martes, 10 de noviembre de 2020

¿Por qué la barriada "El Tren" se llama así?

 

         Barriada "El Tren" en la actualidad. Ubrique


Por  Esperanza Cabello

A veces pensamos que está claro para todos el por qué de los nombres de los lugares, porque hemos vivido en unos años en los que los nombres de los lugares venían casi dados,  pero con el paso del tiempo lo que estaba muy claro deja de estarlo, sobre todo para las generaciones de los más jóvenes.

Ya explicamos en el blog de las Calles de Ubrique por qué la barriada de Antonio Vega era conocida como "El Liang Sham Po" (en este enlace), y era debido a una serie de televisión de 1978, La frontera azul.

Ayer nos preguntaba una jovencita por qué El Tren se llama "El Tren", y nuestra respuesta fue rápida "porque parece un tren", en este caso no tenía nada que ver con las series televisivas.

La cara de asombro de la joven nos dejó claro que la explicación no era suficiente, y hemos querido plasmar esta explicación para que esta pequeña historia no se olvide.

Tenemos que hacer un viaje al Ubrique de final de los cuarenta, cuando don Carmelo Gago Vélez era nuestro alcalde. Un buen alcalde. Ubrique era un pueblo pequeño, no llegaba a los diez mil habitantes y el pueblo casi terminaba en "la Salía". Al empezar la actual avenida de Cortes, pasado el llano del Trebujena, había una casilla de consumo (para pagar los impuestos por los productos que entraban en el pueblo) y nada más.

Un poco más abajo, al borde del río, había un gran edificio que albergaba un batán (una fábrica de paños) y que llamaban "la Máquina".


Ubrique en los setenta. La Máquina en primer término y detrás la línea blanca de las casitas de El tren. 

María Benítez nos ha explicado que había una atajea (la que se ve como un pequeño acueducto) que llevaba el agua hasta la noria de la máquina del batán, que era  una fábrica de mantas. Este edificio se reconvirtió en fábrica de artículos de piel y aún sigue en funcionamiento actualmente.


Como decíamos, era el alcalde del pueblo don Carmelo Gago Vélez, y consiguió que Pilar Primo de Rivera hiciera una donación al pueblo: diez casas para los ubriqueños que se construirían en la actual avenida de Cortes, a partir de la casilla de consumo. Y efectivamente comenzó la construcción de las diez casitas, todas iguales, todas a una altura, con dos ventanitas y una puerta,  todas pequeñas y una a continuación de la otra. Eran casitas bajas y al estar dispuestas en línea se asemejaban a un tren.

-Isabel Arenas nos explica que se construyeron doce casitas. Seguramente el ayuntamiento se hizo cargo de la construcción de dos casas más, porque la donación  era para diez casas.

 

Rápidamente la sabiduría popular rebautizó esas casitas que estaban tan cerca de la Máquina, las llamaron "el Tren".


Una de las primitivas casitas de "El Tren"


Años más tarde se inauguró, justo enfrente, un bar, el "Bar Estación", y, para que no faltara un detalle, desde el ayuntamiento bautizaron la calle que va desde El Tren hasta El Algarrobal con el nombre de "Calle Andén".

 

La calle Andén, que lleva hasta el Algarrobal


Así que esa es la razón del nombre de esta zona de Ubrique. La construcción de diez casitas de uan planta alineadas con la carretera en un lugar en el que entonces no había ninguna otra construcción. 

La Máquina desapareció con el tiempo, en Ubrique se perdieron los batanes hace muchos años, las casitas del tren también han casi desaparecido, solo queda una de las originales, en su lugar los vecinos han ido construyendo casas singulares con más alturas.



Pero ahí quedan el bar Estación y la calle Andén para recordarnos a todos que en esa zona de Ubrique, hace muchos años, se construyeron doce casitas iguales que, alineadas, recordaban la silueta de un tren, del tren que nunca llegó a esta parte de la Sierra de Cádiz.



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Notas del 11 de noviembre:

1. Damos las gracias a nuestra querida Manola que nos ha explicado  cómo era "el tren" cuando ella llegó hace 45 años a lo de Carabot y nos ha hablado de sus antiguas vecinas, Gertrudis, Maruja, Ana,  Pepa Rincón...

