martes, 27 de octubre de 2020

Don Gabriel Garrido Luceño. In Memoriam

 

                                             Esquela de don Gabriel Garrido Luceño



Por Esperanza Cabello

Esta tarde nos ha sacudido una triste noticia. Nuestro hermano Leandro nos ha enviado la esquela de una persona buena y entrañable que forma parte de los alegres recuerdos infantiles de muchos niños y niñas ubriqueños.

Pedro Jesús Domínguez le había enviado la esquela de don Gabriel Garrido Luceño, un hombre profundamente bueno que dejó la marca de esa bondad en tantos ubriqueños.

Don Gabriel había nacido en Espera, aquí cerquita, en una familia con cuatro hijos de los que dos, José María y él, fueron sacerdotes. 

Desafortunadamente no tenemos datos biográficos de don Gabriel, solo recuerdos infantiles plagados de buenos momentos, de bondad, de amabilidad, de música... Sí, don Gabriel era, en los sesenta, el organista de Ubrique, aprendió junto a don Manuel Pérez a manejar ese órgano que Isabel Domínguez había donado al pueblo de Ubrique y que fue tirado a la basura hace año y medio (en esta entrada).

Lo recordamos en el coro parroquial, en la "Cruzada de la Bondad",  dirigiendo la tuna de bandurrias y guitarras, atendiendo a los batidores de Misión Rescate y colaborando con sus investigaciones, dando clases de solfeo en el San Juan, en las misas dinámicas y alegres, en los bautizos y las primeras comuniones siempre con una sonrisa...

Y todos esos recuerdos hacen que hoy hayamos sentido mucho su muerte. Hacía tiempo que no sabíamos nada de él, y hoy hemos sabido que murió el pasado día quince, casi dos años después que su querido hermano, a los noventa y un años. Seguro que su vida ha continuado estando llena de bondad y de sonrisas.

Descansa en paz, don Gabriel, contigo se van muchos recuerdos infantiles. Si fuera nuestro tío José María quien escribiera estas palabras, te diría que has ganado la Gloria de los justos, la Gloria de los buenos.

 

 

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