalmente otorgaron cada alfolí a las villas que podían tener este derecho. Además nos cuenta que normalmente "la plaza era lugar de reunión para muchos, alrededor de ella se organizaban edificios de carácter oficial con la Cárcel Pública y el Cabildo, la carnicería, los graneros y el alfolí de la sal le daban un función eminentemente comercial."
En 1752, durante el interrogatorio para el Catastro de Ensenada, los Ubriqueños respondieron que en el término común de las cuatro villas existían las salinas de Hortales y pertenecían a Su Majestad, aunque se administraban en Sevilla.
En la provincia de Cádiz en 1855 existían fundamentalmente tres lugares que abastecían de sal los almacenes necesarios, las salinas de San Fernando, las de Sanlúcar y las salinas de Hortales.
San Fernando abastecía a Arcos, con 500 quintales, a San Fernando, con 100 quintales y a Medina y a a Alcalá, con 250 y 200 quintales respectivamente. Sanlúcar abastecía a la población con 100 quintales y Hortales abastecía a Bornos, con 500 quintales, a Grazalema, con 600 quintales, a Olvera, con 500 quintales y a Ubrique, con 300 quintales.
Curiosamente las salinas de Hortales abastecían al menos 1900 quintales de sal.
Boletín Oficial de la provincia de Ciudad Real
8 de agosto de 1855
Centro de Estudios de Castilla La Mancha
Esta es la "Nota de las distancias que desde las fábricas y depósitos á estos mismos y á los alfolíes para el abono de portes en las conducciones terrestres de sal y de las cantidades de este artículo que debe haber siempre existente en aquellos como repuesto permanente".
En el alfolí de Ubrique, a seis leguas de las salinas, debía haber siempre al menos 300 quintales de sal para el uso y repuesto.
En 1860 se publicó, también en el boletín (gracias, José Manuel) el estudio de los gastos e ingresos de las salinas españolas.
Hablando en reales y céntimos, las Salinas de Hortales gastaban
En personal de la fábrica : 12.999,96
En resguardos marítimos y terrestres : 748.500
En visitas, escritorios y cultos de las fábricas : 500
En elaboración, compra de sales, obras y reparos: 13.558
Total de obligaciones contraídas : 27.057,96
Y también producían
Quintales castellanos de sal elaborados: 8.483,86
Precio de la elaboración en cada salina: 3,18
Nos falta por saber a cuánto venderían cada quintal de sal a los alfolíes, y a cuánto venderían el kilo de sal a nuestros paisanos, de lo que no cabe duda es de que el alfolí de Ubrique debió de representar un buen negocio para la municipalidad. Nos gustaría saber cuándo desapareció el alfolí ubriqueño, no queda ningún rastro ni en nombres de calles, ni en apodos, ni en lugares, una lástima.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario