miércoles, 4 de enero de 2017

Cuento de Navidad, por Bartolomé Pérez Sánchez de Medina.

El Rey Melchor ya está preparado para su gran noche
Gentileza de Mariola Pérez


Mañana será un gran día, un día mágico, un día muy especial. Para todos nosotros, grandes y pequeños, se está preparando ya la cabalgata de los Reyes Magos.
Muchos días de trabajo, de organización, de ilusiones y preparativos que culminarán mañana con la visita de sus majestades a nuestro pueblo, eso sí, con una agenda muy apretada.
En este enlace de Radio Ubrique pueden oír todos los detalles.

Para nosotros este año será aún más especial, pues el rey Melchor nos ha hecho partícipes de uno de sus últimos trabajos, un precioso cuento de Navidad, en verso, escrito para todos nosotros, y especialmente para sus nietos y todos los niños y niñas de Ubrique.

Le damos las gracias de corazón por habernos traído este precioso y divertido cuento, lleno de guiños a nuestra cultura y a nuestra idiosincrasia andaluzas, y le deseamos toda la felicidad del mundo en esa noche maravillosa, msteriosa y extraordinaria, estamos seguros de que será un buen rey.




CUENTO DE NAVIDAD: "De lo que les aconteció a los Reyes Magos cuando se averió la Estrella"
                                            ___________________
                             
              Está nevando en Belén
              y los Reyes tienen frío,
              y,al lado de un terraplén,
              cortan un breval bravío
              para hacer leña. Del río.
       procede una voz:
                          -¡Dios mío,
              que esa leña es para el tren! -
              - Si en este Belén hay tren -
              comenta el Negro enfadado -
              la Estrella habrá sido quien
              el tiempo ha manipulado
              y los siglos han pasado - .    
             -¿Y ahora, qué?  ¡Jesús, qué enfado !  -
              responde Melchor también           
             - Si pasó el tren a Belén,
              caminemos por la vía - .
             - Pero, ¡allí pone Bailén!
              ¿Dónde estamos, madre mía? -
             - Huelo desde aquí a arropía,
             - dice Gaspar - me comía
              catorce en un santiamén -

              Han llegado a la Estación;
              frente, la Cafetería.
              Los camellos al salón
              entran con mercadería
  y Reyes.
                      Algarabía,
              ruidos de vidriería
              y se organiza un follón.
              Los camellos al andén;
              sale la camarería:

             - A mí, una copa de ojén -
             -Yo prefiero Tía María -
             - Un trocito de arropía -
             - Café, que clarea el día,
              pan y aceite de Jaén -
                            
            - Está averiado el tren,
             pues se ha acabado el carbón,
             la leña, mojada....¿ven?..,
                                        ha caído un chaparrón;                             
             descargad aquel serón -
            -dice Baltasar - carbón
             para que funcione el tren -

            - ¿Y los niños, que al balcón
             nos pondrán los zapatitos,
             y por equivocación,
             queriendo ser formalitos,
             no lo fueron?  ¡Pobrecitos;
             si después de los delitos
             sintieron la contrición! -
            - ¡No tendrán nuestro carbón, -
             dice Melchor al "barmán"
             que ha sentido compasión -
             lo que pidieron tendrán !

           (Dos ancianitos se van,
            pues han comprado ya el pan
            en el bar de la Estación)
            
            Llevado por la emoción
            sale el barman al zaguán  
            y entorna un poco el portón :
           - Saca, María, el champán
            y cajas de mazapán...,
            los pajes te ayudarán....
            ah, están en mi habitación .
           ¡Majestades! .... ¿qué querrán? -
           -Yo...,aguardiente y polvorón -
           habla Melchor.
                        -¡Mazapán! -
           pide Gaspar. - Yo, turrón -
           dice Baltasar guasón,
           alejado en un rincón
           y apoyado en un chaflán.

          -¡Pajes, ...¿qué queréis? -
                            -¡Champán! -
           le gritan con alegría -
           dos copas de "Tía María",
           chocolate, churrería,
           manteca, chacinería
           y dos teleras de pan! -
 
           Y, adonde está el ambigú
           Melchor se encamina a allí;
           el barman no dice mú,
           y sin hablar da su sí;
           el Rey le entrega un rubí     
           que se lo dio un marroquí
           al que  rescató en Corfú.


           Ven al jefe de estación
          cuando salen del andén
          y, con mucha educación
          y, hablando requetebién,
          agradece que el carbón,
          cuando cayó el chaparrón,
          lo diera para el fogón
          de la máquina del tren.

          Está clareando el día,
         la Estrella, entre los luceros,
         quietud en la nieve fría...,
         y sones campanilleros
         alegres como jilgueros,
         felices y mañaneros,
         se aproximan por la vía.

          Los Reyes, por la emoción,
         lloran de santa alegría,
         y, hasta el jefe de estación,
         de tanta melancolía
         que en su corazón sentía
         al oír la melodía,
         se puso un poco llorón.

Y llega la escolanía,
niños y niñas cantando
y las botellas vacías
con un cuchillo raspando;
y un zagal que viene al mando
va la zambomba frotando
al son de calderería.

Y lanza un pitido el tren;
los Tres Reyes  a un vagón
(los pajes suben también),
los camellos a un furgón.
Suena el tren como un cañón,
ya no se ve la Estación
- por el humo- ni el andén.
..........................................

- ¿ Dónde fueron? -
-No lo sé;
el resto se me olvidó...
yo era entonces un bebé,
mi abuelo me lo contó
cuando él era como yo...
...Pero, ¿te ha gustado, no?
Yo nunca me enfadaré.



Bartolomé Pérez Sánchez de Medina






¡Felices Reyes a todos!


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