Del mismo modo agradecemos a todos los amigos de Ubrique en el Recuerdo que han aportado nuevos datos que hemos añadido a la entrada.

2. También agradecemos a María Benítez que nos ha explicado cómo era la tajea que llevaba el agua a la noria del batán, fábrica de mantas.

3. José Luis Janeiro Barea nos manda el comentario siguiente:

El llamado Retra vivía en la primera casa en dirección San Francisco y tenia un taller de bicicletas bastante grande y tenía sobre 20 o 25 bicicletas viejas las cuales arreglaba cuando se estropean así como las que se pinchaban que eran casi todas después de hacer el servicio era un hombre bastante amable y creo recordar que tenía hijos pequeños esto sería sobre los años. 1953 al 1960 estos recuerdos me congratulan primero por qué son de mi pueblo y segundo por qué yo tendría entre 7 y 10 años un abrazo de José Luis Janeiro.

4. Isabel Arenas Rincón ha tenido la gentileza de corregir algunos detalles de nuestra entrada.

Isabel Arenas Rincón:

Corroboro casi todo lo que explica Esperanza pero le voy a corregir algunas cosas. Las casitas no fueron diez, fueron doce divididas en tres bloques idénticos de cuatro casas cada uno de ahí vino lo del tren, cuando nos preguntaban dónde vivíamos al decir en el tren nos preguntaban, ¿en qué vagón? No se hicieron hace 80 años, fue a principios de los años 50, mi familia fue de las últimas que las habitaron por eso le dieron la última era el número 12, yo nací cuando mi madre llevaba cinco meses allí, fue en 1952 después de mi casa estaba la haza de Carabot. La casilla de camineros la hicieron cuando yo era pequeña, más de una vez me mandaba mi madre a que le pasara una capacha a alguien del campo que traía sus huevos para vender y así ahorrarle las dos pesetas que había que pagarle a Clemente que así se llamaba el casillero. Y eso es todo. Darte las gracias Esperanza por ese trabajo del barrio de mis amores.

 Si, el taller y alquiler de bicicletas estaba en el primer vagón y todos los niños ubriqueños de aquella época aprendieron a montar en las bicis del Retra, a más de un chiquillo de los que estaban aprendiendo lo sacaron la gente del tren de las tunas llenos de púas que había enfrente del tren. Yo nunca pagué pero aprendí de lo pesada que era para que me las prestara.

 

 

Muchísimas gracias a todos.

 

 

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3 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por todos los datos aportados.
Mi madre siempre me ha explicado que cuando se casó se fue a vivir a una de esas casas del tren.
No se si alguien la recuerda, se llama Francisca Rincón Márquez, vivió poco tiempo en la casa pues al año mas o menos se fueron a Barcelona.
Solo que sepáis que siempre ha añorado a su pueblo y hoy por hoy muchas veces dice que ojala se hubiera vuelto al pueblo para acabar sus días allí, en su pueblo querido.

Esperanza Cabello Izquierdo dijo...

Gracias por tu comentario, voy a ponerlo, con tu permiso, en la página de Ubrique en el recuerdo, y lo que cuenten te lo haré saber.
Saludos,
Esperanza Cabello

Francisco Javier Rodríguez Suarez dijo...

Hola soy Fran del Bar La Estacion, quería comentar que hace tiempo vi una publicación parecida a esta, en la cual se decía algo parecido al por qué del nombre de las casitas del tren.
No puedo dar datos de fechas porque hace más de 15 años que la leí.
Resulta que el ayuntamiento de Ubrique tenía una proyecto para que el tren pasara por Ubrique, al final por motivos económicos, geográficos, políticos o vete tú a saber,ese proyecto no salió adelante, la gente estaba muy ilusionada porque traería prosperidad al pueblo y al final el tren lo pasaron por el pueblo de Cortes.
Coincidió con la construcción de unas casitas que se asemejaban a los vagones de un tren y de ahí surgió el nombre, mi abuelo al ver el nombre que le pusieron a esa calle le puso el nombre de Bar La Estación y se hizo muy popular ya que la máquina la teníamos en la rambla(calle sol).
Ubrique no se iba a quedar sin su tren y esa fue una manera popular de obtenerlo.
Me gustaría que indagarais en la historia, me gustaría tener una copia para enmarcarla y ponerla en el Bar.
Gracias.